El Festival George Enescu, al final
Durante casi un mes, el Festival George Enescu convirtió a Bucarest y a las principales ciudades de Rumanía en escenario de la mejor música clásica.
Daniela Budu, 22.09.2025, 13:16
La 27.ª edición del Festival Enescu, que lleva el nombre del compositor más célebre de Rumanía y fue inaugurado en 1958, se clausuró el domingo con un concierto de la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam, una de las orquestas más prestigiosas del mundo. El cierre incluyó también la actuación del Big Band de Radio Rumanía. Su directora, Simona Strungaru, subrayó la calidad y las nuevas posibilidades abiertas por esta edición.
Simona Strungaru:
“Creo que la personalidad de George Enescu fue tan compleja y tan única en su época, y un modelo extraordinario para todos los que han estudiado su música y para quienes se proponen crear algo. Fue un auténtico pionero, trabajó sin descanso y sin tregua, y pienso que el Festival Enescu consigue con esta edición transmitir exactamente el espíritu de Enescu, no solo mediante la presentación de las obras de George Enescu en casi todos los conciertos, sino también gracias a la curiosidad de los organizadores por impulsar proyectos y colaboraciones inéditas”.
A lo largo de 29 días, el gran acontecimiento cultural reunió más de 90 conciertos y espectáculos, con cerca de 4.000 artistas rumanos e internacionales. La célebre violinista Anne-Sophie Mutter recibió el premio de excelencia del Festival, mientras que en la categoría de «Música sinfónica» fue distinguido el director rumano Cristian Măcelaru por su álbum de 2025 dedicado a las composiciones de Enescu.
Director artístico del Festival Enescu y titular de la Orquesta Nacional de Francia, Cristian Măcelaru:
“El premio recibido en este festival es la manera en que los rumanos rinden homenaje a la Orquesta Nacional de Francia. Rumanía y Francia comparten un patrimonio, las extraordinarias composiciones de George Enescu, porque él trajo sus contribuciones a ambos países. Para nosotros ha sido un gran honor sacar a la luz su genio, en el espíritu con el que compuso: generosidad, amor y unidad para todos”.
Entre las orquestas invitadas destacaron la Orquesta Filarmónica Real de Londres y la Orquesta de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma, dirigidas por directores de renombre. Esta edición buscó también acercarse a nuevos públicos, presentando compositores del siglo XXI y conjuntos de la Europa del Este, entre ellos la Orquesta de la Libertad de Ucrania.
Los grandes conciertos se celebraron, como es habitual, en la Sala del Palacio y en el Ateneo Rumano de Bucarest, pero también en escenarios no convencionales, como clubes y espacios al aire libre, y no solo en la capital, sino también en otras grandes ciudades del país.
“Deseo que todo el mundo comprenda la importancia que el arte y la cultura tienen en la sociedad. Una inversión en arte y cultura es una inversión a largo plazo, que no es para nosotros, sino para las generaciones que vendrán”, declaró Cristian Măcelaru a la Agencia Nacional de Noticias Agerpres.
Organizado cada dos años, el Festival contó también en esta edición con el apoyo del Estado rumano, y el Ministerio de Cultura financió más del 90 % de su presupuesto, que ascendió a 75 millones de lei (unos 15 millones de euros).
Versión en español: Valeriu Radulian