Una guerra comercial que reconfigura el mundo
Los recientes aranceles anunciados por el presidente Donald Trump causaron conmoción.

Corina Cristea, 18.04.2025, 12:59
Los recientes aranceles anunciados por el presidente Donald Trump causaron conmoción. El 2 de abril es «el día de la liberación de Estados Unidos» y será recordado para siempre como «el día en que la industria estadounidense renació, el día en que Estados Unidos tomó su destino en sus propias manos y el día en que empezamos a hacer a Estados Unidos rico de nuevo», proclamó Donald Trump. Pero muchos economistas han advertido de que las medidas anunciadas podrían ralentizar la economía mundial, amplificar el riesgo de recesión y elevar el coste de la vida en miles de dólares al año para las familias estadounidenses corrientes. Eso es lo contrario de lo que Trump dijo que pretendía. Los temores provocaron una ralentización mundial de la actividad industrial y los efectos se dejaron sentir de inmediato en los mercados financieros.
La prensa internacional se ha inundado de expresiones como «matanza en las bolsas», «baño de sangre», «pánico», «locura», «situación dramática» o «lunes negro». Como invitado a Radio Rumanía, Radu Hanga, presidente de la Bolsa de Bucarest, ha descrito este este momento, incluso la situación que hay en Rumanía:
«Creo que estamos atravesando un periodo complicado y no creo que sea un periodo del que vayamos a salir rápidamente. Probablemente el mundo se esté rediseñando, de hecho es lo que vemos a nuestro alrededor y probablemente sea un proceso que va a ser largo. No espero que volvamos muy rápidamente al mundo al que estábamos acostumbrados. Si nos fijamos, desde el anuncio de los aranceles por parte de Estados Unidos, los principales mercados mundiales han registrado caídas significativas, generalmente de entre el -10% y el -15%. Yo diría que la reacción de los mercados locales aquí en la región, incluido el mercado rumano, ha sido muy buena y yo diría que esta reacción refleja en cierto modo lo que está ocurriendo en el mundo. Es decir, vemos un declive de la globalización, vemos que el mundo está cada vez más fragmentado y vemos que estos aranceles van a empezar a imponer barreras al comercio mundial».
Hace un mes, Estados Unidos impuso un arancel del 25% a las importaciones de acero, aluminio, vehículos y piezas de automóviles, independientemente del país de origen. Para la segunda etapa, los aranceles consistían en un derecho básico del 10% sobre todas las importaciones -excepto las ya gravadas con un 25% y algunos productos energéticos y semiconductores-, con aranceles adicionales para decenas de países en función de si gravan las importaciones estadounidenses y de su superávit comercial con Washington. El profesor Cristian Păun ha explicado en Radio Rumanía cómo afectan los derechos de aduana al comercio entre países y por qué los estadounidenses quieren más:
«Porque tienen un déficit comercial muy grande con el resto del mundo y porque tienen un déficit presupuestario muy grande. Pero no lo solucionan con estos aranceles, al contrario, lo complican aún más. Es decir que, si pones un derecho de aduana a la entrada de materias primas, subconjuntos, evidentemente todo lo que tienes dentro de tu país y para tu país producido por empresas estadounidenses se encarecerá por estos derechos de aduana que imponen. Y es poco probable que EE.UU. traslade la producción de todos los subconjuntos al interior muy rápidamente. Por otro lado, todo lo que exportes se verá afectado por los derechos de represalia de los demás, que encarecerán los bienes que exportes y produzcas en Estados Unidos. Así que tendríamos al menos dos efectos directos. Por un lado, precios internos más altos -y todo ello conduce a un menor consumo y, al final, a menos impuestos recaudados en otros lugares- y, obviamente, no resuelves el problema del déficit presupuestario con una economía que reduce el consumo. Por otro lado, tus exportaciones se desplomarán, porque se vuelven más caras y más ineficientes, así que tampoco solucionas el problema del déficit comercial, y al final no solucionas el problema del déficit presupuestario, porque esas empresas estadounidenses producirán menos porque ya no tienen exportaciones. Así que Trump, sin duda, no conseguirá sus objetivos. En general, un país no logra sus objetivos a través del proteccionismo arancelario o no arancelario, al contrario, el libre comercio, dice el libro de economía, es la solución para tener prosperidad».
Quizá sea también la razón por la que, después de que numerosos países pidieran negociaciones con Washington, apenas unas horas antes de que entraran en vigor los aranceles adicionales el presidente Trump anunció un aplazamiento de 90 días para decenas de socios comerciales de Estados Unidos. Entre ellos, sin embargo, no se encuentra China, a la que Donald Trump ha impuesto aranceles del 145%.
En los mercados, la respuesta de Pekín, con subidas de hasta el 125%, anuló rápidamente la sensación de alivio generada por el levantamiento de la mayoría de los aranceles estadounidenses durante tres meses para negociar nuevos acuerdos comerciales. Las bolsas volvieron a entrar en números rojos, el dólar cayó ligeramente frente al euro y el precio del oro alcanzó un nuevo máximo histórico.
En términos generales, entre las ideas que se mencionan está la de que Donald Trump en realidad quería provocar negociaciones con aranceles adicionales, que altos funcionarios estadounidenses han presentado como un inteligente reposicionamiento de Estados Unidos en el orden comercial mundial. La UE ha acogido con satisfacción la suspensión temporal de los aranceles estadounidenses -que considera un paso importante hacia la estabilización de la economía mundial- y ha aplazado su respuesta a Trump para dar una oportunidad a las negociaciones.
Versión en español: Monica Tarău