Europa, el continente que más se calienta
Las temperaturas extremas, como las registradas este año, ilustran la multiplicación y la intensificación de las olas de calor en Europa, una consecuencia directa del calentamiento climático, según los científicos. Los datos muestran que los incendios han arrasado este año más de un millón de hectáreas de terreno en la UE, la mayor superficie desde que se empezaron a registrar oficialmente en 2006.
Corina Cristea, 12.09.2025, 14:22
Los incendios han devastado este año más de un millón de hectáreas en la Unión Europea, la mayor superficie desde que existen registros oficiales en 2006. Como consecuencia, se han emitido más de 38 millones de toneladas de dióxido de carbono, según informó el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales de la UE.
Los investigadores explican que estas condiciones propicias a los incendios se deben a una reducción del 14% de las precipitaciones invernales, mientras que la incidencia de las altas temperaturas estivales ha crecido un 13%. Todo ello, advierten los científicos, es consecuencia del calentamiento global. Más allá de los daños materiales, las consecuencias alcanzan también un número considerable de víctimas mortales.
Un informe publicado en agosto por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU, en el que se detalla el impacto del calor extremo a escala global, señala que las temperaturas extremas provocaron unas 489.000 muertes anuales entre 2000 y 2019, de las cuales el 36% ocurrieron en Europa. La OMM advierte de que los países deben actuar con mayor rapidez para adaptarse al cambio climático y contener el aumento de la temperatura, en línea con el Acuerdo de París de 2015.
“El calor extremo se conoce a veces como el asesino silencioso, pero con la ciencia, los datos y la tecnología actuales, el silencio ya no es una excusa. Cada muerte causada por el calor extremo puede evitarse”, declaró la secretaria general adjunta de la OMM, Ko Barrett. La organización estima que la ampliación de los sistemas de alerta sanitaria frente a las olas de calor en apenas 57 países podría salvar cerca de 100.000 vidas al año.
No se trata solo de un problema climático, sino de una emergencia de salud pública, subrayan los expertos. Los estudios y organismos científicos coinciden en que la frecuencia de las olas de calor aumenta en Europa, el continente que más rápido se calienta del planeta, según el observatorio europeo Copernicus.
Un estudio conjunto de universidades de Alemania y Rumanía, que repasa las olas de calor registradas entre 1921 y 2021, concluye que existe “un incremento significativo de la frecuencia de las olas de calor en la mayoría de las regiones de Europa, especialmente en las tres últimas décadas”.
Invitada en Radio Rumanía, la doctora Roxana Bojariu, climatóloga de la Administración Nacional de Meteorología, habló sobre la aceleración de los fenómenos meteorológicos extremos en Rumanía a causa del cambio climático, aunque subrayó que la situación no difiere de la que se vive a escala mundial:
“El número de días con olas de calor en Rumanía, sobre todo en el sur y en el extremo occidental del país, aumenta año tras año. Y, en general, las temperaturas crecen a un ritmo sostenido, especialmente en verano, después en invierno. Las estaciones de transición muestran también esta tendencia, aunque de forma menos pronunciada que en verano. Así, las olas de calor son ya más frecuentes, más intensas, de mayor duración que en décadas anteriores y, además, comienzan antes”.
El año pasado fue el más caluroso jamás registrado en la Tierra. Las mediciones muestran que el periodo de 12 meses comprendido entre agosto de 2024 y julio de 2025 fue 1,53 grados Celsius más cálido en comparación con los niveles preindustriales, superando el límite de 1,5 grados fijado en el Acuerdo de París, en vigor desde 2016.
La causa principal del cambio climático sigue siendo la emisión de gases de efecto invernadero derivados de la quema de combustibles fósiles.
Los datos revelan que la Unión Europea pierde cada año, debido a los riesgos climáticos, un 6,4% de su producción agrícola, lo que equivale a 28.000 millones de euros: 17.400 millones corresponden a cultivos y 10.900 millones a la ganadería. Sequías, heladas, granizadas y precipitaciones extremas son responsables del 80% de las pérdidas agrícolas relacionadas con el clima en la UE, aunque la sequía es el principal factor, pues ocasiona más de la mitad de los daños.
En un escenario ideal, las lluvias deberían repartirse con cierta frecuencia e intensidad, pero no es lo que ocurre: o bien escasean, o bien se concentran en episodios de intensidad desmesurada. El aumento de la violencia de las precipitaciones es otro fenómeno directamente vinculado al calentamiento global, advierte la climatóloga Roxana Bojariu:
“El problema es que la mayor intensidad de las precipitaciones no recarga eficazmente el suelo con agua, porque esas cantidades caen en muy poco tiempo y prácticamente no hay margen para que se infiltren. Gran parte se escurre en la superficie, lo que acarrea problemas de erosión, ya que esa escorrentía arrastra también la capa fértil del suelo”.
Mientras tanto, los objetivos para frenar el calentamiento global siguen siendo ambiciosos, pero en Europa las olas de calor se extienden cada vez más y ocupan un espacio creciente en el calendario. Y las consecuencias están a la vista.
Versión en español: Valeriu Radulian