Reto del mañana
Europa, en el camino de las drogas
Corina Cristea, 07.01.2022, 15:56
A pesar de las fuertes críticas de la oposición de centro-derecha, de las asociaciones de médicos y de la iglesia, el Parlamento de Malta aprobó una ley a mediados de diciembre por la que cualquier adulto puede poseer hasta 7 gramos de cannabis y cultivar un máximo de 4 plantas. Malta se ha convertido así en el primer país europeo en permitir el cultivo limitado y la posesión de cannabis para uso personal. La decisión se ha tomado dentro del contexto de una corriente más amplia en la Unión Europea: en octubre, Luxemburgo presentó planes similares, pero la legislatura del país aún no ha aprobado la medida; Alemania, donde el uso de cannabis con fines médicos está legalizado desde 2017, anunció que quiere establecer un mercado de cannabis regulado, tras anuncios similares por parte de los gobiernos de Suiza, Luxemburgo y los Países Bajos; y en Italia los consumidores de cannabis han reunido suficientes firmas para celebrar un referéndum al respecto. El cambio en el enfoque de los gobiernos europeos se produce tras una decisión de la ONU en 2020 por la que se eliminó el cannabis de la lista de sustancias peligrosas. Un estudio publicado en noviembre por el Instituto de Economía de la Competencia muestra que la legalización del cannabis generaría en Alemania, por ejemplo, unos ingresos fiscales de unos 4700 millones de euros al año, incluyendo un ahorro de 1300 millones de euros en actividades de la policía y del sistema judicial, y crearía 27 000 puestos de trabajo. ¿Cuáles son las posibilidades de que estas medidas, tomadas o consideradas por varios países, controlen el consumo de drogas, un fenómeno creciente en Europa, un mercado alimentado tanto por la producción interna como por el tráfico de drogas de otras partes del mundo? América del Sur, Asia occidental y África del norte son fuentes importantes de las drogas ilegales que llegan a Europa, mientras que China es un país del que provienen nuevas sustancias psicoactivas. El Informe Europeo sobre Drogas, presentado en junio de 2021, advierte sobre los riesgos para la salud pública que plantea la disponibilidad y el uso de una gama más amplia de sustancias, a menudo de alta potencia y pureza. El documento muestra que el 15 % de los adultos jóvenes europeos, es decir, 18 millones de personas, han consumido cannabis en el último año y más de 25 millones de personas con edades comprendidas entre los 15 y 64 años, es decir, el 7,6 % de este grupo de europeos, han consumido cannabis en el último año. El informe describe cómo los grupos de crimen organizado han aumentado su producción de drogas ilegales en Europa y señala que continúan surgiendo nuevas sustancias psicoactivas nocivas y poderosas. En 2019, se denunciaron 1,5 millones de delitos relacionados con las drogas en la Unión Europea, el 82 % de los cuales estaban relacionados con el consumo o la posesión para consumo personal. Al mismo tiempo, se cerraron 370 laboratorios ilegales. Según el Observatorio Europeo, más de la mitad de las 45 ciudades que tienen datos sobre trazas de cocaína en sus aguas residuales reportaron incrementos para los años 2018 y 2019. Los datos centralizados también muestran que todavía se incautan grandes cantidades de cocaína y heroína en la UE, lo que genera preocupaciones sobre el posible impacto en los niveles de consumo. Los especialistas en Rumanía también señalan que el consumo de cannabis y de sustancias con propiedades psicoactivas ha aumentado recientemente y la edad de los consumidores es cada vez menor. En los primeros 11 meses de 2021, los agentes de policía de la Dirección de Lucha contra la Delincuencia Organizada incautaron en Rumanía casi una tonelada y media de heroína, casi 900 kg de cocaína y más de 400 kg de cannabis, valores más altos que en los últimos años. La mayoría de estas sustancias, sin embargo, no se quedan en el país, según explica a Radio Rumanía Victor Nistor, comisario jefe de policía: (track):
“Todas las grandes cantidades incautadas en Rumanía en los últimos años estaban de paso, no estaban destinadas al mercado rumano. Al igual que otros países europeos, Rumanía es afectada por rutas de traficantes, especialmente porque tiene acceso al puerto del Mar Negro y está en la ruta clásica de los Balcanes que parte de Afganistán, Irán, a través de Turquía hacia Bulgaria y Rumanía, hasta el oeste de Europa, con respecto a las rutas de heroína. Si nos comparamos con los países del entorno, estrictamente en lo que respecta a la lucha contra la droga, nuestro punto de vista es que estamos muy bien, las cantidades que se destinan al mercado rumano aumentan constantemente, porque todos los informes de seguimiento del narcotráfico reflejan el hecho de que todos los tipos de drogas están mucho más presentes en el mercado y el número de consumidores está en constante crecimiento».
Victor Nistor cree que Rumanía no está preparada para la legalización de las drogas blandas, incluso si algunas asociaciones así lo exigen. Dice que estas medidas se podrían tomar de forma paulatina, para preparar el sistema sanitario y el sistema educativo para concienciar a las personas del peligro de la exposición al consumo de drogas y solo entonces se podría adoptar una variante, no necesariamente su legalización, sino más bien la despenalización del consumo de algunas categorías de drogas blandas.