Aplicaciones de la biotecnología
Tras 276 intentos fallidos, en el verano de 1996 nació en Escocia la que se convertiría en la oveja más famosa del mundo, Dolly, cuya existencia no se reveló, no obstante, hasta febrero del año siguiente.
Corina Cristea, 11.03.2022, 11:23
Tras 276 intentos fallidos, en el verano de 1996 nació en Escocia la que se convertiría en la oveja más famosa del mundo, Dolly, cuya existencia no se reveló, no obstante, hasta febrero del año siguiente. Su creación, llevada a cabo mediante un proceso totalmente científico, dividió a la humanidad en dos bandos. Para algunos, quienes creían que los investigadores del Instituto Roslin jugaban a ser Dios, el anuncio generó temores de que lo siguiente podrían ser clones humanos. Otros vieron el logro como un gran paso adelante para la humanidad, a través del cual se podrían salvar especies en peligro de extinción. Independientemente del bando, ese momento sigue siendo hoy un punto de referencia. Mircea Iliescu, doctor en genética humana y evolución del Instituto de Educación Continua de la Universidad de Cambridge, habló en Radio Rumanía sobre la importancia del experimento de Dolly:
“La singularidad y la idea de la primera clonación es importante porque estamos hablando de la clonación a partir de una célula extraída de un animal adulto. Hasta entonces, la clonación se había realizado en ranas y ovejas a partir de células embrionarias, es decir, de células aún no diferenciadas. Pero en este caso, el principio que se demostró que funciona (y técnicamente no era fácil en ese momento, pero el equipo dirigido por Ian Wilmut pudo hacerlo posible) fue que tomaron una célula de glándula mamaria de una oveja adulta y lograron implantarla en un óvulo tomado de otra oveja. Entonces, surgió la idea de reprogramar una célula adulta, reprogramar el material genético: en lugar de tener un espermatozoide y un óvulo, se tomó información de una célula adulta para insertarla en un óvulo, que luego se introdujo en una madre sustituta. Fue la primera vez que se tomó el material de una célula adulta para crear un nuevo organismo, de hecho, ese fue el gran descubrimiento”.
La creación del primer animal clonado a partir de una célula de un mamífero adulto provocó un amplio debate: por un lado, se reconocían los beneficios de sus posibles aplicaciones y, por otro lado, se sacaron a la luz los eventuales problemas éticos. Dio luz a una discusión muy interesante sobre la clonación, nuestro futuro como humanidad, sobre qué podemos hacer con las nuevas técnicas biológicas, sobre el hecho de que podemos manipular el ADN y el hecho de que podemos manipular embriones; fue un momento importante, explica Mircea Iliescu, recordando que 25 años después, hablamos de técnicas de edición genética:
“Al clonar, simplemente estamos hablando de la idea de que podemos tomar material genético de alguien y reproducirlo, es decir, crear un nuevo organismo idéntico. La edición genética significa que podemos intervenir en ese material genético y modificarlo según determinados criterios. Ahora se puede editar de manera muy específica cualquier genoma que se desee. Entonces, la edición genética significa modificar. Por ejemplo, tienes un óvulo fecundado y modificas muy concretamente ciertas unidades del ADN que, por ejemplo, provocan determinadas enfermedades. Estas cosas ahora se pueden hacer técnicamente, esto es lo que significa la edición genética, modificar el ADN. También podemos hablar de edición genética en adultos, para todo tipo de enfermedades”.
La ingeniería genética —la manipulación directa del ADN hecha por el hombre— existe desde la década de 1970, pero la tecnología CRISPR, que apareció hace 10 años y que ha recibido el Premio Nobel de Química en 2020, ha cambiado fundamentalmente este campo. CRISPR es la primera técnica que permite a los investigadores modificar múltiples genes en un solo experimento y puede editar fácil y económicamente el genoma de todos los organismos, desde plantas hasta animales y seres humanos. Su impacto en el campo de la medicina es enorme. CRISPR es, por ejemplo, una herramienta valiosa para identificar biomarcadores mediante la evaluación de cambios en el tejido tumoral. Sus otras aplicaciones están relacionadas con la investigación y el tratamiento de enfermedades genéticas, infecciosas o inmunológicas. La tecnología ya se ha utilizado a gran escala para crear modelos celulares relacionados con la distrofia muscular, la aterosclerosis, la obesidad, la diabetes y el Alzheimer. Además del campo médico, CRISPR también tiene un gran potencial en la producción de alimentos, para mejorar la calidad de los cultivos y lograr resistencia a enfermedades y herbicidas. También ofrece la oportunidad de abordar las alergias alimentarias al reescribir aquellas regiones genéticas que son reconocidas por el sistema inmunitario y que provocan una reacción alérgica. Utilizado en animales, CRISPR puede conducir a una mejor resistencia a las enfermedades y mejores características de producción. Sin embargo, esta tecnología no es perfecta a causa de los desafíos técnicos, como por ejemplo el riesgo de cambios no deseados debido a «cortes» del genoma en lugares no intencionados. Otros tienen que ver con la respuesta del organismo, especialmente del sistema inmunológico, a los virus portadores. Otros problemas son de naturaleza ética. Ya existen experimentos controvertidos, como aquel en el que un biofísico chino intentó sin éxito utilizar tecnología para modificar embriones humanos y hacerlos resistentes al VIH. Ampliamente acusado, finalmente fue condenado en China, un país que se ha convertido en líder en la investigación de edición genómica.