Cumbre mundial sobre la crisis climática
Los fenómenos meteorológicos extremos —incluidas fuertes olas de calor e inundaciones devastadoras— son ahora la nueva normalidad, dice la Organización Meteorológica Mundial.
Corina Cristea, 05.11.2021, 19:19
Los fenómenos meteorológicos extremos —incluidas fuertes olas de calor e inundaciones devastadoras— son ahora la nueva normalidad, dice la Organización Meteorológica Mundial. El Informe sobre el Estado del Clima de 2021 destaca un mundo que cambia ante nuestros ojos. La temperatura media de los últimos 20 años está a punto de superar por primera vez 1 grado Celsius por encima de los niveles preindustriales y el nivel del mar ha alcanzado un nuevo máximo en 2021, según el estudio. Las cifras han sido publicadas con antelación para coincidir con el inicio de la conferencia de la ONU dedicada a combatir el cambio climático (COP26), que se celebra estos días en Glasgow, aunque fue originalmente programada para 2020, pero pospuesta un año debido a la pandemia. Se analizan los progresos registrados en relación con los compromisos asumidos con respecto a los objetivos del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados Celsius respecto a niveles preindustriales y continuar los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados. ¿Por qué exactamente 1,5 grados? Porque, dicen los científicos, mantener el calentamiento global por debajo de este límite es la forma más segura de salvar al planeta de los efectos desestabilizadores del cambio climático. Líderes políticos de casi 200 países —aunque con ausencias notables de los principales países contaminantes—, participan en la cumbre de la ONU, descrita directamente como la última oportunidad que podría conducir a cambios importantes en la vida diaria de cada uno de nosotros. Ya desde el inicio de la reunión, el primer ministro británico, Boris Johnson, hizo un llamamiento a la acción con efectos concretos, advirtiendo de que un fracaso de la conferencia desencadenaría en el mundo una ira y una impaciencia incontrolables:
“La humanidad lleva mucho tiempo perdiendo el tiempo en lo relativo al cambio climático. Queda un minuto para la medianoche en el reloj del Día del Juicio Final y debemos actuar ahora. Si no nos tomamos en serio el cambio climático hoy, será demasiado tarde para que nuestros hijos lo hagan mañana. Estuve allí con muchos de ustedes en Copenhague hace 11 años cuando reconocimos que teníamos un problema. Estuve allí en París hace seis años cuando acordamos reducir las emisiones y tratar de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados. Todas esas promesas no serán más que bla, bla, bla —por decir una frase—, y la ira y la impaciencia del mundo serán incontrolables si no hacemos que la cumbre COP26 sea el momento en que nos pongamos realmente serios con el cambio climático.
Presente en la cumbre de líderes mundiales y dando inicio a la conferencia, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, también hizo hincapié en que la humanidad debe actuar ahora para limitar el calentamiento global, al tiempo que recordó que la UE ha abierto el camino hacia la neutralidad climática para 2050 y hacia objetivos más ambiciosos para 2030:
Nosotros, la humanidad, hemos iniciado una guerra contra la naturaleza y todos nosotros debemos detener esta amenaza y ofrecer esperanza a las generaciones futuras. La ciencia lo muestra muy claramente. En Europa, como en otros lugares, los jóvenes han despertado nuestra conciencia y es tanto nuestro deber, como nuestra responsabilidad, estar a la altura de las circunstancias. La Unión Europea escucha este llamamiento y está plenamente comprometida, tenemos unos objetivos ambiciosos.
Las expectativas de los países en desarrollo son recibir paquetes financieros sustanciales de los países ricos. No se trata de ser caritativo, sino de pagar la factura de la limpieza si se ha contribuido a llevar al planeta Tierra —al que llamamos nuestro hogar— al estado en el que se encuentra, dijo el presidente de Malawi, Lazarus Chakwera. Esta declaración surge en el contexto en el que, casi sin responsabilidad por el cambio climático, los países pobres se encuentran, a su vez, entre los más afectados por sus efectos. Pero los efectos los sienten y los seguirán sintiendo todos. En preparación para la cumbre climática de Glasgow, la Casa Blanca, la comunidad de servicios secretos de Estados Unidos y el Pentágono han publicado recientemente un conjunto de documentos sobre cómo el cambio climático afectará la seguridad global. Los informes destacan la creciente preocupación de la administración de los Estados Unidos, por ejemplo, de que el cambio climático pueda remodelar los intereses estratégicos de Estados Unidos, brindar nuevas oportunidades a sus rivales, como China, y acentuar la inestabilidad en Estados nucleares como Pakistán y Corea del Norte. Las tensiones geopolíticas aumentarán en las próximas décadas a medida que los países experimenten los efectos físicos del cambio climático, y las sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos pueden provocar conflictos y desembocar en desplazamientos masivos de población:
Nos encontramos con los ojos de la Historia sobre nosotros y preguntas profundas por delante. Es simple: ¿vamos a actuar? ¿Haremos lo que sea necesario? ¿Aprovecharemos la inmensa oportunidad que tenemos? ¿O condenaremos a sufrir a las generaciones futuras?,
señaló el líder de la Casa Blanca, Joe Biden, en Glasgow. Estados Unidos no se encuentra, sin embargo, entre los 190 firmantes —naciones y organizaciones— del compromiso al que se ha llegado estos días en Glasgow de renunciar al carbón. Otros grandes dependientes del carbón, como Australia, India o China, tampoco están entre los que han acordado eliminar gradualmente la energía basada en el carbón: para 2030 las principales economías y los países más pobres para 2040. Por otro lado, el jefe de la delegación de Greenpeace en la Conferencia de la ONU dice que el compromiso aún está muy por debajo del objetivo ambicioso necesario dentro de una década crítica de renuncias a los combustibles fósiles.
(Corina Cristea)