Estamos en un período de purificación espiritual, pero también de ayuno, en el que los creyentes se abstienen de consumir carne, huevos y productos lácteos, sustituyéndolos por verduras, frutas, cereales y aceite vegetal. Según la tradición popular, esta festividad se considera una frontera entre dos mundos: el de las fiestas y la comida abundante, y el de la moderación, la oración y la purificación del alma. Muchos creyentes acuden a la iglesia ese día para recibir una bendición antes de comenzar el ayuno.
En muchos países del mundo, estos días están llenos de flores, velas y recuerdos. El 2 de noviembre celebramos el Día de los Fieles Difuntos, un momento para mirar atrás con ternura y mantener viva la presencia de quienes ya no están. Es un tiempo en que la muerte deja de ser silencio y se convierte en memoria, en canto, en ofrenda
En un mundo que avanza a toda prisa, donde muchas personas buscan curas milagrosas afuera, a menudo olvidamos que la verdadera sanación puede estar dentro de nosotros mismos.
El pasado 22 de mayo fue el Día de los Pintores, una ocasión dedicada a todos aquellos que nos muestran el mundo desde otra perspectiva, a través de pinceladas que expresan belleza, verdad, angustia o esperanza.
En la edición de esta semana de La miscelánea, viajamos sin pasaporte a una Rumanía primaveral, llena de historia, tradiciones y naturaleza viva.