Instalación «En la Cocina»
Del 17 de mayo al 16 de junio de 2025 se inaugura la exposición-instalación «En la cocina. Recetas de pasteles de mamá» de los artistas Ana-Cristina Irian y Cristian Bassa.
Ion Puican, 31.05.2025, 16:00
Del 17 de mayo al 16 de junio de 2025 se inaugura la exposición-instalación «En la cocina. Recetas de pasteles de mamá» de los artistas Ana-Cristina Irian y Cristian Bassa. Cristina Irian es artista visual, investigadora y comisaria. Estudió sociología, antropología visual y es doctora en artes visuales. Cristian Bassa es fotógrafo, diseñador, editor y coleccionista. Ambos proponen una instalación íntima construida en torno a la mesa de la cocina, un lugar que reúne las recetas culinarias manuscritas de las madres de los artistas, fotografías familiares y la presencia silenciosa de la memoria.
Cristina Irian nos habló de la instalación:
«La simple alegría de estar en la cocina, saboreando pasteles y galletas caseros, ha dejado una huella irremplazable en nuestras vidas de niños y adolescentes. Anoche pensé en una instalación casera construida en torno a una mesa de cocina. La instalación incluye objetos que zumbaban y giraban a su alrededor cuando se preparaban los pasteles. Recogí de la casa los utensilios que sabía que se ponían a trabajar: tazas, recipientes medidores, un colador, cortadores de galletas, una batidora. Y de fondo, añadimos la inevitable radio. Este núcleo está envuelto en una butaforia de cocina de bloque de los años ochenta y noventa, la época que queremos recuperar. El espacio se abarrota rápidamente y la cocina abraza, como una buena madre o abuela, a los visitantes, que a menudo vienen en pareja, de dos en dos. La mesa en esta instalación se convierte en un lugar de reunión y de multiplicación de los cuidados y del hecho de producir y consumir alimentos junto a los allegados, con alegría o con preocupación.»
¿Cómo surgió la idea de la instalación?
«La idea de convertir las recetas de las tartas de nuestras madres en la instalación artística «En la cocina», albergada por la célula de arte, surgió probablemente del trauma de una larga experiencia personal de doble filo, de pérdida y redescubrimiento. Me refiero a la pérdida de mi madre, la persona que escribía las recetas y las convertía en tartas de cumpleaños para cada uno de nosotros. Y del hallazgo de rastros de aquellos momentos después de algún tiempo en casa. Huellas materializadas en fotografías, objetos o cartas. Los cuadernos de recetas guardaban misteriosamente dibujos, fotos familiares u otras pequeñas anotaciones. Lo que nos sorprendió fue encontrar en estos cuadernos de recetas un hilo conductor de nuestras propias vidas, pero también de las vidas de quienes vienen a pasar un tiempo en la instalación o de quienes nos escribieron en las redes sociales sobre sus propias experiencias tras el anuncio de este proyecto. Las recetas se convierten en recuerdos con la gente.»
Cristina Irian, como socióloga y antropóloga, nos habla de las complejidades que se esconden tras las recetas sencillas:
«Las recetas y los gestos escritos a mano pueden acumular múltiples funciones y significados, según el lugar que se hayan ganado en la vida de varias generaciones y en función del contexto en el que surgieron y la forma en que se transmitieron. Los estudios psicológicos sobre la nostalgia gustativa sugieren que determinados sabores y olores pueden desencadenar respuestas emocionales y favorecer la continuidad de la identidad. La investigación antropológica sobre la posmemoria y el trauma intergeneracional sitúa a la comida como un importante vector de la memoria cultural. Las recetas suelen sobrevivir al lenguaje. Los gestos heredados, la mezcla de ingredientes, la degustación y la preparación de los alimentos se convierten en rituales silenciosos de cuidado, de continuidad. Pueden ayudar a preservar la memoria intergeneracional, a veces incluso saltando de abuelos a nietos, dependiendo de las diferentes prácticas de vida y vivienda. Se convierten en un poderoso vínculo, sobre todo cuando hay ruptura o distancia física entre miembros de una misma comunidad o familia. Una receta convertida en pastel puede hacer más llevadera una brecha. Las recetas de pasteles pueden considerarse una forma de lenguaje emocional. Dejan una huella de amor, cariño, amistad, porque también registran redes de relaciones entre parientes, amigos o vecinos. Un cuaderno de recetas te lleva de viaje por la vida de las personas, por momentos de celebración, pero también a otro espacio. Prácticamente estás sentado a la mesa con quienes han pasado buenos momentos juntos.»
Al final de la entrevista, Cristina Irian revela el deseo de los creadores en relación con el público y con este proyecto:
«Queremos ante todo interactuar con los visitantes, no limitarnos a mostrar nuestra experiencia en un vitrina. Si lo desean, se les invita a contribuir a un archivo colectivo de recuerdos, imágenes y recetas de pasteles. … Pretendemos traducir esta investigación interdisciplinar en una experiencia visual y sensorial para los visitantes, explorando la comida como portadora de memoria, identidad y resiliencia.»