El Gobierno de Bucarest pide a la Comisión Europea apoyo para ayudar a los agricultores afectados por la extrema sequía.
Este año, los cultivos agrícolas de Rumanía han sido afectados por una sequía sin precedentes y los agricultores han empezado a medir sus pérdidas, temiendo no poder recuperar el dinero invertido. Los mayores problemas se dan en el sur y el este del país, donde las reservas de agua son extremadamente escasas. Los agricultores de algunas zonas han pedido a las autoridades locales que tomen las medidas necesarias para declarar el estado de calamidad agrícola.
Para apoyar a los agricultores afectados por la sequía, el Gobierno de Bucarest ha pedido a la Comisión Europea que apruebe un anticipo de entre el 70 y el 85% de los pagos directos por medidas medioambientales y climáticas en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2022. Al mismo tiempo, el Ejecutivo quiere conceder a los fruticultores y viticultores, pero también a los criadores de cerdos y aves de corral una ayuda de 51,6 millones de euros, de los cuales 25,5 millones proceden de fondos europeos y el resto del presupuesto nacional, anunció el Ministerio de Agricultura.
Además, está previsto invertir en sistemas de riego locales con fondos de la UE por valor de 100 millones de euros a través del Plan Estratégico Nacional 2023-2027. Según los datos centralizados por esta institución, la sequía ha destruido hasta ahora los cultivos de casi 107 mil hectáreas de tierras agrícolas en 20 condados rumanos. A causa de la sequía, el Danubio alcanzó un nivel mínimo el lunes por la mañana. El caudal del río a la entrada al país era de sólo 1.950 metros cúbicos por segundo, muy por debajo de la media plurianual normal para este periodo, de 2.500 metros cúbicos por segundo. Los hidrólogos han advertido que a lo largo de esta semana el caudal irá disminuyendo hasta los 1.850 metros cúbicos por segundo. El descenso del nivel del Danubio, por ejemplo, está provocando en el condado de Dolj (sur del país) una situación sin precedentes en los últimos 70 años: los cultivos agrícolas ya no pueden regarse con el agua del río. Esto ocurre después de que el nivel del Danubio bajara 7 cm en un solo día. El presidente de la Asociación de Agricultores de Rumanía, Daniel Botănoiu, advierte que la extrema sequía está afectando a la producción agrícola del país este año, pero también repercutirá en la próxima campaña agrícola, porque las labores no podrán realizarse a tiempo y con calidad. Por ello, cree que el sistema de riego debe adaptarse a las nuevas tecnologías que sean lo más eficientes posible para las plantas, pero que también deben utilizarse variedades de plantas tolerantes a la sequía.
Mientras los agricultores se enfrentan a la sequía, las noticias de los meteorólogos tampoco son alentadoras. La sequía es sólo el principio, se avecinan tiempos difíciles, advierte Ion Sandu, presidente de la Sociedad Meteorológica Rumana, quien considera que las autoridades deberían tomar medidas para los próximos periodos.
Versión en español: Valeriu Radulian
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