Desde Rumanía hacia el mundo: Ayuno de Navidad en Rumanía – costumbres y tradición
Estamos en un período de purificación espiritual, pero también de ayuno, en el que los creyentes se abstienen de consumir carne, huevos y productos lácteos, sustituyéndolos por verduras, frutas, cereales y aceite vegetal. Según la tradición popular, esta festividad se considera una frontera entre dos mundos: el de las fiestas y la comida abundante, y el de la moderación, la oración y la purificación del alma. Muchos creyentes acuden a la iglesia ese día para recibir una bendición antes de comenzar el ayuno.
Simona Sarbescu, 18.11.2025, 16:34
Amigos oyentes, bienvenidos. En la edición de hoy, os invito a conocer algunas tradiciones rumanas navideñas. Ha comenzado el ayuno de Navidad, no solo una regla dietética, sino un tiempo de oración, perdón y buenas obras, paz y luz interior, una preparación física y espiritual para recibir con alegría la buena noticia del Nacimiento del Salvador.
En 2025, el ayuno de Navidad empezó el viernes 14 de noviembre y durará hasta el miércoles 24 de diciembre, Nochebuena. Aunque algunos calendarios indican el 15 de noviembre, este año el ayuno comienza un día antes, ya que el Miércoles de Ceniza cae en viernes.
El ayuno tiene una duración fija de 40 días, en conmemoración del ayuno de Moisés en el Monte Sinaí, pero también de la expectativa del Antiguo Testamento por la venida del Mesías. Esta norma se estableció en 1166, en el Concilio de Constantinopla.
Según una antigua tradición, el censo de César Augusto, durante el cual el Santo Evangelio de Lucas narra el nacimiento del Señor (Lucas 2:1), tuvo lugar el 25 de diciembre (14 de Nisán) del año 754 después de la fundación de Roma.
San Juan Crisóstomo confirma la antigüedad de esta tradición y que la Natividad del Señor se celebraba en Roma desde sus inicios el 25 de diciembre.
«Los villancicos rumanos, a través de su forma sencilla y el mensaje que llevan, son la voz sagrada del Santo Evangelio y de la Iglesia, transmitida a las almas y hogares de los cristianos.»
Este es uno de los cuatro grandes ayunos del año y tiene como objetivo preparar a los creyentes, mediante el ayuno y la oración, para la gran celebración de la Natividad del Señor.
Durante este período, los cristianos se abstienen de alimentos dulces —carne, queso, huevos, leche y otros productos de origen animal—, así como de excesos, diversiones o actos que puedan alejarlos del espíritu navideño.
El ayuno de Navidad se considera un ayuno más ligero. El orden dietético establecido por la Iglesia es el siguiente:
Lunes, miércoles y viernes: se consumen comidas sin aceite ni vino;
Martes y jueves: se permite el consumo de aceite y vino;
Sábado y domingo: se puede consumir aceite, vino y pescado hasta el 20 de diciembre.
La Nochebuena, 24 de diciembre, tiene un significado especial. Se exhorta a los creyentes a observar un ayuno absoluto hasta la noche, y luego a consumir alimentos sencillos y simbólicos: trigo hervido con miel, frutas, panecillos y tortas de harina, signo de humildad y pureza de alma.
Durante todo el ayuno, no se celebran bodas ni fiestas religiosas, siendo un período dedicado al silencio, la oración y la limosna.
El ayuno no se trata solo de abstenerse de ciertos alimentos, sino también de purificarse espiritualmente. Hay que combinar la abstinencia física con la oración, la limosna y la reconciliación con quienes les rodean.
La Cuaresma es una festividad con profundas raíces en la tradición cristiana y popular, siendo el día previo a la Cuaresma de Navidad, uno de los ayunos más importantes del año.
Estamos en un período de purificación espiritual, pero también de ayuno, en el que los creyentes se abstienen de consumir carne, huevos y productos lácteos, sustituyéndolos por verduras, frutas, cereales y aceite vegetal. Según la tradición popular, esta festividad se considera una frontera entre dos mundos: el de las fiestas y la comida abundante, y el de la moderación, la oración y la purificación del alma. Muchos creyentes acuden a la iglesia ese día para recibir una bendición antes de comenzar el ayuno.
En Rumanía, la Cuaresma es un día de celebración y reconciliación. En muchas partes del país, las familias se reúnen alrededor de una gran mesa con platos tradicionales para conmemorar el último día antes del ayuno. Se preparan platos de carne, queso y huevo, y la cena se acompaña de alegría y buenos deseos para un ayuno pacífico y fructífero.
Una costumbre importante es el «perdón»: el momento en que las personas se piden perdón mutuamente, diciendo: «Perdóname si te he ofendido».
Los villancicos comienzan a escucharse fuera de los lugares de culto después de la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de noviembre), a quien los rumanos dedicaron un villancico especial, pero especialmente después de San Nicolás (6 de diciembre).
La Iglesia recomienda que el ayuno se observe con humildad y discernimiento. No se trata solo de restricciones alimentarias, sino de un ejercicio de voluntad y fe. En la tradición rumana, se dice que el ayuno observado con fe trae paz a la familia, salud y bendiciones para el año venidero. Más allá del aspecto religioso, el ayuno también tiene una dimensión moral y social. Se exhorta a los cristianos a intensificar la oración, a ser más bondadosos y generosos, preparándose para la celebración de la Navidad con un corazón puro.
La tradición dice que quienes observan el ayuno y se confiesan durante este período recibirán bendiciones y plenitud espiritual con el Nacimiento del Salvador.