En un mundo que avanza a toda prisa, donde muchas personas buscan curas milagrosas afuera, a menudo olvidamos que la verdadera sanación puede estar dentro de nosotros mismos.
La iglesia del Monasterio de Voroneț, apodada así por el fresco "Juicio Final", pintado con el famoso pigmento "Azul Voroneț", fue declarada monumento histórico en 1918 y en 1933 fue incluida en el Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO.