Rumanía mantiene la calificación del país en la categoría recomendada para inversiones («BBB-» a largo plazo), pero con perspectiva negativa, lo que refleja una confianza frágil.
Las agencias internacionales han reconfirmado la calificación soberana de Rumanía y su perspectiva estable, pero hay margen para el crecimiento, afirma el ministro de Finanzas, Marcel Bolos