Sociedad: El regalo del pueblo rumano para la eternidad
El 26 de octubre de 2025, elegido para la gran consagración de la Catedral Nacional de Bucarest, quedará grabado en la historia: es la culminación de un año entero en el que la Iglesia Ortodoxa Rumana celebró 140 años desde el reconocimiento de la autocefalia y 100 años desde su elevación al rango de Patriarcado. El evento del 26 de octubre es aún más importante, ya que representa la cumbre de un sueño de generaciones: el del pueblo rumano, el único latino, de mayoría ortodoxa de tener su propio edificio eclesiástico simbólico.
Roxana Vasile, 22.10.2025, 12:39
El 26 de octubre de 2025 quedará en la historia como el día de la gran consagración de la Catedral Nacional de Bucarest.
El sueño de casi un siglo y medio de los rumanos ortodoxos, tanto miembros de la Iglesia como fieles, de tener una Catedral Nacional se ha hecho realidad. Y el 26 de octubre de 2025 quedará en la historia del país como el día de la gran consagración del impresionante lugar de culto en el centro de Bucarest. Han querido que sea el punto culminante de un año entero en el que la Iglesia Ortodoxa mayoritaria ha celebrado los 140 años del reconocimiento de la autocefalia y los 100 años desde su elevación al rango de Patriarcado con numerosos eventos únicos en su historia, entre los cuales, por ejemplo, la canonización de 16 santos rumanos.
Situadas en las inmediaciones del Palacio del Parlamento (el segundo edificio administrativo más grande del mundo), la Catedral Nacional y las construcciones adyacentes se extienden sobre una superficie de aproximadamente 110 mil metros cuadrados. El portavoz del Patriarcado Rumano, el padre Adrian Agachi, habla para Radio Rumanía Internacional sobre este imponente conjunto:
«Desde 2007 hasta 2010 se llevaron a cabo los trabajos de diseño, que fueron muy extensos, porque se trata de un edificio que incluye muchos otros edificios anexos, no solo el espacio estrictamente de la Catedral Nacional. Las obras de construcción duraron y, probablemente, durarán algunos años más, pero, en este momento, 15 años más tarde desde el momento cero de su inicio, nos encontramos ya en una etapa muy avanzada, inesperadamente avanzada, teniendo en cuenta que también hemos pasado por períodos difíciles – la crisis económica, la inflación, el aumento del costo de los materiales y de la mano de obra – pero que Dios nos ha ayudado a superar satisfactoriamente. Cuando miramos el conjunto de la Catedral Nacional, pensamos no solo en un espacio símbolo de la espiritualidad rumana, sino también en una necesidad litúrgica práctica, porque la antigua Catedral Patriarcal era un espacio insuficiente para los miles de fieles que acudían con motivo de las grandes fiestas e incluso los domingos. Y así, se cumplió un antiguo ideal, pero de una manera muy actual, porque, al hablar también de los edificios anexos incluidos en el espacio bajo la explanada, que incluirá el Museo del Cristianismo Rumano y salas de conferencias en las que se llevarán a cabo eventos culturales, nos damos cuenta de que todo el conjunto de la Catedral Nacional no es solo un espacio litúrgico, sino también un espacio cultural y filantrópico muy importante».
La entrada a la explanada frente a la Catedral está rodeada por dos torres simétricas: una llevará una inscripción como gratitud hacia los héroes de la nación rumana, la otra una inscripción similar en honor a los fundadores y principales donantes del lugar de culto. Cuatro galerías con columnas, de las cuales dos son cóncavas, delimitarán el espacio litúrgico exterior. Dentro del complejo también hay dos edificios para actividades administrativas, sociales o médicas de la Iglesia, o para el alojamiento de los peregrinos.
Edificio central de este conjunto, la Catedral Nacional es una de las más grandes del mundo ortodoxo. Dado el carácter latino de la ortodoxia rumana, su arquitectura es una síntesis de elementos bizantinos y de monumentalidad propia de las catedrales occidentales, teniendo en cuenta también que, en la actualidad, gran parte de la diáspora rumana se encuentra en Occidente.
