El huevo ocupa un lugar central en la tradición de la Pascua rumana. Está pintado de rojo y otros colores. La batalla de los huevos el Domingo de Pascua se acompaña del deseo: "¡Cristo ha resucitado!". – “¡Verdaderamente ha resucitado!” En Rumanía hay tres museos de huevos pintados, todos ellos situados en Bucovina.
El sentimiento de amistad entre las naciones, especialmente las socialistas, fue cultivado asiduamente por la propaganda comunista y mucha gente todavía cree en él. Pero las lecciones de la historia demuestran lo contrario: cuando un país necesitaba ayuda de una nación considerada amiga, la mayoría de las veces no la recibía.