Desde Rumanía hacia el mundo: Rumanía y el cambio climático
El cambio climático está afectando significativamente a Rumanía, manifestándose a través de fenómenos meteorológicos extremos, sequías, inundaciones e impactos negativos en la agricultura.
Simona Sarbescu, 31.07.2025, 13:50
El cambio climático está aumentando la frecuencia, intensidad y duración de los fenómenos meteorológicos extremos. Existen pruebas claras de que la Tierra se está calentando a un ritmo sin precedentes y la actividad humana es la causa principal.
Los satélites de la Tierra y las nuevas tecnologías han permitido que los científicos observen el panorama general, mediante la recopilación de tipos diferentes de información acerca de nuestro planeta y su clima.
El aire más cálido puede retener más humedad, provocando lluvias torrenciales e inundaciones repentinas, mientras que las altas temperaturas provocan sequías prolongadas que afectan gravemente a la agricultura. Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, con consecuencias negativas para la salud pública, especialmente para las personas vulnerables.
El sábado 26 de julio de 2025 fue declarado el día más caluroso del verano en Rumanía. La mañana del domingo 27 de julio se registraron récords de temperaturas mínimas en 50 estaciones meteorológicas, según explicó la Administración Meteorológica Nacional (ANM).
El cambio climático está afectando significativamente a Rumanía, manifestándose a través de fenómenos meteorológicos extremos, sequías, inundaciones e impactos negativos en la agricultura. Los bosques rumanos también se ven cada vez más afectados por incendios y otros fenómenos extremos, que ejercen presión sobre los ecosistemas y la gestión forestal.
El 26 de julio, el día más caluroso del verano hasta la fecha, se registraron máximas de más de 41 grados C en 34 ciudades. Ola de calor extrema en Rumanía: Las temperaturas máximas alcanzaron los 46 grados al sol y los 35 grados a la sombra. Esta diferencia entre tiempo y clima es muy importante cuando hablamos de fenómenos extremos recientes en Rumanía, como las graves inundaciones en algunas zonas o las olas de calor récord de los últimos años.
La ola de calor extremo no se detuvo. El domingo 27 de julio, Rumanía registró una nueva ola de récords de temperaturas mínimas. Estos valores indican un peligroso fenómeno llamado noche tropical.
Las recientes inundaciones ponen de relieve la necesidad de modernizar la infraestructura de protección.
Podemos decir que estos fenómenos parecen estar convirtiéndose en una ‘nueva normalidad’. Esta ‘nueva normalidad’ está evolucionando a medida que la temperatura media global continúa aumentando. En este caso, existe una necesidad urgente de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Inundaciones, temperaturas extremas, sequía: ¿Variaciones normales o señales del cambio climático?
Para 2050, Rumanía sentirá con fuerza los efectos del cambio climático: temperaturas más altas, veranos más calurosos y sequías prolongadas. Esto ejercerá presión sobre los recursos hídricos, especialmente en el sur y sureste del país.
La diferencia entre el tiempo y el clima es esencial para comprender el cambio climático. El tiempo se refiere a fenómenos atmosféricos de corta duración, como días soleados o lluviosos, mientras que el clima describe patrones meteorológicos a largo plazo, generalmente durante un período de 30 años o más. Esta distinción es esencial para interpretar correctamente fenómenos meteorológicos extremos. Aunque puedan parecer fenómenos de corta duración, reflejan cambios climáticos más profundos relacionados con las actividades humanas.
La agricultura podría verse afectada, ya que los cultivos tradicionales se verán afectados por la escasez de agua y las olas de calor. Los agricultores se verán obligados a cultivar plantas más resistentes a la sequía o a invertir en sistemas de riego avanzados.
La biodiversidad podría verse amenazada, ya que las especies vegetales y animales no podrán adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones climáticas, lo que provocará la pérdida de hábitat y una disminución de la diversidad de los ecosistemas. Las infraestructuras tendrían que adaptarse a la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y tormentas violentas, lo que requeriría inversiones en el fortalecimiento de edificios, pero también de las redes de transporte, por ejemplo.
Las recientes inundaciones ponen de relieve la necesidad de modernizar la infraestructura de protección.
La gestión sostenible del agua, mediante sistemas de riego eficientes y la conservación del agua en los hogares, es esencial para reducir los efectos de las sequías. En la agricultura, los agricultores podrían adoptar cultivos resistentes a la sequía para mantener la productividad.
El fortalecimiento de las infraestructuras críticas, como las redes eléctricas y de telecomunicaciones, es vital para garantizar su funcionamiento en condiciones extremas. Con estas medidas, Rumanía puede proteger a las comunidades y reducir el impacto de los fenómenos climáticos en la economía.