Desde Rumanía hacia el mundo: Villancicos – canciones del alma rumana
Los villancicos rumanos tienen una larga y rica historia, estrechamente ligada a las tradiciones y creencias del pueblo rumano. Sus letras hablan de acontecimientos bíblicos, como el nacimiento de Jesucristo, pero también de aspectos relacionados con la vida en el pueblo, amor, amistad, generosidad y solidaridad.
Simona Sarbescu, 23.12.2025, 19:12
En Rumanía, la Navidad es el punto central de multitud de villancicos, deseos y tradiciones específicas que se remontan a tiempos pasados, pero que, sorprendentemente, viven en la actualidad. En el folclore rumano, el villancico es el ciclo festivo popular tradicional más importante, la ocasión más rica y colorida para las manifestaciones folclóricas.
Desde Nochebuena hasta los primeros días del Año Nuevo, las comunidades conservan costumbres transmitidas de generación en generación, destinadas a traer salud, suerte y prosperidad.
En los antiguos pueblos rumanos, los villancicos no eran solo canciones navideñas. Transmitían los deseos, la alegría y la esperanza de la gente. En el pasado, los villancicos eran considerados mensajeros de bondad, llevando la buena noticia de la Natividad de Jesús a todos los hogares. Sus canciones eran más que simples melodías: eran oraciones cantadas, llenas de símbolos y creencias ancestrales.
La antigua y querida tradición rumana de cantar villancicos continúa año tras año, con ligeras variaciones según el lugar. En algunas zonas, los cantantes visten trajes tradicionales y usan instrumentos musicales específicos, mientras que en otras adoptan un estilo más moderno. Aunque la forma de cantar villancicos puede variar de una casa a otra y de una región a otra, la esencia de la tradición sigue siendo la misma: los villancicos traen buenos deseos y alegría a los hogares durante las fiestas de invierno.
Los villancicos rumanos tienen una larga y rica historia, estrechamente ligada a las tradiciones y creencias del pueblo rumano. Sus letras hablan de acontecimientos bíblicos, como el nacimiento de Jesucristo, pero también de aspectos relacionados con la vida en el pueblo, amor, amistad, generosidad y solidaridad.
En Rumanía, a través de los villancicos, las tradiciones y los valores culturales se transmiten de generación en generación, contribuyendo a la preservación de la identidad cultural y los vínculos entre los miembros de la comunidad.
Por lo tanto, los villancicos son un elemento esencial de las fiestas navideñas, desempeñando un papel importante en la creación del ambiente característico de esta época y en la preservación de las tradiciones y los valores culturales.
Las letras de los villancicos suelen hablar del Nacimiento de Jesús, de la riqueza espiritual y la plenitud que debemos sentir en estos días…
Hay villancicos clásicos, conocidos por todos los rumanos, adultos o niños. Se pueden cantar alrededor de un árbol de Navidad artificial o natural, en Nochebuena o durante los tres días de la festividad.
¡Abre la puerta, cristiano!, ¡Qué maravillosa noticia! o Tres pastores son muy conocidos.
La tradición de cantar villancicos entre los rumanos es una antigua costumbre, relacionada con la Navidad, en la que grupos de niños y jóvenes van de casa en casa cantando villancicos que anuncian el Nacimiento del Señor, deseando a los anfitriones salud, abundancia y felicidad, y siendo recompensados con dulces, pasteles, fruta y dinero. Esto integra la espiritualidad cristiana con los rituales precristianos de fertilidad y expulsión de malos espíritus.
Niños, jóvenes (y a veces adultos, como en Maramureș), forman grupos organizados y cantan villancicos tradicionales que Transmiten mensajes de alegría, prosperidad y esperanza, con raíces en antiguas creencias sobre la abundancia de la cosecha.
Con el tiempo, la costumbre se superpuso con la celebración navideña, integrando el tema del Nacimiento de Cristo junto con elementos paganos.
Aunque el ritual se ha perdido un poco, el ambiente festivo, el espíritu comunitario y los buenos deseos se han conservado, y lo más importante, los villancicos siguen siendo una costumbre viva.
Hay que preservar esta tradición invernal rumana, con grupos de niños y jóvenes, que en Nochebuena (y otros días festivos, como Epifanía/Año Nuevo), van de casa en casa cantando villancicos para anunciar el Nacimiento de Cristo, deseando salud y abundancia, recibiendo regalos, disfrutando del espíritu navideño y transmitiendo esperanza y alegría.