Movilización para la defensa
La UE se encuentra en un momento en el que la necesidad de reforzar su propia capacidad de defensa es cada vez más evidente: los acontecimientos geopolíticos obligan a Bruselas a adoptar un modelo de defensa más sólido, coherente e interoperable.
Corina Cristea, 19.12.2025, 12:28
La necesidad de que la UE refuerce su propia capacidad de defensa resulta cada vez más evidente. La evolución geopolítica, que incluye la guerra en Ucrania, el aumento de la competencia global o los cambios en la política de seguridad de Estados Unidos, empuja a Bruselas hacia un modelo de defensa más robusto, coherente e interoperable. La determinación de la Unión nace de una necesidad estratégica, ser menos dependiente de otros actores en lo relativo a la seguridad de sus propios territorios. La OTAN sigue siendo el pilar principal de la defensa europea, pero los Estados miembros son cada vez más conscientes de que, sin inversiones mayores, coordinadas y orientadas, Europa corre el riesgo de seguir siendo vulnerable ante amenazas convencionales, híbridas, cibernéticas y energéticas. Así surgió el concepto de autonomía estratégica, interpretado no como una separación de la OTAN, sino como una capacidad complementaria. Y la iniciativa concreta más reciente en esa dirección es el llamado Schengen militar propuesto por la Comisión Europea, centrado en el hecho de que la movilidad es crucial en un contexto en el que el tiempo de reacción y la logística pueden decidir el resultado de una operación militar. Hay que tener preparado el antídoto necesario, dice el periodista Radu Tudor, analista militar:
“La amenaza aumenta. La guerra no termina. Rusia se convierte, desde el punto de vista de la seguridad del continente, en la mayor amenaza, y nosotros tenemos que movernos un poco más rápido. Tenemos, hasta este momento, ritmos distintos en la implementación de los proyectos de desarrollo de la industria de defensa, en la implementación de los proyectos de movilidad militar, pero también en el despliegue de nuevos sistemas de defensa en el flanco oriental de la OTAN. Para trasladar 50 tanques Leclerc a Rumanía hacen falta demasiados días. En caso de necesidad, Dios no lo quiera, ante una provocación rusa contra la OTAN, necesitamos acortar ese tiempo, porque el preposicionamiento de tropas y material no es suficiente. Evidentemente, tienen que venir de 31 Estados miembros de la OTAN tropas, material, armamento, munición, logística, hablamos de Rumanía, válido también para Polonia, para los países bálticos. Por tanto, desde mi punto de vista, la Comisión Europea debería adoptar con rapidez un reglamento obligatorio para todos los Estados miembros, que se implemente en un plazo de 12 meses, porque implica modificar acuerdos, elementos de la legislación y adaptar la infraestructura a la capacidad de transporte para material pesado.”
Cuatro serían los objetivos del Schengen militar – el despliegue rápido de tropas y equipos dentro de la Unión; la reducción de la burocracia transfronteriza; la adaptación de la infraestructura civil (puentes, vías férreas, carreteras, puertos) a necesidades militares, respectivamente respuestas rápidas en situaciones de crisis. Según la propuesta de la Comisión, los Estados miembros deberían permitir el paso de las tropas en tres días en tiempo de paz y en solo seis horas en situaciones de emergencia, con trámites aduaneros simplificados, en concreto únicamente sobre la base de una notificación entre Estados. La presión ejercida por la crisis de Ucrania y la agresividad de Rusia obliga a Europa a este esfuerzo que, ante todo, debe partir de la construcción de una capacidad de disuasión, dice también el analista de política exterior Victor Boştinaru, ex miembro de la Comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo:
“Europa no se propone llevar a cabo ningún tipo de acción ofensiva, contrariamente al discurso de Putin o de Peskov. Europa debe ser convincente en lo que respecta a su capacidad de disuasión. Y aquí hay varios ámbitos que ya se perfilan de manera visible. Por un lado, por primera vez Europa asigna, por fin, dinero para construir una capacidad de defensa. Esto no ha ocurrido hasta ahora, pero ya no existe más que una sola solución para que el proyecto europeo siga siendo viable, una capacidad de defensa consistente. Lo segundo es la necesidad de que Europa se implique ya en la producción de equipos militares capaces de competir y de contrarrestar, por un lado, la amenaza rusa, pero, al mismo tiempo, de reducir, al menos parcialmente, la dependencia de los suministros de Estados Unidos. En tercer lugar, ya va tomando forma, más rápido de lo que imaginábamos el año pasado, este ambicioso proyecto de obras de ingeniería civil de doble uso, es decir, se trata de construir infraestructuras viarias y ferroviarias capaces de servir tanto al sector civil como al de la defensa. Infraestructuras que soporten grandes sobrecargas, autopistas, vías férreas, puentes, de manera que permitan el traslado de esos equipos y del personal hacia potenciales zonas de combate, en un horizonte de tiempo muy corto. No en último lugar, asistimos a avances significativos en la industria europea de defensa, acuerdos de cooperación o fusiones en ámbitos clave, desde el equivalente al sistema de satélites de Elon Musk hasta el diseño y la construcción de misiles y otros sistemas de defensa.”
El aumento de la movilidad militar debería significar tanto la mejora de la infraestructura en los Estados miembros, como un mecanismo de emergencia, que sería activado por el Consejo de la Unión Europea cuando, en caso de crisis, deban trasladarse grandes convoyes de material específico y militares.
Versión en español: Valeriu Radulian