El final de la peregrinación en la Catedral Nacional
Los cristianos rumanos quedaron profundamente impresionados por la grandeza de la Catedral Nacional.
Mihai Pelin, 06.11.2025, 11:48
El período de veneración en el altar de la Catedral Nacional de la capital concluyó a la medianoche del miércoles al jueves, después de once días. Más de 300.000 peregrinos procedentes de todo el país y del extranjero cruzaron el umbral del templo. Aunque el tiempo de espera superó en algunos días las diez horas, los fieles permanecieron en fila para entrar en la Catedral y quedaron conmovidos por lo que vieron. En el Santo Altar fueron colocadas para su veneración las reliquias de San Andrés Apóstol, patrón de Rumanía y de la Catedral Nacional, así como las de San Demetrio el Nuevo, protector de Bucarest.
Cabe recordar que, el 26 de octubre, en presencia de decenas de miles de creyentes e invitados oficiales, tuvo lugar la consagración de la pintura interior de la Catedral Nacional. La ceremonia fue oficiada por el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, y el Patriarca Daniel de la Iglesia Ortodoxa Rumana, junto con 65 obispos, 70 sacerdotes y 12 diáconos. Entre los 2.500 invitados oficiales que asistieron al evento se encontraron el presidente del país, Nicușor Dan, el primer ministro Ilie Bolojan y la presidenta de la República de Moldavia, Maia Sandu.
La Iglesia Ortodoxa Rumana quiso consagrar la pintura de la catedral precisamente este año, en el que celebra el centenario de su elevación al rango de Patriarcado. La imponente Catedral Nacional se encuentra junto al Palacio del Parlamento, edificio construido en los años 80 por orden del dictador comunista Nicolae Ceaușescu, quien dispuso la demolición de numerosas iglesias, viviendas, monumentos históricos y hospitales de la zona. Iniciada hace 15 años, la Catedral, que ostenta varios récords, ha costado más de 270 millones de euros, procedentes de donaciones, aportaciones del Patriarcado y fondos públicos. Los expertos afirman que el monumento debería convertirse también en un símbolo turístico de Rumanía. Se trata de la iglesia ortodoxa más alta del mundo, con 127 metros de altu, que puede albergar hasta 5.000 personas. Dos tercios de los 25.000 metros cuadrados de las paredes están ya cubiertos con mosaicos, realizados a lo largo de siete años por más de 200 especialistas en el arte del mosaico bizantino.
La Catedral también posee el iconostasio más grande del mundo, un hecho confirmado por la Academia de los Récords Mundiales. Tiene una superficie de más de 400 metros cuadrados y está decorado con 45 iconos en estilo bizantino. En total, la iglesia cuenta con ocho torres, que combinan elementos arquitectónicos de las distintas provincias históricas de Rumanía, incluidas las torres típicas de las iglesias de Transilvania. La gran cúpula central sostiene una cruz de siete metros de altura que pesa siete toneladas. La entrada al templo se realiza a través de 27 puertas de bronce, en las que están representados Jesucristo, la Virgen María, los Santos Apóstoles y varios santos rumanos. Las campanas también impresionan por su tamaño y sonido. Son seis en total, y entre ellas se encuentra la campana más grande de Europa, que pesa más de 25 toneladas. Su tañido se escuchará solo en los eventos más importantes y puede oírse a más de 15 kilómetros de distancia.