Costumbres únicas de Semana Santa
La fiesta de Pascua se celebra de diversas maneras en los países cristianos, desde la decoración de las casas, o fuentes, por ejemplo, en Suiza, hasta la quema de árboles de Navidad en Alemania, desfiles en los Estados Unidos, o la fabricación de muñecos de cartón o papel que se queman el Domingo Santo en México.
Ana-Maria Cononovici, 15.04.2025, 17:00
La fiesta de Pascua se celebra de diversas maneras en los países cristianos, desde la decoración de las casas, o fuentes, por ejemplo, en Suiza, hasta la quema de árboles de Navidad en Alemania, desfiles en los Estados Unidos, o la fabricación de muñecos de cartón o papel que se queman el Domingo Santo en México. En muchos países se conserva la costumbre de teñir los huevos, incluso adornarlos, siendo esta última actividad una tradición conservada en muchos pueblos de Rumanía y con gran reconocimiento internacional.
Aurel Prepeliuc, etnógrafo del Museo del Pueblo de Bucovina, en Suceava, nos habla de las costumbres tradicionales rumanas relacionadas con la celebración de la Pascua.
«Los ritos religiosos se entrelazan con los rituales populares de renovación simbólica del tiempo, un aspecto retomado por el precristianismo e implantado más tarde, sagradamente, a través del episodio de la Resurrección de Jesús. Por supuesto, cualquier gran celebración debe tener un ayuno antes para sentir más intensamente esta celebración y el ayuno antes de la Pascua es también el ayuno más largo del año, dura 7 semanas. Es por eso que la última noche antes del inicio de la Cuaresma es una noche especial, al menos en Bucovina. Es básicamente una celebración nocturna, un desencadenamiento de energías, en la que también se hacen excesos culinarios y hay una serie de costumbres, depende de un pueblo a otro, también se pueden lanzar algunos hechizos, pero esto hay que limpiarlo al día siguiente. Así, el primer día de ayuno, cuando tiene lugar la Spolocania, todos aquellos que habían exagerado la noche anterior también deben pasar por este ritual que implica el consumo de alcohol, a veces incluso en grandes cantidades, para borrar cualquier rastro de comida, fruta, que está prohibido en el ayuno. Y sabemos que el alcohol es un desinfectante».
Sin embargo, nuestro interlocutor advierte que este carácter desinfectante es bienvenido, si se mantienen límites de consumo razonables. Aurel Prepeliuc, etnógrafo del Museo del Pueblo de Bucovina, en Suceava, agrega:
«Luego viene el martes de los platos de lodo, cuando el habitante de Bucovina tenía que asegurarse de que el ayuno fuera completamente limpio, los platos (nota del editor: olla de barro o madera o la lata en la que se coloca la comida) se lavaban con lejía para eliminar cualquier resto del consumo de fruta. Los que podían permitírselo y tenían muchos platos, incluso los subían al desván y traían otros que servían para el ayuno, pero había que limpiarlos. En algún momento a mediados de la Cuaresma, era el núcleo de la Cuaresma, porque la Cuaresma también se llamaba así. Aquí el ama de casa solía hacer un inventario en el que calculaba si tenía suficientes huevos, si había teñido bastantes o había incrustado suficientes huevos, para poder estar al día con esta actividad en Pascua».
Hoy en día los huevos adornados son una práctica habitual, pero tradicionalmente la incrustación de los huevos se hacía durante la Cuaresma. Al mismo tiempo, se hizo un inventario de lo que se había tejido en la casa, para no avergonzarse frente a la comunidad. Aurel Prepeliuc continúa su relato con el Domingo de Ramos y la importancia de la semana entre el Domingo de Ramos y la Pascua, que es la Semana Santa:
«El Domingo de Ramos proviene de la Diosa Flora, por lo que estamos hablando de una festividad que tiene algunas raíces precristianas. El símbolo de esta celebración, en todas partes de Rumanía, es la rama de sauce. El sauce se considera un árbol sagrado, incluso los pastores, aquí en la zona, que no podían acudir al sacerdote, podían confesarse con el sauce. Al ser esas ramas de sauce, también conocidas como «mâțișori», santificadas los domingos en la iglesia, también tenían una función apotropaica de protección de la casa. Se usaban en el verano contra rayos, relámpagos, granizo, y en la primavera esos manojos de «mâțișori» se pegaban a las capas de cebollas, ajos que brotaban antes en primavera, se creía que ayudaban a que crecieran mejor».
Más allá de los rituales cristianos de la Semana Santa, nuestro interlocutor aporta color local:
«El Jueves Santo está lleno de rituales. Había rituales mágicos de origen precristiano. Eran las celebraciones del Jueves Santo, cuando se daba limosna en memoria de sus antepasados. Además, se hacían hogueras de purificación, incluso en las tumbas. Pero también había un personaje muy interesante, Joimăriţa, una representación fantástica, una especie de diosa de la muerte. Se creía que perjudicaría a las mujeres que no estuvieran al día con su torso, a los muchachos, si no arreglaban las vallas. Y esta creencia era una especie de actitud de la comunidad para controlar a los miembros de esa comunidad para llegar a tiempo con el trabajo agrícola, con el trabajo doméstico, para no convertirse en una carga o ser una desgracia más tarde. Ese momento en el que se rocían las niñas con perfume también tiene lugar en la zona de Bucovina, pero sobre todo siguiendo la tradición de los alemanes, polacos, eslovacos de la zona, los que eran mayoritariamente católicos».
La preparación de la cesta de Pascua, la păscăriţa, que será consagrada en la iglesia, completa los preparativos de Pascua. La tradición popular también dice que en las montañas hay unos personajes gigantescos, los Blajini, que, al estar lejos de los pueblos, no saben cuándo es la Pascua, por lo que se enteran por las cáscaras de huevo arrojadas al agua.
Versión en español: Mihaela Stoian