La miscelánea: El brillo de Rumanía en la semana de la joyería
Hoy vamos a sumergirnos en un universo de detalles sorprendentes, materiales preciosos y visiones rompedoras: hablaremos de Romanian Jewelry Week 2025, la sexta edición de uno de los eventos más importantes de joyería contemporánea en Europa del Este.
Brigitta Pana, 06.10.2025, 17:30
Cuando hablamos de joyas en Rumanía, no hablamos solo de adornos. Hablamos de herencias, de identidad, del vínculo con el pasado y de la manera en que los rumanos eligen expresarse hoy. Para muchísimos rumanos, las joyas han sido —y son— algo más que objetos de valor. Son portadoras de historias. Ya sea un anillo de boda heredado de generación en generación, una cruz de oro recibida en el bautismo o un broche antiguo de la abuela, cada pieza lleva consigo una carga emocional. En los pueblos tradicionales, las mujeres usaban monedas bordadas en el cabello o en el pecho, no solo como decoración, sino también como una especie de “banco móvil”: el oro estaba a la vista, pero también era un símbolo de protección y reserva de valor. Pendientes grandes, caderas adornadas con metal, collares pesados —todos cumplían un rol simbólico: mostrar estatus, pertenencia, pero también la destreza con la que eran elaborados.
En la vida urbana de la época de entreguerras, la joyería comenzó a verse influenciada por la moda europea: aparecieron collares finos, relojes de señora, broches con piedras semipreciosas. Durante el periodo comunista, el acceso a joyas se redujo, pero el deseo persistió — por eso, el oro, incluso como simple cadena discreta o alianza, continuó siendo muy valorado, no solo por su valor material.
Hoy las cosas están cambiando. Los rumanos están empezando a buscar y construir su propio estilo, también a través de las joyas contemporáneas. Los jóvenes ya no compran solo joyería clásica de oro, sino que buscan piezas con historia, hechas a mano, personalizadas. La joyería en Rumanía atraviesa una transformación: las nuevas generaciones buscan piezas únicas, hechas a mano, con significado. No se trata solo de oro clásico, sino de joyas que cuentan historias, que unen tradición y modernidad. Se revalorizan símbolos antiguos y motivos tradicionales reinterpretados de forma contemporánea. Este fenómeno ha traído consigo el crecimiento de una escena creativa local, con diseñadores que encuentran en la joyería una forma de arte y comunicación personal.
Uno de los eventos que refleja esta evolución es la Romanian Jewelry Week (ROJW), que celebró su sexta edición del 1 al 5 de octubre de 2025 en Bucarest. Organizado por Assamblage, la Asociación Nacional de Autores y Diseñadores de Joyería Contemporánea de Rumanía, el festival tuvo como sedes la Biblioteca Nacional, el Museo de Arte Reciente (MARe) y otros espacios culturales de la ciudad. Más de 270 diseñadores de 40 países presentaron colecciones, participaron en talleres, charlas, ferias de venta directa y debates. Las exposiciones ofrecieron una mirada diversa sobre la joyería como forma de arte, diseño y exploración conceptual.
El evento central, con entrada libre durante los primeros tres días, dio paso a una feria donde los diseñadores vendieron directamente al público. Además, el evento incluyó colaboraciones con prestigiosas instituciones internacionales como Schmuckmuenchen y el Legnica Jewellery Festival SILVER, consolidando a ROJW como un punto clave en el mapa global de la joyería contemporánea. Uno de los momentos más esperados fue la participación del diseñador y curador polaco Sławomir Fijałkowski, reconocido por su enfoque interdisciplinario que une tradición, pedagogía y crítica cultural. También se destacó la exposición “Agora” del artista rumano David Sandu, fundador de Assamblage, que celebró 20 años de trayectoria creativa y 15 años desde la creación de la escuela. La muestra pudo visitarse en el Museo de Arte Reciente
El festival propuso debates sobre sostenibilidad, innovación estética, uso de nuevos materiales y el papel de la joyería en la economía creativa. Talleres como “Craft your Artist Statement”, facilitado por la estadounidense Jennifer Altmann, ofrecieron herramientas a diseñadores emergentes para definir su identidad artística y profesional.
ROJW se extendió por toda la ciudad, convirtiéndose en un recorrido urbano que conectó arte, diseño y cultura. Además de fortalecer la economía creativa, atrajo a visitantes internacionales, promovió el comercio cultural y dio visibilidad a jóvenes diseñadores, tanto de la capital como de otras regiones de Rumanía.
Hoy en día, en Rumanía, las joyas no son solo objetos de valor o regalos. Son una forma de arte portátil, una manera de decir quiénes somos o quiénes queremos ser. Una joya puede ser un símbolo de identidad, un pequeño objeto de reflexión. Romanian Jewelry Week no es solo una exposición, sino un espacio donde convergen tradición, innovación y comunidad. Una celebración del diseño como forma de identidad, diálogo y creación.
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