Riesgo de exposición a la desinformación
La compañía detrás de la plataforma Facebook y la aplicación Instagram ha eliminado más de 1000 cuentas falsas de Nicaragua que, según afirma, formaban parte de una campaña de desinformación apoyada por el Gobierno.
Corina Cristea, 19.11.2021, 16:20
La compañía detrás de la plataforma Facebook y la aplicación Instagram ha eliminado más de 1000 cuentas falsas de Nicaragua que, según afirma, formaban parte de una campaña de desinformación apoyada por el Gobierno. Una campaña que comenzó hace tres años en un intento de denigrar a la oposición y que se ha extendido a otras plataformas, entre ellas TikTok y Twitter, dicen los investigadores de Meta. Es solo un ejemplo de los muchos que aparecen y que sacan a relucir cada vez más el poder de la información distorsionada o transmitida maliciosamente en un mundo cada vez más conectado a medios de difusión más fáciles. Los intereses detrás de la información engañosa son múltiples y, en general, importantes y en ocasiones involucran incluso a agentes estatales. Para contrarrestar esto, se necesita una comunicación pública coordinada, según ha subrayado el jefe de diplomacia en Bucarest, Bogdan Aurescu, recientemente en el Consejo del Atlántico:
«Creo que es muy importante educar al público en general para que esté muy atento a la hora de leer la información y para que preste especial atención a las fuentes de información, así como a la posibilidad de una agenda oculta con ciertos mensajes que pretenda minar la confianza en los valores democráticos. Por ejemplo, cuando ves la televisión Sputnik diciendo que Rumanía y la UE hacen una cosa u otra. Bueno, no. Rumanía es la UE, Rumanía es la OTAN, no somos una entidad fuera de estas organizaciones. Este tipo de mensajes intentan inmiscuirse, sugerir que Rumanía aún está lejos de estas organizaciones, y estos mensajes están destinados a socavar la confianza del público».
El período de la pandemia ha demostrado, una vez más, que la exposición a la desinformación representa un problema importante. Una verdadera industria de la desinformación y de teorías de la conspiración ha invadido las redes sociales, pero también las grandes tiendas online donde se venden libros, por ejemplo. El corresponsal de Radio Rumanía en Francia ha informado de que muchas obras que trasmiten teorías conspirativas relacionadas especialmente con el origen de la COVID-19 o sobre supuestos intereses detrás de las vacunas se encuentran entre las más vendidas de las librerías. Daniela Coman:
««Big Pharma desenmascarada», publicado en la primavera de este año, ha vendido más de 14 000 ejemplares en pocos meses, situándose entre los libros más vendidos sobre la COVID-19 y suponiendo un éxito a juicio de la editorial que lo publicó. Regalado por un familiar, recomendado por un librero… el libro da un aspecto creíble a las teorías defendidas por algunos epidemiólogos durante la crisis y contribuye a la conspiración para el público general, según apunta un especialista de la Universidad de Rennes, entrevistado por AFP. No es de extrañar que la conspiración funcione. Las plataformas de venta online como Amazon u otras han puesto de relieve este tipo de obras porque intuían que encontrarían compradores y este no es un fenómeno nuevo en absoluto. Siempre ha sucedido, explica el experto. Las teorías de la conspiración relacionadas con la COVID y transmitidas en bucle en Internet se han convertido en un verdadero discurso ambiental para sus seguidores, quienes buscan solo opiniones que coincidan perfectamente con las suyas; todos los que investigan la manipulación, la desinformación y el fenómeno de las noticias falsas están de acuerdo: las crisis son el mejor momento tanto para los generadores como para los consumidores de complots y conspiraciones».
La desinformación es también una de las razones por las que Rumanía se encuentra a la cola en términos de inmunización contra la COVID-19, con consecuencias que se miden en decenas de miles de muertes. La sociedad ha fracasado en general, teniendo en cuenta que algunas personas han sido estafadas y engañadas por estas teorías conspirativas de desinformación, por personas que han surgido de la nada y transmiten información de fuentes oscuras, información no validada científicamente, pero han optado por creer en estas personas, en lugar de escuchar lo que dicen los expertos, los datos reales, los datos científicos, dice el coordinador de la campaña nacional de vacunación, el doctor Valeriu Gheorghita. ¿Qué se puede hacer? Las habilidades digitales de pensamiento crítico son una herramienta necesaria para discernir entre la avalancha de información que invade todos los canales de comunicación; en su ausencia, el riesgo de caer presa de la desinformación es muy alto, ha explicado a Radio Rumanía la profesora universitaria Alina Bargaoanu, experta en la lucha contra noticias falsas:
“Ahora mismo, la propaganda se basa mucho en el hecho de que nosotros, los usuarios de las redes sociales, somos los que difundimos. La propaganda actual no necesariamente tiene lugar a través de estructuras jerárquicas, la ampliganda (término utilizado para definir propaganda y amplificación) se dirige a cada individuo y cada uno de nosotros somos receptores y distribuidores de esta propaganda. En las redes sociales, la principal protección contra la desinformación es tener un comportamiento lo más reservado posible para tener la menor contribución a su distribución posible, por no mencionar el share o el comment (compartir o comentar), incluso sobre temas con los que no estamos de acuerdo. Haría un breve paréntesis aquí con estos temas de desinformación, con chips, con tecnología 5G, que a menudo han sido incorporados al mainstream (los principales canales de comunicación a disposición del público general) desde los confines de Internet precisamente por personas que no estaban de acuerdo con estas cosas. Y así ha empezado esta Hahaganda (propaganda satírica), por ejemplo, con que la vacuna significa la implantación del chip, que era un tema encontrado en rincones de Internet, pero que hemos amplificado porque no estábamos de acuerdo con él”.
Mi principal consejo, especialmente para aquellos que pasan mucho tiempo en las redes sociales, dice Alina Bargaoanu, es que la principal defensa es el comportamiento reservado.