Una serie de atentados perpetrados en Sri Lanka han dejado más de 200 muertos, entre ellos 35 extranjeros, y al menos 450 heridos. Una sucesión de fuertes explosiones se han producido en tres iglesias y tres hoteles localizados en diferentes partes del país, donde centenares de fieles católicos celebraban el Domingo de Resurección. El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, ha condenado los ataques y ha asegurado que el Gobierno esté tomando medidas inmediatas para controlar la situación. El Papa Francisco ha expresado su tristeza y ha manifestado "su cercanía a la comunidad cristiana, golpeada mientras estaba reunida en la oración"
El presidente de Rumania, Klaus Iohannis, ha condenado los ataques en Sri Lanka y ha dicho hay que defender la libertad religiosa. La primera ministra Viorica Dancila ha condenado enérgicamente los sangrientos ataques.
El ministro de Relaciones Exteriores, Teodor Melescanu, ha dicho para la televisión Digi24 que un grupo de ocho niños rumanos que se encontraban en Sri Lanka en un programa de intercambio han sido transportados a una unidad militar cerca de la capital.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bucarest ha anunciado que las autoridades de Colombo no han notificado hasta ahora a la Embajada de Rumania sobre la existencia de ciudadanos rumanos entre las víctimas de las explosiones producidas este domingo. De los aproximadamente 22 millones de personas que viven en el país, el 70 por ciento son budistas, aproximadamente el 13% hindúes 10% musulmanes y 8% por ciento cristianos.
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