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Árboles de Navidad para niños

¡Generosidad récord en el Festival de los Árboles de Navidad subastados el 8 de diciembre por la organización no gubernamental Save the Children! La venta de 22 abetos decorados por prestigiosos artistas o diseñadores rumanos recaudó la impresionante suma de 1 millón de euros. El dinero donado por las empresas de éxito y los emprendedores, proporcionará apoyo socioeducativo a los niños vulnerables, que corren riesgo de pobreza y exclusión social.


Organizada en colaboración con el Museo Nacional de Arte de Rumanía, esta subasta también se ha convertido en un espectáculo de caridad, como ya sucede desde hace más de 20 ediciones. George Roman, director de programas de la ONG Save the Children:


«El Festival de los Árboles de Navidad es un evento, prácticamente, de la alta sociedad, de gran interés para las empresas y las personas que tienen los recursos suficientes como para pensar en apoyar los programas infantiles. Los diseñadores famosos crean alrededor de 20-25 abetos en cada edición. Luego, se pueden admirar durante una semana o más en los espacios de subasta, y hemos organizado las subastas en hoteles, varias veces en el Palacio del Parlamento y, durante varios años, en el Museo Nacional de Arte de Rumanía. Los empresarios o los representantes de las empresas subastan los árboles de Navidad en la noche de gala. Se trata de las personas con las que hemos colaborado o que quieren ayudar a la ONG Save the Children, a finales de año, a llevar a cabo programas educativos con niños».


Estos son los nombres de algunos VIP para quienes la notoriedad rima con la generosidad:


«En primer lugar, me gustaría mencionar a la señora Doina Levintza, una artista extraordinaria, que nos ha ofrecido árboles excepcionales todos los años desde 2001. Las cantidades recaudadas gracias a su trabajo podrían considerarse las más elevadas en relación con otros diseñadores. También vinieron personas famosas del ámbito deportivo que apoyaron, participando en las subastas como, por ejemplo, Horia Tecău, Ilie Năstase, Ion Țiriac, Gabriela Szabo, Simona Halep y Nadia Comăneci, que creo que estuvo en dos o tres ediciones. Entre las personas conocidas en el ámbito de la televisión vinieron Andreea Esca, Smiley, Cătălin y Andra Măruță, Andreea Raicu que, de hecho, ha estado organizando la subasta durante varios años, y, en las primeras ediciones, embajadores como el Embajador del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, el Embajador de Suecia en Rumania, que también participó en la subasta como organizador, es decir, personas que realmente nos apoyaron».


Los abetos son únicos. En la gala de 2023, los dos árboles más codiciados se subastaron por 140 mil euros cada uno. En total, se han recaudado más de 9 millones de euros en todas las ediciones realizadas hasta ahora. ¿Es una gran cantidad de dinero? ¿O, por el contrario, pequeña, en relación con las necesidades existentes? George Roman responde:


«Es una cantidad de dinero útil, podemos decir, porque podemos multiplicar las actividades en muchas comunidades en función de la cantidad de dinero recaudada cada año. Hay programas, lo sabemos muy bien, que pueden requerir fondos de 300-400 mil euros a nivel nacional, precisamente para apoyar una intervención a largo plazo. Y los resultados son extraordinarios, porque, sabemos muy bien, que hay dificultades en cuanto a la calidad de la educación en las zonas rurales. Hace unos días, un análisis internacional del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA) mostró que hay una enorme diferencia entre los resultados de los niños vulnerables a la pobreza y los de entornos sociales favorecidos, lo que equivale a una diferencia de 3 años de educación escolar entre los niños, lo que significa que nuestros programas priorizarán estas zonas, porque es ahí donde están las mayores necesidades».


Gracias al Festival de los Árboles de Navidad, la educación se ha convertido en una oportunidad real para más de 200 mil niños. ¿Mediante qué programas? George Roman, director de la ONG Save the Children, menciona brevemente algunas de ellas:


«Los programas educativos, sobre todo los programas de recuperación de aprendizajes, el llamado Programa de Segunda Oportunidad para los niños que abandonaron el sistema educativo hace algunos años y no pueden reintegrarse al sistema habitual y, por lo tanto, necesitan cursos especiales… O Escuela después de la escuela, donde también ofrecemos comida caliente a los niños en muchas comunidades. Hay resultados que muestran que casi 150 mil niños se beneficiaron de apoyo socioeconómico, se reintegraron educativamente o gozaron de actividades para evitar el abandono escolar. También hay programas para los niños en edad preescolar, Guarderías de verano, organizados en las comunidades más pobres de Rumanía, donde, de hecho, no hay ningún jardín juvenil. Además, estos programas son importantes para las comunidades, porque los primeros 2-3 meses de preparación antes de entrar en la clase preparatoria son cruciales. Los estudios demuestran que el abandono escolar en la escuela primaria se produce precisamente por la falta de preparación en los años preescolares y por esta razón las guarderías de verano son una prioridad para nosotros, ayudando a 10 mil niños en los pueblos aislados de Rumanía hasta ahora».


Además, más de 100 bibliotecas escolares se equiparon con decenas de miles de libros, las aulas se renovaron y se equiparon, decenas de miles de niños recibieron material escolar; pero también apoyaron a sus padres, porque es casi imposible desarrollar actividades para la educación escolar de un niño, sin tener en cuenta la familia extensa.



En Rumanía, el riesgo de pobreza y exclusión social siempre ha sido mucho mayor en las zonas rurales que en las urbanas. Y el reciente informe de PISA de la OCDE destaca que, sin inversión adicional en las zonas afectadas por la pobreza estructural, las disparidades aumentarán. Es por eso que George Roman, director de programas dentro de la organización Save the Children, también advierte:


«Somos el país que menos invierte en la educación, para dejarlo claro, y creemos que solo a través de un aumento gradual de las inversiones podremos alcanzar la media europea. En la actualidad, Rumanía invierte en torno al 3-3,2 % del PIB. La media europea es del 5 %. Por lo tanto, todavía tenemos que ponernos al día, desafortunadamente, para alcanzar un objetivo de equidad en el que una escuela rural se parezca exactamente a una escuela urbana. Es lo más honesto que un gobierno puede hacer por los niños de Rumanía. Ningún niño debe ser condenado a la pobreza y a una educación escasa por el mero hecho de haber nacido en un determinado lugar».



Versión en español: Mihaela Stoian

Categories: Sociedad
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