Un acuerdo sobre la competencia leal
Desde hace casi tres años, varios países que representan un 70% del comercio mundial de servicios celebran negociaciones para llegar a un nuevo acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios
Corina Cristea, 18.03.2016, 18:02
Desde hace casi tres años, varios países que representan un 70% del comercio mundial de servicios celebran negociaciones para llegar a un nuevo acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios – TISA (en inglés, Trade in Services Agreement). Entre los 23 participantes en dichas negociaciones, la Unión Europea es una entidad única. ¿Por qué es necesario un nuevo acuerdo? En primer lugar, porque hace falta reglamentar algunos servicios que no están incluidos en el actual acuerdo que entró en vigor en 1994 que aparecieron o se desarrollaron en este período, como es por ejemplo el mercado digital. Además, hay que tomar en consideración la importancia creciente de los servicios en el cálculo del PIB.
Según los indicadores del Banco Mundial, el peso del valor añadido del sector de los servicios en el PIB global ha crecido rápidamente: de un 53% en 1970, a un 57% en 1990, un 67% en 2000 y un 70% en 2011. Las negociaciones actuales contemplan establecer un paquete mínimo global de requisitos para el comercio en algunos sectores como son, por ejemplo, el sector de los servicios financieros o de transportes. Reunidos en sesión plenaria, los diputados europeos votaron el pasado mes de febrero una resolución sobre la orientación de la política comercial de la UE para satisfacer los intereses de las empresas comunitarias y de los consumidores.
“Este voto es un momento importante. Me alegro de haber conseguido un amplio apoyo político en este sentido. Ayer, la Comisión Europea tenía un cheque en blanco. Hoy recibe un mandato parlamentario muy claro: si nuestras recomendaciones se respetan, TISA ofrecerá más derechos a nuestros ciudadanos y eliminará algunos obstáculos para nuestras compañías en el extranjero. Si no, el Parlamento no vacilará en vetar dicho acuerdo”, ha declarado la ponente Viviane Reding. Todo eso porque “no queremos que TISA socave nuestros servicios públicos, la cultura, la legislación laboral, los estándares de medio ambiente, de protección de los consumidores y de protección de los datos, dicho de otro modo, la manera en que vivimos en Europa”, ha señalado también Reding.
Para proteger las empresas de la UE contra la competencia desleal en el extranjero, los diputados han exigido que los negociadores comunitarios pidieran el cambio de las prácticas de terceros países contra las empresas de la UE. Además, habrá menos burocracia para las pymes y lo más importante, habrá también reciprocidad en la apertura de los mercados, sobre todo en lo que se refiere a las subastas públicas internacionales, el transporte, los servicios financieros y digitales, en el contexto en que actualmente los servicios de la UE ya están más abiertos a la competencia extranjera que los de sus socios. Se necesitan reglas muy claras que reglamenten la competencia, ha explicado la europarlamentaria Norica Nicolai:
“Se necesita cierta protección. Todos conocemos las consecuencias de algunos servicios financieros desarrollados sin reglamentaciones durante la crisis. Además, se plantea el problema de levantar las barreras comerciales con terceros países. Me parecieron muy importantes las conversaciones sobre la mano de obra y también sobre la movilidad interna y externa de dicha mano de obra. Desgraciadamente, en la UE se nota una tendencia de limitar el acceso al mercado laboral. En este contexto, es bienvenida la propuesta de introducir la célebre cláusula llamada Golden Standard sobre la mano de obra altamente calificada, a la que la UE es muy receptiva. En mi opinión, continúa también el fenómeno del robo de cerebros en todo el mundo.”
Los datos indican que la UE en su conjunto es el principal exportador, pero también el principal importador de servicios a nivel mundial. ¿Se ve amenazada esta posición? Nos responde la eurodiputada Norica Nicolai:
“No, no se ve amenazada en este momento, sobre todo porque estamos comprometidos en negociaciones de larga duración, bastante duras, porque dado que la economía mundial está en recesión, muchos países no renunciarán a las medidas proteccionistas que les permiten mantener su crecimiento y limitar los daños. Sin embargo, en la medida en que otros servicios se desarrollarán aprovechando el progreso tecnológico, se corre el riesgo de que también algunos servicios de la UE se vean afectados. Pero esto ocurrirá a corto plazo, porque pienso que dentro de 5-6 años finalizaremos estas negociaciones y creo que en 2020 — 2025 habrá un nuevo acuerdo general sobre el comercio de servicios.”
La evolución de la estructura de la economía rumana en los últimos años indica una economía emergente que ha atravesado un período de sobrecalentamiento y ahora se está recuperando, con un sector de servicios que todavía está por debajo del promedio de la UE. También se nota un cambio de estructura, desde los sectores con un pequeño valor añadido, como es la agricultura, a los sectores con un valor añadido grande, lo que es beneficioso y representa el cumplimiento de los criterios de convergencia real a la eurozona, según afirman los analistas. Los datos más recientes publicados por Eurostat muestran que Rumanía registró el tercer crecimiento económico en la UE en el último trimestre del año pasado, junto a Suecia, República Checa y Eslovaquia.