La catedral nacional, un momento histórico
La ceremonia de consagración de la pintura en mosaico de la Catedral Nacional fue oficiada por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I de Constantinopla y el Patriarca Daniel de la Iglesia Ortodoxa Rumana.
Mihai Pelin, 27.10.2025, 11:34
En Rumanía, los fieles pueden rendir culto hasta el viernes en el altar de la Catedral Nacional de Bucarest, incluso durante la noche, después de que el domingo el patriarca Daniel bendijera las pinturas del lugar de culto junto con el patriarca Bartolomé I de Constantinopla, acompañados por un concilio de 65 jerarcas, 70 sacerdotes y 12 diáconos.
Al evento asistieron 2.500 invitados, entre ellos los presidentes Nicuşor Dan y Maia Sandu de la República de Moldavia. Entre los presentes se encontraban también los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Mircea Abrudean y Sorin Grindeanu, el primer ministro Ilie Bolojan, los antiguos jefes de Estado Emil Constantinescu y Traian Băsescu, la custodia de la Corona Rumana, Su Majestad Margarita, acompañada por Su Alteza Radu de Rumanía, el presidente de la Academia Rumana, Ioan-Aurel Pop, el nuncio apostólico en Rumanía y la República de Moldavia, Giampiero Gloder, junto con numerosos dignatarios y autoridades, así como invitados extranjeros.
En la explanada frente a la catedral asistieron aproximadamente 8.000 peregrinos procedentes de todo el país, y otros miles de personas siguieron la ceremonia desde fuera del recinto, a través de pantallas instaladas especialmente para la ocasión. El patriarca Daniel afirmó que la presencia de Su Santidad Bartolomé I, patriarca de Constantinopla, tanto en la consagración del altar de la Catedral Nacional de Bucarest en 2018 como este año, en la consagración de la pintura de la catedral, es «un testimonio de la unidad en la ortodoxia y del apoyo constante del Patriarcado Ecuménico a la libertad administrativa y la dignidad de las iglesias locales».
Instó a aprovechar la celebración de la consagración de la pintura de la Catedral Nacional «como un momento luminoso de fortalecimiento de la fe y el amor fraternal». Por su parte, el patriarca Bartolomé afirmó que «el santo icon no es una simple obra de arte, ni un elemento decorativo de las iglesias, los monasterios o nuestros hogares, sino la respuesta contundente de la teología ortodoxa contra las herejías que niegan la verdad de la encarnación del Hijo de Dios y contra aquellos que no aceptan la divinización del hombre por la gracia».
La gente quedó emocionada e impresionada por la magnitud de la Catedral Nacional, la iglesia ortodoxa más grande del mundo. Mide 127 metros y tiene capacidad para 5.000 personas. Dos tercios de las paredes están cubiertas de mosaicos, en los que trabajaron durante siete años más de 200 especialistas en arte bizantino. El iconostasio es el más grande del mundo, con una superficie de casi 400 metros cuadrados, y ambas caras suman un total de 800 metros cuadrados de pintura en mosaico.
Las seis campanas pesan 33 toneladas, de las cuales 25 toneladas corresponden a la principal, una de las campanas de balance libre más grandes de Europa. El evento conmemoró el centenario del Patriarcado Rumano. En 2025 se cumplirán 140 años desde que se reconoció a la Iglesia Ortodoxa Rumana como Iglesia Autocéfala y 100 años desde que fue elevada al rango de Patriarcado.
Versión en español: Monica Tarău