La gripe estacional vuelve a Rumanía
Las famosas olas de COVID-19 ahora han sido reemplazadas por una avalancha de virus.
Roxana Vasile, 11.01.2023, 11:33
Durante más de dos años —desde febrero de 2020, cuando apareció el primer caso de COVID-19 en Rumanía, hasta marzo de 2022, cuando se levantaron todas las restricciones impuestas por la pandemia— hubo suficientes personas que notaron que desaparecieron del discurso público palabras como ʺresfriadoʺ, ʺvirusʺ o ʺgripeʺ. Toda la atención —ya fuera de especialistas muy mediatizados o de la gente común— se dirigió, a lo largo de ese período, hacia una dirección: la infección por SARS-CoV-2.
La última epidemia de gripe estacional en Rumanía se remonta a febrero de 2020, justo antes del estallido de la pandemia. Ahora, después de un paréntesis no deseado de dos años, las infecciones respiratorias específicas de la estación fría han vuelto repentinamente a la atención, debido a su creciente número. Las famosas «olas» de COVID-19 ahora han sido reemplazadas por una «avalancha» de virus. Los hospitales están abarrotados y las salas de urgencias están llenas de personas con fiebre, escalofríos y tos.
El SARS-CoV-2 coexiste con todos los demás tipos de virus, dicen los médicos. ¿Cómo se distinguen unos de otros?
El doctor Cătălin Apostolescu, director del Hospital de Enfermedades Infecciosas «Matei Balş» de Bucarest, explica:
«Todas las enfermedades causadas por virus se llaman virosis. Entre estos virus, se pueden distinguir algunos que tienen algunas particularidades. Hablamos de la infección por SARS-CoV, que ya conocemos desde hace dos años. Hablamos de la gripe, que es famosa por poder evolucionar a formas graves e incluso llevar a la muerte. Y también hablamos de la infección por el virus sincitial respiratorio, que da a los niños formas especialmente graves de la enfermedad, y de todos los demás virus de catarro, como los rinovirus o los coronavirus autóctonos, por así decirlo. Son los mismos grupos o categorías de pacientes vulnerables que conocemos, me refiero a las edades extremas: niños pequeños y personas muy mayores o pacientes que tienen otras enfermedades crónicas diversas que pueden influir negativamente en la evolución de un virus de este tipo. Me refiero a aquellos con enfermedades del corazón, enfermedades respiratorias, diabetes mellitus o pacientes que tienen enfermedades que conducen a la inmunosupresión».
¿Qué hay que hacer, dado que la acción de los virus también se ve potenciada por el clima mucho más cálido de lo normal en estas fechas? Las autoridades han elaborado una lista de recomendaciones dirigidas a la población: evitar aglomeraciones o, en su defecto, llevar mascarillas de protección en espacios cerrados, ventilar las habitaciones, mantener la higiene, quedarse en casa en caso de infección respiratoria y consultar al médico de familia desde los primeros síntomas. En los hospitales: triaje diario para el personal, limitación de visitas y equipos de protección para cualquier persona que entre en contacto con los pacientes.
ʺNo queremos introducir restricciones, sino asociar a la población, para mantener bajo control un fenómeno natural, la gripe, que se presenta estacionalmenteʺ —confirmó el ministro de Sanidad, Alexandru Rafila:
«Prefiero recomendaciones en lugar de restricciones. Y saben muy bien que nuestra experiencia durante la pandemia demostró que tenía razón: la situación fue mucho mejor cuando hacíamos recomendaciones, la respuesta de la población a estas recomendaciones fue mucho mejor que durante el período de restricciones que también generó mucha tensión en la sociedad. Prefiero tener un socio en la población, no una tensión de la situación en general, sobre todo porque también estamos hablando de un contexto económico muy complicado».
Ante el regreso de los estudiantes a las escuelas el 9 de enero, por su parte, la ministra de Educación, Ligia Deca, afirmó que no fomenta la ausencia a las clases. La experiencia bastante desafortunada de la pandemia de suspender los cursos u organizarlos exclusiva o parcialmente en línea no se repetirá.
Ligia Deca: «No fomentamos de ninguna manera la ausencia a las clases. Creemos que, después de dos años de pandemia, es muy importante mantener el ritmo y tener un alto porcentaje de participación en los cursos. Creemos que el foco, así como hemos discutido con el ministro de Sanidad, debe estar en la prevención. Hay una serie de medidas recomendadas: en primer lugar, el triaje diario por parte de las familias, en el hogar, basado en la identificación de posibles síntomas, seguido del aislamiento de los niños en el hogar, así como el triaje diario cuando los niños entran a la escuela o a la guardería. Es normal que los padres o tutores legales estén informados cuando haya síntomas evidentes. También recomendamos —¡no es obligatorio!— el uso de mascarillas protectoras por parte de los docentes y, ¿por qué no?, también de los estudiantes. Queremos que todos los niños tengan acceso a la educación y, si presentan síntomas respiratorios, que tengan el menor tiempo posible, que será recuperado más tarde, de aislamiento en casa».
¿Qué pueden esperar los rumanos este año? ¿Una vuelta a la normalidad prepandemia o un nuevo episodio en la serie pandémica que comenzó en febrero de 2020? Nadie lo sabe, incluso si las opiniones son muy fuertes tanto entre los optimistas como entre los pesimistas.
¡Una cosa es cierta! ¡En todos los años previos a la pandemia, hubo temporadas de gripe de 2 a 4 semanas en Rumanía! La única diferencia es que el pico se produjo, por regla general, en febrero. Este año, la temporada de gripe ha sido un poco más rápida y los casos han aumentado especialmente en enero. Esta situación particular se debe también a la de 2020-2022, cuando la circulación de virus se redujo más, como consecuencia de las medidas draconianas restrictivas, temporalmente provocadas por la pandemia, pero también porque, por la misma razón, la población tiene una menor inmunidad. En otras palabras, el estado actual de las cosas —dice el Ministerio de Sanidad— no es inusual ni dramático.