La miscelánea: Celebrar a la infancia, proteger su futuro
Cada 1 de junio, Rumanía celebra el Día Internacional del Niño. Una jornada llena de colores, juegos, risas y sueños. Pero también una fecha para reflexionar sobre el papel fundamental que tienen los niños en nuestra sociedad.

Brigitta Pana, 02.06.2025, 15:00
Más allá de los globos y los regalos, el Día del Niño es un recordatorio: debemos protegerlos, escucharlos, y garantizar que crezcan rodeados de afecto, cuidados y oportunidades.
Esta celebración tiene sus raíces en los años 50, cuando muchos países del mundo comenzaron a dedicar una jornada a la infancia, poniendo en el centro sus derechos y su dignidad. Desde entonces, el 1 de junio se ha convertido en una tradición profundamente arraigada en Rumanía, esperada cada año por niños y familias.
Hoy queremos hablar también de una iniciativa que da aún más sentido a este día: el programa “El primer abrazo”, impulsado por la organización Salvați Copiii România. Esta entidad, que acaba de cumplir 35 años de actividad, trabaja desde 1990 para proteger a los niños más vulnerables. El programa tiene como objetivo asegurar el contacto inmediato entre madre y recién nacido, un gesto simple y poderoso que puede marcar la diferencia en el desarrollo físico y emocional del bebé.
“El primer abrazo” supone una inversión de más de 4 millones de euros para equipar 35 hospitales con tecnología médica esencial, desde incubadoras hasta sistemas de monitorización. Busca reducir la mortalidad infantil, que en Rumanía sigue siendo una de las más altas de la Unión Europea. Desde 2010, Salvați Copiii România ha invertido más de 15 millones de euros y ha entregado casi 2.000 equipos a hospitales de todo el país. Además, el programa incluye un plan piloto de seguimiento médico para bebés prematuros durante los primeros dos años de vida, una etapa clave para prevenir complicaciones. “El primer abrazo” no es solo un programa médico. Es una declaración de principios. Un compromiso con el futuro de Rumanía. Con el respaldo de figuras públicas como el artista Smiley y su esposa Gina Pistol, la campaña busca sensibilizar a la sociedad y movilizar recursos para ofrecer a cada niño el inicio de vida que merece.
A pesar de estos esfuerzos, la infancia en Rumanía sigue enfrentando grandes desafíos. Más del 40% de los niños vive en condiciones de pobreza y la tasa de abandono escolar sigue siendo alta, especialmente en las zonas rurales.
Hoy en Rumanía, los niños representan una parte fundamental de la población. Detrás de cada nombre, de cada sonrisa, hay una historia, un contexto y, muchas veces, también una lucha silenciosa. Les invito ahora a repasar juntos algunas cifras clave que nos ayudarán a comprender mejor el estado de la infancia en Rumanía. Rumanía tenía 3,79 millones de niños de hasta 18 años a principios de 2024 80.700 menos que en enero de 2022, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INS), y la proporción de menores en la población total por domicilio también bajó al 17,4%. Entre los menores, la proporción de niños ha sido en los últimos años superior a la de niñas, situándose en el 51,4%, con prácticamente 1.057 niños por cada 1.000 niñas. Según los datos del registro civil, el año pasado se inscribieron 155.430 niños, la cifra más baja de nacidos vivos desde los años 30, aunque no se dispone de estadísticas de 1941-1945. La tasa de fecundidad descendió en comparación con años anteriores, hasta 30,7 nacidos vivos por cada 1.000 mujeres en edad fértil (15-49 años). Las tasas de natalidad más altas se registraron el año pasado en las regiones noroeste (8 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes) y centro (7,7 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes), y las más bajas en las regiones sureste (6,4 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes) y suroeste de Oltenia (6,3 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes).
Detrás de cada sonrisa infantil hay una historia, y muchas veces, también una lucha silenciosa. Por eso, al celebrar el Día del Niño, recordemos que no se trata solo de una fiesta. Es una invitación a actuar. A crear un entorno donde cada niño pueda crecer seguro, respetado y amado.