Educación contra noticias falsas
Junto a la proliferación de la desinformación y de los bulos, también ha aumentado la vigilancia de quienes practican un periodismo responsable.
Christine Leșcu, 23.11.2022, 13:06
Junto a la proliferación de la desinformación y de las «fake news», también ha aumentado la vigilancia de quienes practican un periodismo responsable. En la misma medida, la necesidad de educar a la ciudadanía para no ser presa de las noticias falsas ha llevado a la organización de cursos especializados y a la aparición de contenidos que desmontan la desinformación. Y todo comienza con la definición precisa de los términos. Por ejemplo, «noticias falsas» o «fake news» es un término que simplifica las cosas, mientras que «desinformación» es una palabra más apropiada para definir los esfuerzos por lanzar al espacio público medias verdades, información truncada o sacada de contexto con el objetivo de manipular. Esto lo aprendemos de Cristina Lupu, coordinadora de programas en el Centro de Periodismo Independiente (CJI), una organización que lleva a cabo cursos de educación en medios de comunicación desde 2017. Estos programas están dirigidos principalmente a profesores de secundaria para que luego puedan transmitir a sus alumnos los métodos para combatir la desinformación. Gran parte de la información falsificada circula en las redes sociales, el espacio online favorito de los adolescentes para comunicarse.
Cristina Lupu ha declarado:
«Según nuestra experiencia, creemos que están un poco mejor preparados que los adultos, porque nacieron con este entorno online a su disposición. Pero, si miramos detenidamente, están tan confundidos como cualquiera de nosotros, porque navegar en estos tiempos es difícil. Esta avalancha de información que nos rodea es pesada para cada uno de nosotros, ya seamos adolescentes o adultos. Naturalmente, los adolescentes no están tan interesados en las noticias que vemos los adultos o las noticias que a nosotros nos parecen interesantes.”
Sin embargo, incluso los adultos, aunque teóricamente buscan noticias «más serias», no son inmunes a la desinformación, careciendo tanto del ejercicio de verificación como del espíritu crítico necesario para plantearse dudas sanas.
Cristina Lupu, coordinadora de programas del Centro de Periodismo Independiente:
“En nuestros cursos decimos que todos consumimos medios de comunicación para reforzar nuestros puntos de vista y confirmar lo inteligentes que somos y nuestra propia visión del mundo. Entonces, ellos también hacen lo mismo que los adultos. Pero, aunque los temas principales para los adolescentes son el cine, la música y los actores, al mismo tiempo, también están muy interesados en otros temas, especialmente los estudiantes de secundaria con quienes trabajamos en los grados 11 y 12. ¿Qué está pasando con la educación? ¿Qué sucede con los posibles trabajos del futuro? ¿Qué está pasando en este contexto con la pandemia? Nos parece que debería haber más información, escrita de forma interesante para ellos, antes de quejarnos de que los adolescentes no consumen nunca noticias.”
Uno de los objetivos de los cursos del Centro de Periodismo Independiente es desarrollar el espíritu crítico, no a través de lecciones de periodismo propiamente dicho, sino a través de la inserción de información relevante dentro de las clases regulares de lengua y literatura rumanas, por ejemplo.
Cristina Lupu ejemplifica:
“No nos interesa que los adolescentes aprendan a escribir noticias. Pero, en el momento en que pasan por el proceso de redactar un material, en este caso una noticia, aprenden cuáles son los elementos de una noticia bien construida. Entonces, cuando lleguen a consumir noticias, podrán ver lo que falta o qué botones emocionales quiere presionar el autor, cuando obtienen una reacción extremadamente fuerte. Pondré solo un ejemplo: Caragiale y «Una carta perdida». La educación en los medios de comunicación es una herramienta extremadamente importante, cuando se enseña esta obra literaria, porque el profesor puede, por ejemplo, hablar con los estudiantes sobre la independencia editorial y por qué es importante que los periodistas no se dejen influenciar por los jefes o qué puede suceder cuando un jefe intenta usar su publicación para fines personales, como sucede también en la obra literaria.”
Otro enfoque educativo es la plataforma Antifake, una publicación en línea, que brinda información segura y que también desmantela información inexacta o falsificada. Tanto estudiantes como jóvenes docentes de las facultades de periodismo y de ciencias de la comunicación contribuyen a esta publicación.
Antifake tiene una sección dedicada a las noticias falsas relacionadas con la guerra de Ucrania, pero no solo se trata este tema, como nos cuenta Florin Zeru, investigador y coordinador dentro de Antifake:
“Hemos lanzado recientemente Green Anti-Fake, que contiene un resumen de las noticias más importantes sobre el cambio climático, sobre las innovaciones tecnológicas para prevenir o mitigar los efectos de estos cambios, sobre las soluciones adoptadas por países o empresas, así como un análisis de verificación de hechos con información errónea que circula en el espacio online occidental, incluida Rumanía.”
También aprendemos cómo funciona este proceso con Florin Zeru:
“Este enfoque se basa en contenido diverso, es decir, hablamos de publicaciones en redes sociales, vídeos, artículos en sitios web, blogs, etc. Estos contenidos se seleccionan en función de su potencial para volverse virales y de su riesgo de inducir a engaño, de levantar confusión y de crear pánico. Nuestro proceso de verificación incluye varios pasos. Comienza con la revisión de los análisis de verificación de hechos publicados por otras organizaciones, especialmente si la afirmación engañosa ha circulado internacionalmente. Luego se realizan varias búsquedas en el espacio online y en las bases de datos disponibles. Y se analizan las fuentes, de dónde salió el contenido engañoso y cómo circuló en internet. El siguiente paso es consultar con expertos creíbles en el campo relevante, para hacer nuestra evaluación y buscar aclaraciones de las autoridades, si se da el caso. También consultamos ciertas publicaciones, estudios e investigaciones disponibles. Cada constatación va acompañada de enlaces a la fuente de la que se extraen las declaraciones o las pruebas. Es decir, damos las fuentes de todo lo que decimos.”
Para los jóvenes que participan en la verificación de hechos no hay mejor escuela para desmantelar la desinformación, y a los que leen se les revela de otro modo el camino de la verdad a la falsedad.