Gaza, punto caliente en el mapa mundial
El 7 de octubre de 2023, cuando, en su incursión, los terroristas mataron a más de 1200 personas en Israel, entre ellas mujeres, niños y ancianos, hirieron a varios miles y tomaron a más de 200 rehenes, pasará a la historia como un día negro.
Corina Cristea, 17.11.2023, 10:53
Conseguida a base de lanzamiento de cohetes, de la destrucción de la valla fronteriza que separa la Franja de Gaza de Israel, de la penetración en territorio israelí –por aire, tierra y mar– y masacres en varios kibutz y en un festival de música dedicado a una festividad judía, la sorprendente ofensiva de la organización terrorista Hamás, de una dureza sin precedentes, ha conmocionado a la comunidad internacional. El 7 de octubre de 2023, cuando, en su incursión, los terroristas mataron a más de 1200 personas en Israel, entre ellas mujeres, niños y ancianos, hirieron a varios miles y tomaron a más de 200 rehenes, pasará a la historia como un día negro y como el resorte que desencadenó una respuesta israelí a gran escala, que provocó una crisis humanitaria en la Franja de Gaza.
Israel ha declarado el estado de guerra por primera vez desde 1973, con 300 000 reservistas llamados a filas para apoyar el objetivo declarado del primer ministro Benjamin Netanyahu, de destruir totalmente a Hamás. Cientos de miles de palestinos han huido del norte del territorio de la Franja de Gaza, de apenas 365 kilómetros cuadrados, hacia el sur del enclave, y el resto ha quedado atrapado en su intento de refugiarse y se enfrenta a la escasez de electricidad, agua, alimentos y medicinas. Indignado por las acciones de Israel, el mundo musulmán ha respondido con manifestaciones, algunas violentas, en muchos países de Oriente Medio, así como en Europa y Estados Unidos.
El antisemitismo en Estados Unidos está alcanzando «niveles históricos», a raíz de la violencia en Israel y Gaza, según advirtió el director del FBI, mientras que otros países, entre ellos Gran Bretaña y Francia, también advirtieron de un importante aumento de los incidentes antisemitas. La crisis de Oriente Medio se considera una grieta en la estructura de seguridad regional y algunos analistas hablan de que está quedando claro que la UE tiene una influencia limitada a la hora de gestionar una crisis geopolítica en su periferia, entre otras cosas por su agotamiento tras la agresión rusa a Ucrania. Según el profesor universitario Ștefan Ciochinaru, las dos guerras pueden compararse, en cuanto a la reacción de Europa, pero solo hasta cierto punto, porque los objetivos políticos de los agresores difieren:
«En el caso de Ucrania, el objetivo del agresor es la destrucción del orden europeo y la expulsión de Estados Unidos de América de Europa. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que pretende el poder de Moscú, que se niega a aceptar la integración de Ucrania en la UE y en la OTAN. Tal como lo ha declarado, Putin quiere volver a la situación de 1994, quiere mantener a los países de Europa en su esfera de influencia, como ocurría en la época de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). (…) En el caso de la agresión contra Israel, en cambio, el objetivo de quienes están detrás del agresor Hamás se dirige, como en el billar, contra EE. UU.. De ahí la vasta red de complicidades que vincula a una serie de Estados árabes con la izquierda antiamericana de Europa, con Rusia, con Irán y sus vasallos y, por último, aunque de manera mucho más sutil, con China. Lo único que pretenden es poner a todo el mundo musulmán en contra de Estados Unidos, en contra de Occidente, porque, en la concepción estratégica de quienes quieren revisar el orden mundial a toda costa, Estados Unidos es la meta principal. Si acabas con Estados Unidos, puedes acabar fácilmente con el resto. Europa es un enano estratégico. Japón, Corea del Sur y Australia permanecen aislados en la inmensidad de Asia. Todo el gran Occidente se derrumbará entonces como un castillo de arena. Y la reacción de Europa, como de costumbre, denota mucha, mucha miopía estratégica. Llevamos un año viendo la incoherencia de actitudes y medidas en el caso de la guerra de Ucrania, una guerra que, no lo olvidemos, se libra en territorio europeo, en nombre de estos valores, y cuyo resultado definirá el futuro mismo del proyecto europeo. En cuanto a la reacción ante el ataque a Israel y la provocación que se está tramando en las catacumbas árabes, las cosas son aun peores. La izquierda política europea se ha aliado con la extrema derecha y con la inmigración musulmana, condenando al agredido, el Estado de Israel. Y Europa tiene sus propias catacumbas, donde la vieja y la nueva política del antisemitismo, el antiamericanismo y la antidemocracia siguen cociéndose a fuego lento, en una retórica más o menos secreta».
Podemos preguntarnos con razón en qué clase de mundo vivimos y mucha gente se da cuenta, por supuesto, dice el profesor Ștefan Ciochinaru, de que vivimos en un mundo acosado por una guerra híbrida, que no tiene nada sagrado:
«Vemos, tras el incendio provocado en Oriente Medio, cómo se asesina a profesores en Francia, cómo se amenaza con bombas en estaciones de tren y aeropuertos de toda Europa, cómo se dibujan estrellas de David en las casas de judíos en Berlín, cómo se profanan cementerios judíos, cómo en países con una larga tradición democrática se celebran concentraciones para condenar a la víctima y solidarizarse con el agresor. Vemos cómo la prensa democrática en Europa parece haber olvidado los crímenes de los rusos en Crimea, los crímenes de Hamás en Israel, pero, en cambio, está muy preocupada por las llamadas acciones punitivas realizadas por el ejército israelí».
Citando un aumento significativo del antisemitismo en todo el mundo, desde el comienzo de la guerra contra Hamás, el primer ministro Netanyahu aconsejó a los ciudadanos israelíes que no viajaran al extranjero. Sin embargo, la petición es difícil de cumplir, ya que hay negocios y empresas israelíes en muchos lugares del mundo y el factor económico es importante.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud ha definido las condiciones en Gaza como «indescriptibles». «Es demasiado tarde para ayudar a los muertos, pero podemos ayudar a los vivos», declaró el director general Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidiendo una pausa humanitaria en los combates.
Versión en español: Antonio Madrid