La victoria del PAS y el futuro proeuropeo de la República de Moldavia
La República de Moldavia ha elegido: el Partido Acción y Solidaridad ha obtenido una victoria histórica, ganando la mayoría de los escaños en el Parlamento. El resultado ofrece una oportunidad real para el proceso de europeización del país.
Corina Cristea, 10.10.2025, 14:00
En septiembre, la República de Moldavia se enfrentó a un examen electoral decisivo cuyo resultado marcaría la dirección que tomaría el país: consolidar su rumbo europeo o aplazarlo una vez más. Desde hace varios años, la adhesión a la Unión Europea constituye un objetivo político central para Moldavia, acompañado de la expectativa de estabilidad, prosperidad y seguridad.
El país ha hablado en las urnas: el Partido proeuropeo Acción y Solidaridad (PAS) logró una victoria histórica al obtener más de la mitad de los escaños en el Parlamento. El resultado abre una oportunidad real para avanzar en el camino europeo y valida la promesa de continuar las reformas exigidas por Bruselas: una justicia independiente, la lucha contra la corrupción y la modernización institucional.
¿Qué tan difícil será el camino hacia la adhesión? El experto en políticas públicas Sorin Ioniță lo resume así:
“El camino europeo siempre ha sido difícil y no creo que se pueda prometer una fecha límite, aunque se baraja el año 2030. Lo extraordinariamente positivo es que ese camino puede continuar. Es decir, pueden iniciar negociaciones en serio, con al menos cuatro años por delante de un gobierno estable. Y es la única opción posible, porque cualquier otro resultado electoral habría bloqueado definitivamente la vía europea de Moldavia. Ya hemos visto en los Balcanes Occidentales lo que significa descarrilar en este momento: si no aprovechas la ventana de oportunidad cuando está abierta y esperas a que se cierre sin saber cuándo volverá a abrirse, el tren pasa. Moldavia, en el escenario europeo, se encuentra ahora en la mejor de las situaciones posibles, pero el recorrido técnico no será sencillo.”
Comienza así un trayecto lleno de obstáculos. En el interior, la oposición política alerta sobre los costes de la integración y trata de capitalizar los temores relacionados con los cambios económicos y sociales. En el exterior, Rusia mantiene su influencia en la región de Transnistria y recurre a la desinformación. Todo ello refuerza la urgencia de materializar las reformas prometidas en los ámbitos judicial, administrativo y económico.
El experto en comunicación estratégica Rufin Zamfir explica:
“Lo primero que debe reforzarse es la comprensión de las vulnerabilidades de la sociedad que Rusia puede aprovechar. Me refiero en particular a la existencia de un sector de la población más desfavorecido, al que no llega la información ni los beneficios. Las discrepancias entre el gran entorno urbano – en la práctica, Chisináu- y el resto del país son los canales por los que penetran la manipulación y la propaganda en Moldavia. Estas cuestiones deben abordarse en primer lugar. Por otra parte, la agenda de acercamiento a la Unión Europea debe sincronizarse y negociarse con Bruselas de manera que, entre las primeras medidas que se implementen en el camino europeo, se prioricen aquellas que generen beneficios visibles para la población en general. El itinerario es extremadamente difícil de recorrer. Rusia no se detendrá, y los actores políticos que respaldan su agenda dentro de Moldavia no cesarán sus intentos de cuestionar el orden democrático. Todo esto definirá el periodo que se abre ahora en el país.”
Para Rusia, el resultado de las elecciones parlamentarias supuso un golpe estratégico de gran magnitud, añade Zamfir:
“No debemos perder de vista la desesperación con la que Rusia buscaba una victoria en Moldavia que pudiera vender, en primer lugar, a su propia población. La derrota es especialmente dolorosa para Moscú, dados los considerables recursos materiales y financieros invertidos en intentar torcer el resultado de las legislativas moldavas: unos esfuerzos sin precedentes incluso para un espacio tan sometido a tensiones. Todo ese entramado que Rusia construyó con la ayuda de actores políticos y empresarios locales fue derribado por la resiliencia demostrada por la ciudadanía en las urnas. Pero ello no impedirá que Rusia siga intentando desviar a Moldavia de su rumbo europeo y atraparla de nuevo en su esfera de influencia.”
¿Qué puede esperarse ahora de Moscú? Según estimaciones de los actores democráticos de Chisináu, Rusia y sus aliados internos tratarán de empujar al país hacia la inestabilidad política y social mediante la generación de problemas de suficiente envergadura como para frenar – o al menos ralentizar significativamente – las reformas y la mejora del bienestar prometida. El objetivo sería sembrar descontento respecto al gobierno moldavo en relación con su compromiso europeo.
En Bruselas, Bucarest y todas las capitales occidentales, la victoria de las fuerzas proeuropeas moldavas frente a las formaciones respaldadas por Rusia fue recibida con satisfacción. También en Kiev, donde el presidente Volodímir Zelenski subrayó que Rusia fracasó en su intento de desestabilizar Moldavia, lo que limita la expansión de su influencia subversiva más allá en Europa.
Versión en español: Valeriu Radulian