Capra, Ursul, Mascaţii, Moşoaiele, pero también Steaua y Pluguşorul son tradiciones que en el pasado preparaban el ambiente para las fiestas de invierno y tenían un carácter apotropaico, es decir, limpiaban los hogares de los espíritus malignos. Aunque hoy en día su impacto ha disminuido, aún se conservan incluso en las calles de las ciudades, y las instituciones culturales especializadas se esfuerzan por transmitirlas a las generaciones más jóvenes.