Las instituciones del Estado rumano se vieron deformadas a imagen y semejanza del régimen comunista instaurado en Rumanía en 1945 y que funcionó hasta 1989. La Academia Rumana fue disuelta en 1948 para ser refundada con el nombre de Academia de la República Popular Rumana y, a partir de 1965, Academia de la República Socialista Rumana. La biblioteca de la Academia también se vio sometida al mismo régimen, aunque logró funcionar en la medida en que lo permitían las rigurosas medidas de control del partido y del Estado
Intelectual destacado del PCR, el jurista Lucrețiu Pătrășcanu fue el ejemplo clásico de intelectual cegado por el totalitarismo, sistema en el que había depositado sus esperanzas. Eliminado en 1954 por sus rivales y compañeros ideológicos, Pătrășcanu fue rehabilitado en 1968, pero solo para servir a las mismas ideas, ligeramente modificadas