Protestas e inflación
Los sindicalistas rumanos continúan sus protestas contra las políticas sociales y salariales del Gobierno
Bogdan Matei, 13.11.2025, 10:24
Miles de miembros del Bloque Sindical Nacional (BNS), una de las mayores centrales sindicales de Rumanía, se manifestaron el miércoles en el centro de Bucarest, descontentos con las medidas de austeridad adoptadas por el Ejecutivo y con la disminución del poder adquisitivo de la población.
Manifestantes de todos los ámbitos se reunieron inicialmente en la plaza Victoriei, cerca del palacio que alberga el Gobierno, y luego marcharon y se detuvieron frente a las sedes de los principales ministerios. Entre otras cosas, exigieron la indexación de los salarios a la tasa de inflación y mejores condiciones laborales.
La gente pide que se aumente el salario mínimo y que se ponga fin a las políticas gubernamentales de recortes de puestos de trabajo, destinadas a reducir el déficit presupuestario que, el año pasado, fue el más alto de los 27 Estados miembros de la Unión Europea. Lo que está ocurriendo actualmente es una estupidez, no una reforma, denuncian los sindicalistas.
Anteriormente, el BNS anunció que recurriría a la Comisión Europea si los responsables políticos del Gobierno prooccidental formado por el PSD, el PNL, el USR y la UDMR mantuvieran la propuesta de congelar el salario mínimo, infringiendo la fórmula de cálculo prevista en un acto normativo adoptado también por el Ejecutivo.
La confederación sindical acogió con satisfacción la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que confirma la validez de la directiva comunitaria sobre el salario mínimo adecuado, así como sus disposiciones esenciales relativas a la promoción de la negociación colectiva y a la obligación de los Estados miembros de elaborar planes de acción en este sentido.
El BNS afirma además que el incumplimiento del mecanismo de ajuste previsto en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia, acordado con Bruselas, podría impedir la aplicación de las reformas asumidas por Rumanía y provocar la pérdida de fondos europeos.
Los comentaristas de la vida pública rumana afirman que el nerviosismo de los sindicalistas es absolutamente legítimo, ya que las políticas sociales y salariales de los gobernantes afectan al nivel de vida de la gente común.
La dirección del Banco Nacional ha adoptado recientemente el informe trimestral sobre la inflación, documento en el que prevé que este indicador registrará un ligero descenso en los próximos nueve meses. En octubre descendió ligeramente, hasta el 9,8%, desde el 9,88% de septiembre, cuando la media de la Unión Europea era del 3,2%.
En Rumanía, esto es el efecto de la finalización, el 1 de julio, del plan de limitación del precio de la electricidad y del aumento, a partir del 1 de agosto, del impuesto sobre el valor añadido y de los impuestos especiales.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la economía creció solo un 0,3% en el segundo trimestre con respecto a 2024, tras un estancamiento a principios de año. Lo que, según los expertos, podría indicar una actividad económica casi plana y, en la percepción pública, casi inexistente o incluso en retroceso.
Versión en español: Antonio Madrid