Un policía en apoyo de los niños sin infancia
Para un policía de Râmnicu Vâlcea (sur), Eusebiu Predonescu, el reciclaje selectivo significa también un poco de ayuda a los niños sin infancia.
România Internațional, 07.10.2020, 11:31
Para nosotros, el reciclaje selectivo significa sobre todo protección del medio ambiente y de los recursos del planeta. Para un policía de Râmnicu Vâlcea (sur), Eusebiu Predonescu, y para las personas que lo han acompañado en sus trámites, el reciclaje selectivo significa también un poco de ayuda a los niños sin infancia. Es decir a varios cientos de niños de todo el distrito de Vâlcea cuya vida no ha sido tan fácil. “¡Te esperamos cada día para ayudarnos a seleccionar y a distribuir… esperanzas!” y “¡Ven a reciclar con el alma!” son sólo dos de los impulsos que nuestro interlocutor de hoy dirige constantemente a las personas que lo quieran acompañar, porque tiene mucho trabajo y nunca hay suficiente ayuda.
Eusebiu Predonescu tiene un recorrido profesional especial: durante 8 años, fue consejero psicopedagogo y entrenador de fútbol de los futbolistas más pequeños de Rumanía, algunos de ellos con 3 años. Actualmente, es oficial especialista en las ciencias de la educación en el Inspectorado Distrital de la Policía de Vâlcea y voluntario en la Asociación “Niños sin infancia”.
“A través de varios papeles que tengo, de profesor, de entrenador, de policía, vi muchísimos niños que no tenían infancia, como solemos decir. Les faltaba lo más importante, una familia, les faltaba alguien que les apoyara para poder ir al colegio, incluso les faltaba la persona más importante, su madre. Y entonces hemos intentado ayudar sobre todo a los más pequeños de nuestro club de fútbol, pero después las cosas se han ampliado y hemos empezado a ayudar también a los niños de las escuelas de varias localidades del distrito de Vâlcea. Hay situaciones en que los niños necesitan apoyo para ir al colegio y estamos hablando de ropa, zapatos, mochila, útiles escolares, pago del transporte hasta la escuela más cercana, para los estudiantes de instituto incluso del pago de un lugar en una residencia de estudiantes en la que se puedan quedar hasta el fin de semana. Hay casos distintos, hay necesidades distintas.”
Si ayuda a algunos niños a enfrentarse a la pobreza, a otros, la asociación de Eusebiu Predonescu les ayuda en su lucha contra varias enfermedades: por ejemplo, hay una niña que necesita un audífono de alta tecnología, otra niña tiene problemas de visión y un aparato especial la ayudaría a desplazarse segura. El dinero recaudado por los voluntarios de Vâlcea se usa también para electrificar las casas en las que algunos niños todavía estudian a la luz de las velas o de la lámpara de gas, para renovar o incluso para construir casas. Nuevamente al micrófono, Eusebiu Predonescu:
“Desde hace muchísimo tiempo intentamos construir casitas ahí donde las antiguas ya no se pueden renovar. Hemos encontrado niños cuyos padres murieron y fue necesario que todo el equipo se implicara en la construcción de unas casitas basándonos en un principio sencillo: recogemos de forma selectiva varios materiales que encontramos en todas partes, y con el dinero obtenido construimos estas casitas. Es decir que todo se hace a través del reciclaje selectivo. De esta manera, atraemos tanto a las comunidades en las que construimos las casitas, como también a los profesores que educan a estos niños sin infancia, y a los mismos niños sin infancia.”
Latas de aluminio, botellas de plástico, lámina, cartón, papel usado, pilas usadas, bidones de detergente, cajas de plástico, televisores y electrodomésticos rotos, chatarra y neumáticos usados. Cualquier cantidad, por muy pequeña que sea, es bienvenida para los voluntarios de la asociación cuya alma es el policía Eusebiu Predonescu.
“Hemos empezado con cosas pequeñas: algunas botellas de plástico, algunas latas, papel usado, algunos electrodomésticos rotos, pero con el tiempo, la gente de todo el distrito ha visto los resultados. Y cuando alguien ve que de estos materiales reciclables uno consigue el dinero necesario para construir una casita, para crear una etapa en el desarrollo de un niño, actúa de todo corazón. Actualmente, nos apoya muchísima gente en todo el distrito de Vâlcea. Recibimos grandes cantidades de material reciclable para ser usado y para apoyar los proyectos en los que nos hemos implicado. El reciclaje es algo reciente. Anteriormente, ayudábamos sólo ofreciendo ropa y zapatos. Cuando vimos que necesitábamos más ayuda, tuvimos que encontrar una solución. No estoy de acuerdo con pedir: «deme dinero y les ayudo». Entonces intentamos encontrar una solución a través de materiales reciclables. «¡Vamos a obtener el dinero trabajando!» En el almacén somos como unas verdaderas hormigas. Encargarse de cada saco de material reciclable, seleccionarlo por colores, aplastarlo y distribuirlo de tal manera que se pueda usar a un nivel máximo. Sólo así podemos ayudar a estos niños sin infancia. Cada mes conseguimos obtener aproximadamente 10.000 lei (aproximadamente 2.000 euros) de la valorización de materiales reciclables. Este dinero se usa para comprar materiales de construcción, electrificar algunas casitas en las que nunca se ha encendido la luz, y estamos muy contentos cuando anunciamos en nuestros grupos que allí hay luz por primera vez.”
El poder que los voluntarios de Vâlcea tienen para ir adelante, incluso a pesar de algunos problemas, procede del amor a los niños. Sus buenas acciones les dan una energía misteriosa que les hace continuar, y esperan que, cuando lleguen a ser adultos, los niños a los que ayudan se conviertan también en verdaderas personas. Además de los voluntarios que ayudan físicamente a Eusebiu Predonescu, hay mucha gente de Râmnicu Vâlcea o de todo el distrito que lo apoya desde la distancia. La asociación trabaja muchísimo pero la satisfacción está a la altura de su trabajo: los niños sin infancia tienen la oportunidad de tener una vida normal.
“Es importante ponerles de pie para que puedan volar cuando se conviertan en adolescentes sin necesitar nuestro apoyo, y para que nos podamos encargar más de los pequeños, que dependen totalmente de este apoyo. Hay un número de teléfono, lo hemos denominado «el teléfono de los niños sin infancia». Es el 077 154 67 91, y está en todos nuestros grupos.”
Y cuando tengan tiempo, pueden visitar también la página de Facebook del policía Eusebiu Predonescu. A veces las imágenes significan muchísimo más que las palabras. Y pueden inspirar.
Versión española: Monica Tarău