Desde un punto de vista cultural, los senderistas que escogen recorrer la Vía Transilvánica tienen la oportunidad de sumergirse en la historia y la realidad moderna de Rumanía. La ruta ofrece un enfoque diferente. Así, se puede experimentar la naturaleza de forma auténtica, desde los Obcinele Bucovinei, pasando por los montes Călimani, hasta las depresiones que conducen al puerto del Danubio. Además, el Gobierno rumano ha aprobado recientemente las normas de aplicación para las rutas de senderismo de larga distancia.
El Căluşul, el mayor símbolo folclórico de los rumanos, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2005, sigue despertando interés y controversia en todos los continentes.
La historia del pan en Rumanía se remonta a la antigüedad, cuando dacios y romanos horneaban pan con trigo, centeno y cebada.