Una faceta menos conocida de la reciente migración económica es la pérdida masiva del estatuto jurídico de los ciudadanos que llegan a Rumanía con visados de trabajo. Se trata de un problema ignorado por el sistema, que afecta a decenas de miles de personas.
En los últimos años, Rumanía ha experimentado un aumento de las importaciones de mano de obra, un fenómeno bastante común en otros países europeos. Hace diez años, el número de trabajadores extranjeros en Rumanía rondaba los 20.000, y ahora alcanza los 140.000 trabajadores