Las seis campanas de la Catedral se fabricaron en Austria. La campana más grande, de más de 25 toneladas, se podrá escuchar en un radio de 15 kilómetros durante eventos y celebraciones importantes. ¡Pero entremos al interior por una de las puertas de bronce que pesan, cada una, cuatro toneladas y están controladas por computadora! Nuestro guía de audio es, una vez más, el portavoz del Patriarcado Rumano, el padre Adrian Agachi:
«En el interior de la Catedral, en este momento tenemos representados en mosaicos a todos los santos rumanos de nuestro calendario, es decir, casi 200 rostros solo de santos rumanos. Y en total, tenemos más de 300 rostros de santos representados en mosaicos. También pensamos en las dimensiones simbólicas de la Catedral: una longitud de 120 metros y una altura de 127 metros, si incluimos la cruz en la cúpula principal de la Catedral. Por otro lado, podemos pensar en las innumerables escenas representadas en vitrales, que también representan una especie de iconos en vidrio, y destacaría, en primer lugar, el vitral que se encuentra sobre la entrada de la Catedral Nacional y que simboliza el momento de la Ascensión, la fiesta principal de la Catedral».
Más allá de la resistencia con el tiempo, que hace que no pierda sus propiedades estéticas, el mosaico resiste a la humedad y a las temperaturas altas, se puede limpiar muy fácilmente, con un coste reducido. Por eso se eligió el mosaico para el revestimiento interior de la Catedral. Se adquirió en Italia, de uno de los proveedores de mosaicos más prestigiosos del mundo. Es suficiente decir que para un metro cuadrado de mosaico se necesitan aproximadamente 10 mil piezas, que se pegan a mano. El pintor Daniel Codrescu coordinó el equipo de aproximadamente 200 personas que crearon los iconos y habló en Radio Rumanía Internacional sobre la técnica de trabajo:
«Todo comienza con un plan iconográfico, al igual que en el caso de una pintura, un plan que se discute con el patriarca Daniel y se aprueba. Después de eso, empiezan a realizar los proyectos pintados a una escala menor que la real, que luego se amplían, y posteriormente todo se desarrolla en el taller, en su mayor parte, donde, tras la realización de las pinturas, estas se traducen prácticamente en mosaico mediante la aplicación de esas teselas (nota del editor: cuadritos de mosaico) de vidrio o piedra natural, coloreadas y ensambladas de manera que reescriban la imagen pictórica de la cual se partió. Tras completar esta etapa, se pasa al montaje de todas las piezas y, por supuesto, a su aplicación en la pared de la Catedral, que, de nuevo, es una etapa bastante importante y muy difícil, porque se toman en cuenta las condiciones del sitio de construcción, las alturas muy grandes, las superficies muy extensas, y la necesidad de que estas operaciones se realicen con la máxima responsabilidad, de modo que resistan con el tiempo y no haya problemas técnicos».
El iconostasio de la Catedral Nacional de Bucarest, consagrado ya en 2018, fue reconocido como el más grande del mundo por la Academia de Récords Mundiales. La misma institución señaló que, una vez terminada, la Catedral también contará con la colección de pinturas en mosaico interior más grande, de aproximadamente 25 mil metros cuadrados. Actualmente, se han realizado alrededor de 15 mil. Y en el ábside del altar se encuentra la representación más grande de la Virgen María (Platytera) en Rumanía y una de las más grandes del mundo ortodoxo.
Pero la Catedral de Bucarest es mucho más que una suma de récords. Es, ante todo, un símbolo de la identidad nacional y espiritual de los rumanos. Es, asimismo, tal como lo ha dicho en repetidas ocasiones el patriarca Daniel de la Iglesia Ortodoxa, el regalo del pueblo rumano para la eternidad. La semana que viene hablaremos sobre el lugar y la importancia de la Catedral Nacional en el ámbito eclesiástico internacional y nacional, dentro del mismo programa.
Versión en español: Mihaela Stoian