La miscelánea: Rumanía en el mes de mayo
En la edición de esta semana de La miscelánea, viajamos sin pasaporte a una Rumanía primaveral, llena de historia, tradiciones y naturaleza viva.

Brigitta Pana, 12.05.2025, 15:00
Rumanía en mayo es una postal viva. Las colinas se tiñen de verde intenso, los cerezos y manzanos están en flor, y los senderos de montaña se llenan de vida. Es el momento perfecto para descubrir sus paisajes: desde los misteriosos Cárpatos hasta el mágico Delta del Danubio, el lugar donde el gran río se encuentra con el mar Negro. ¿Se imaginan despertarse con el canto de los pájaros, navegando entre juncos, rodeados de nenúfares y pelícanos? Así es la primavera en el delta del Danubio. También es una excelente época para visitar la Transilvania rural, con pueblos tranquilos, castillos medievales y campos de flores. En Rumanía, el mes de mayo se llama «Florar», porque es la época en que la mayoría de las plantas están verdes y en flor. Es un mes dedicado a las hierbas, lleno de color y vida. El comienzo del año pastoril trae consigo un sinfín de interesantes costumbres vinculadas al renacimiento de la naturaleza, principalmente destinadas a proteger a las personas de cualquier daño.
Una de las tradiciones más antiguas se llama «Armindeni» y se celebra cada primero de mayo. Se trata de una festividad dedicada a la salud, la fertilidad y la vegetación. Se cuelgan ramas verdes, generalmente de abedul o álamo, en las puertas o ventanas de las casas, establos o campos, como protección contra el mal de ojo y para atraer la buena suerte. La gente celebra también con comidas al aire libre y vino, porque se cree que en esta fecha el vino tiene propiedades curativas. Se preparan platos típicos, se canta y se baila. También se prepara «Sânzienele», una festividad con coronas de flores que predicen el destino amoroso. Las costumbres agrícolas y rituales con agua y flores completan este mes rural y simbólico.
El 1 de mayo también se celebra el Día Internacional del Trabajo, momento en que las familias hacen picnic, comen «mici» y disfrutan al aire libre. En la primera semana después de la Pascua, se celebra el «Izvorul Tămăduirii» (la Fuente de la Sanación), una festividad religiosa con agua bendita. En este día, los fieles asisten a misa y recogen agua sagrada que creen que tiene poderes curativos. En zonas rurales, incluso se realizan procesiones hasta manantiales naturales.
Y no olvidemos las ferias y mercados populares donde se venden productos hechos a mano, desde cerámica hasta bordados. ¡Tradición viva y llena de color! Y claro… no se puede hablar de Rumanía sin mencionar su cocina. En mayo, los platos se llenan de hierbas frescas, sopas ligeras y verduras recién cosechadas. Un clásico de esta temporada es la «ciorbă de lobodă, una sopa agria hecha con una hoja verde típica de primavera. También se preparan platos con ortigas, espinacas silvestres o «ștevie», otra verdura local. Y para los que tienen un diente dulce… aún se disfrutan los cozonaci que quedaron de la Pascua. Son unos panes dulces rellenos con nuez, cacao o pasas. ¡Una delicia que no pueden perderse!
El 9 de mayo es muy simbólico en nuestro país: es el Día de la Independencia de Rumanía, Día de Europa y también el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. El 9 de mayo es un día de celebración en toda la Unión Europea. Se organizan actos musicales y artísticos, exposiciones y ferias para celebrar la diversidad cultural de Europa. Debido a que el 10 de mayo (1881) fue el día en que el rey Carlos I de Hohenzollern-Sigmaringen fue coronado rey de Rumanía, esta fecha fue declarada en Rumanía Día de la Realeza. El día festivo fue propuesto y aprobado por la Cámara de Diputados en 2015. En este mes también celebramos el amor maternal con el Día de la Madre, el primer domingo del mes. Se honra a las madres con flores, poemas y gestos de amor. En escuelas y jardines de infancia se organizan actividades donde los niños cantan y recitan versos para sus mamás.
Como ven, mayo es un mes lleno de vida, historia y emociones, pero también es un mes para la inspiración. Mayo no solo florece en los jardines… también florece en el alma. Es un mes que ha inspirado a generaciones de poetas, desde los románticos hasta los contemporáneos. Porque mayo, en la tradición rumana, no es solo una estación. Es un estado del corazón. Uno de los nombres más queridos de la poesía rumana es Mihai Eminescu, considerado el poeta nacional. Sus versos hablan de amor, de la naturaleza, de la melancolía y también de la esperanza. ¿Sabían que Mihai Eminescu escribió muchas de sus poesías más bellas en primavera? La poesía rumana tiene algo muy especial. Es como una brisa cálida de primavera, cargada de recuerdos, de ternura, de preguntas sin respuesta. Y no solo Eminescu ha cantado a mayo. También poetas como Lucian Blaga o Nichita Stănescu han encontrado en esta estación una forma de hablar del alma, de lo invisible, de lo esencial. Así es mayo en Rumanía. No solo florecen los árboles. También florece la palabra, la emoción, la memoria.
Rumanía es tierra de artistas, de sueños y de creatividad. Desde escritores como Emil Cioran, hasta músicos modernos como Smiley o Subcarpați, mayo es solo una excusa para dejarse llevar por la inspiración.
Y así concluye nuestro recorrido por una Rumanía vibrante en mayo: un país que florece en naturaleza, costumbres, sabores y poesía.