Rumanía mi casa: Historias de la Casa Capşa
En Calea Victoriei, en el número 36, se inauguró en 1871 Casa Capșa, continuando la actividad iniciada unos años antes, en 1852, por Anton y Vasile Capșa, conocidos como "La doi frați". Casa Capşa, lugar de encuentro de la élite política y cultural de Bucarest y la pastelería más famosa, cayó en el olvido durante el período comunista y reapareció tímidamente después de 1989. Hoy en día, se organizan varios eventos que cuentan las historias únicas que se desarrollaron en este edificio histórico y también invitan a degustar los pasteles y dulces típicos del lugar.

Ana-Maria Cononovici, 22.04.2025, 12:45
En la época en que la ciudad de Bucarest era conocida como el Pequeño París, apareció la confitería Casa Capşa, fundada a mediados del siglo XIX por cuatro hermanos: Vasile, Anton, Constantin y Grigore, nietos de un peletero macedonio-rumano. Con el tiempo, el sitio ubicado en la calle Victoria se hizo conocido en toda Europa y tejió historias bohemias a su alrededor, a las que acudían personajes importantes de la época, actores, escritores, poetas y políticos rumanos, así como todo tipo de holgazanes, un lugar donde las bromas no faltaban.
Casa Capşa experimentó una caída en el olvido durante el período comunista y un tímido regreso después de 1989. Hoy en día, varios eventos organizados aquí cuentan las historias únicas que se desarrollaron en este edificio histórico.
Mirona Noru, gerente de ventas, nos ofrece más detalles:
«A menudo hacemos recorridos organizados en los que contamos la historia del hotel, la historia de la confitería y la historia de la cafetería que nos hizo famosos. Caminamos por el hotel, por el Salón Rojo, por el Salón Azul, contamos la historia de cada elemento que visualizamos, y al final nos paramos para probar una deliciosa tarta y donde contamos un poco de la historia de cada postre, con destaque para la tarta Joffre que nos hizo famosos a nivel internacional. La historia, desde nuestra perspectiva, es que el equipo de la Casa Capșa creó la tarta en 1920, y no Grigore Capșa, porque aquel año Grigore Capșa ya no estaba vivo. Había muerto en 1902. Pero estamos orgullosos de que su nombre haya seguido siendo tan famoso que se considera que inventó este pastel. Lo inventaron para el mariscal Joffre, después de la victoria en la Primera Guerra Mundial. Es una forma cilíndrica para imitar el sombrero francés y está hecha de chocolate negro, porque se sabía que el mariscal Joffre sufría de diabetes. Pero el chocolate negro es una base importante para la gran mayoría de nuestros pasteles y dulces, porque Grigore Capşa también padecía diabetes. Es una de las razones por las que más utilizamos el chocolate negro en nuestra producción. Es un pequeño secreto que les cuento ahora y también se lo contamos a las personas que cruzan nuestro umbral cuando se realizan las visitas guiadas».
Y las iniciativas no paran aquí, como nos cuenta Mirona Noru:
«En mayo nos gustaría tentarles con ciertas visitas guiadas a las habitaciones del hotel. En este momento estamos en el área de documentación, en concreto, estamos tratando de identificar qué personalidad se quedó en qué habitación. Por ejemplo, Păstorel Teodoreanu, si podemos usar esta palabra, fue un influencer de la Casa Capşa, ya que atrajo a muchos clientes hasta aquí. Una peculiaridad del hotel, inaugurado en 1881, es que el alojamiento no se basaba en el registro, ya que en esos tiempos no se podía acudir a la recepción, había que tener la recomendación de alguien. Esta era una peculiaridad de nuestro hotel. Y Păstorel Teodoreanu también hizo muchas recomendaciones. Basándonos en la documentación que tenemos, ahora estamos tratando de averiguar quién se alojó en qué habitación, para que el recorrido sea lo más interesante posible y la información lo más cercana posible a la realidad de esa época».
La historia nos cuenta que muchas obras literarias partieron de aquí, el lugar donde se celebraban debates formales o informales. A continuación, Mirona Noru:
«Estos debates tuvieron lugar en el actual Salón Rojo, el antiguo restaurante. Parte de él se convirtió en la cafetería que se inauguró en 1893. Un cliente fiel de la Casa Capşa, por ejemplo, era Liviu Rebreanu. A menudo venía aquí con su vecino, Ion Minulescu. En un momento dado, Rebreanu era conocido por sentirse muy atraído por las novelas policíacas. Escribió su única novela policíaca, Ambos, basada en un reto lanzado aquí, en la Casa Capşa. Otro elemento que puede notar cualquier cliente que cruce nuestro umbral ahora en la confitería es que casi todas las mesas tienen algunas tarjetas personalizadas, donde está escrito, por ejemplo, La mesa de Tudor Arghezi. Averiguamos, por ejemplo, por sus diarios, por sus cartas, que le gustaba sentarse en los grandes sofás de felpa, así que nos dimos cuenta de cuál era su mesa y la carta no tardó en aparecer sobre la mesa. Así que, si cruzan nuestro umbral, pueden sentarse en una de las famosas mesas de los escritores y los artistas que han visitado nuestro establecimiento».
Historias con el barniz de la época que recuerdan el lugar que contribuyó al cambio de los gustos culinarios rumanos de los postres de influencia turca a los europeos.
Versión en español: Mihaela Stoian