Un museo octogenario celebra su juventud
En el 84º aniversario de la apertura del Museo Nacional de la Aldea Dimitrie Gusti en Bucarest, este paraíso ubicado en el norte de la capital, es más joven que nunca y celebra a través de varios eventos también El Año Dimitrie Gusti y la Escuela Sociológica de Bucarest, establecido por la Academia Rumana y así declarado 140 años después del nacimiento de Dimitrie Gusti, prestigioso sociólogo, miembro destacado de la Academia Rumana y presidente de la institución (1944-1946).
Ana-Maria Cononovici, 15.09.2020, 18:09
Sobre la declaración de 2020 como año homenaje a la personalidad del gran intelectual Dimitrie Gusti, nos aporta detalles seguidamente Paula Popoiu, gerente del museo:
El año Dimitrie Gusti, que rinde homenaje a este gran intelectual de la cultura rumana y a la escuela sociológica en Bucarest, ha sido declarado por la Academia Rumana a principios de año cuando aquí (en la Academia) también se llevó a cabo la sesión homenaje Dimitrie Gusti. Me alegra que la Academia Rumana destaque así la importancia del gran intelectual, insigne maestro y ministro que fue Dimitrie Gusti, quien, además, nos ha dejado este tesoro llamado el Museo de la Aldea. No voy a presentar aquí la historia de la escuela sociológica. Sólo quiero subrayar lo importante que es esta creación, la única que realmente ha permanecido después de que se prohibiera la actividad de la escuela sociológica en Bucarest y Dimitrie Gusti fuera expulsado de la vida cultural. Es importante que el Museo de la Aldea, creación de la escuela sociológica, haya sobrevivido. Y como todos ustedes saben, el objetivo de la escuela sociológica en Bucarest no fue hacer un trabajo de investigación sino mejorar la vida de los campesinos en los pueblos. Fue investigación sociológica, pero dedicada a otro propósito y este museo es el resultado de su esfuerzo.
El museo abrió sus puertas al público en 1936. La exposición permanente abarca una superficie de 14 hectáreas y cuenta con 380 monumentos, 60.000 objetos en colecciones patrimoniales y más de 250.000 documentos de archivo relacionados con la aldea rumana y su vida tradicional.
Las exposiciones permanentes y temporales atraen a 500.000 visitantes al año. El Museo de la Aldea es, en temporadas normales, el objetivo cultural más visitado de Rumanía, abierto todos los días de la semana.
Y como en el periodo de vacaciones el Museo Nacional de la Aldea Dimitrie Gusti suele organizar talleres para niños, la preguntamos a Paula Popoiu cuál es la situación este año, cuando, después de dos meses, los museos abren sus puertas en condiciones de distanciamiento social y protección:
“El proyecto «El verano en las calles» será en agosto. Hemos decidido no establecer por ahora nada definitivo sobre este proyecto porque muchas cosas pueden suceder hasta agosto. Sin embargo, para no quedarnos de brazos cruzados, pensamos hacerlo con un número limitado de niños. Aprovecharemos el hecho de que tenemos la posibilidad de llevarlos a los patios traseros de las casas para organizar al menos unos pocos talleres. O sea no dejaremos a los niños sin la oportunidad de hacer algo durante las vacaciones de verano. Por el momento, la mayoría de las actividades en las que participan el público y los niños se realizan en línea. Nos adaptaremos sobre la marcha. Los niños no serán olvidados. Ya tenemos el espacio en línea «La casita de cuentos». Además de los actores que nos ayudaron, también leímos cuentos mis colegas y yo misma. Continuaremos con las actividades en línea por el momento y nos adaptaremos a medida que se desarrollen las cosas.
El museo suele organizar eventos y festivales en los que la gente y los artesanos muestran a los visitantes la vida de las aldeas. Sin embargo, como no quiere quedarse fuera del tiempo, después de la digitalización del archivo del museo, surgió otro proyecto, también digital, «Tesoros humanos vivos». Paula Popoiu:
Es ante todo el mérito de la señora Camelia Moise, una periodista que ha hecho las películas, nosotros sólo nos sumamos a este proyecto y continuaremos juntos la investigación para destacar el papel de los artesanos que son muy importantes porque representan una especie de quintaesencia de la cultura tradicional en este momento.
Irina Cajal, subsecretaria de Estado del Ministerio de Cultura, ha rememorado sus inicios en este museo y ha enviado un mensaje de apoyo:
“Recuerdo cuando hace 60 años entré en este museo, a mi izquierda estaba el Sr. Focşa y a mi derecha el Sr. Stahl y el Sr. Tancred Bănăţeanu, los tres grandes iniciadores de este museo. Hice antropología, fui estudiante de Levi Strauss, pero he vivido en este museo durante muchos años, me encanta este museo y puedo decir que parte de mi vida está dedicada a este museo y a la gente de aquí. Tenemos un montón de proyectos en el Ministerio de Cultura y concedemos gran importancia a las minorías, a sus festivales, a todo lo relacionado con el arte popular y la belleza, y como hija de un gran virólogo, el profesor Cajal (padre de Irina Cajal), que dedicó toda su vida a los virus, os aseguro que este virus desaparecerá y que nos permitirá volver a nuestra vida de antes con todas sus cosas bellas que ahora nos faltan.
Y como se han plantado flores en el recinto del museo y la vida de la aldea ha conservado como siempre su ritmo, les invitamos a visitarlo y a disfrutar de sus jardines, de sus olores, de sus tesoros y de la paz de su ámbito.