La historia de los perros de rescate
La catástrofe causada por el terremoto de Turquía ha vuelto a fomentar la solidaridad. Rumanía participó con dos equipos de rescate, algunos de ellos con parejas humano-perro de rescate porque los perros de búsqueda y rescate son la forma más eficaz de encontrar personas entre los escombros.
Ana-Maria Cononovici, 07.03.2023, 13:41
Oana Ciora, presidenta de la Asociación de Perros de Rescate de Transilvania, estuvo en Turquía con uno de los equipos de rescate y nos contó la historia de los perros de salvamento:
«La historia de estos perros empieza con las personas, que son sus compañeros. Básicamente nuestra organización, que es una organización de voluntarios, reúne a voluntarios que quieran entrenar a sus perros para búsqueda y rescate. Luego, cada uno de nuestros voluntarios viene con su propio perro. Unos perros empiezan a adiestrarse a las siete u ocho semanas, otros más tarde, cuando la persona que los adiestró se pone en contacto con nuestra asociación. Por ejemplo, en el caso del perro con el que fui a Turquía, Dino, todo empezó desde el momento en que llegó a nuestra casa, alrededor de las siete semanas ya, obviamente sabíamos lo que queríamos hacer con él. También vino como regalo de otro compañero de equipo y era muy obvio que esa iba a ser su carrera, siempre y cuando fuera apto para labores de búsqueda y rescate».
Preguntamos a Oana Ciora cómo debe ser un perro para ser apto para actividades de búsqueda y rescate:
«No se trata de una raza concreta, sino de un tipo de perro. Casi cualquier perro puede cumplir los criterios necesarios para participar en actividades de este tipo, pero también hay criterios relacionados con el tamaño, la movilidad y la agilidad del perro. Para búsquedas entre los escombros, necesitamos perros ágiles, que se muevan con seguridad, en superficies difíciles. Perros que tengan confianza, motivados por las recompensas. El perro debe tener un propósito que busca. Y entonces, cada uno de los perros busca a la persona desaparecida para obtener la recompensa que sabe que viene después de esa actividad. Y con eso en mente, el perro busca a la persona que es la clave de la recompensa que obtiene».
Largos turnos de trabajo, condiciones imprevistas y volar en un avión militar fueron solo algunos de los retos a los que se enfrentaron los equipos de rescate. Oana Ciora nos amplía los detalles:
«Desde salir de casa hasta volver, todo fue un reto para personas y perros. Tanto en el aspecto emocional como en las actividades que teníamos que hacer. Creo que eso fue lo más fácil de gestionar. En el momento en que sabías exactamente lo que tenías que hacer, ya te sentías familiarizado. Lo demás tuvo un mayor impacto, las cosas para las que no podíamos prepararnos con antelación. Incluido el transporte en avión militar, el aspecto de las zonas de búsqueda, muchas cosas que no podíamos controlar y que normalmente no se encuentran en el proceso de adiestramiento».
Oana Ciora nos contó cuánto se tarda en adiestrar a un perro de rescate y cómo es el adiestramiento específico:
«Un perro de rescate que puede alcanzar el nivel operativo, es decir, el nivel en el que puedes utilizarlo en una misión de búsqueda y rescate se entrena en tres o cuatro años. Depende mucho de la persona que lo hace, de su seriedad, de su constancia porque el amo del perro debe mantener la disciplina y la constancia en cuanto al adiestramiento. Nosotros, como organización, tenemos tres sesiones de adiestramiento a la semana, adiestramiento en equipo, sesiones que duran de tres a cuatro horas. Luego, cada uno de nuestros voluntarios también tiene que trabajar individualmente con el perro, perfeccionando la motivación, la disciplina, la forma física, algo que es extremadamente importante para un perro de búsqueda y rescate. Un perro en buenas condiciones físicas puede llevar a cabo una tarea aún más difícil, pero si la condición física no es adecuada, y hay otros componentes psicológicos que afectan al perro, es posible que los resultados no sean los esperados».
Aunque fue una experiencia muy difícil y triste, Oana Ciora también encuentra un motivo para mantener el optimismo:
«Lo más impresionante en Turquía fue ver la solidaridad que desencadenó este suceso y la forma en que los rescatadores de todo el mundo se movilizaron y acudieron allí para ayudar. Ningún país, por muy bien preparado que esté en este ámbito, puede ser capaz de gestionar por sí solo un acontecimiento de este tipo. La movilización fue realmente impresionante y también el hecho de concientizar que si nos ocurriera algo parecido a nosotros contaríamos con el mismo apoyo y profesionalidad por parte de todos los equipos que estaban allí en Turquía. Estoy segura de ello, y en todo este desastre, hay un consuelo y una seguridad que queda».
Versión en español: Victoria Sepciu