De nuevo, dieron la vuelta al mundo
Diana Jipa y Ștefan Doniga, reconocidos por Guinness World Records por la gira de conciertos más rápida en todos los continentes, vuelven con una nueva actuación. Recientemente han concluido Musica Prohibita, una nueva gira mundial dedicada al 80.º aniversario del fin del Holocausto y de la Segunda Guerra Mundial.

Ana-Maria Cononovici, 14.10.2025, 11:50
A principios de este año, recibieron el reconocimiento de ser los únicos músicos del mundo que habían tocado en los siete continentes en menos de cien días, y los primeros en ofrecer un concierto profesional de música clásica en la Antártida. También recibieron la homologación oficial de Guinness World Records por la gira de conciertos más rápida en todos los continentes. Los protagonistas, la violinista Diana Jipa y el pianista Ștefan Doniga, no esperaron mucho y volvieron a dar la vuelta al mundo. Acaban de terminar la gira Musica Prohibita.
Ștefan Doniga nos lo contó:
«Esta vez dedicamos la gira a un tema muy serio: el 80.º aniversario del fin del Holocausto y de la Segunda Guerra Mundial, para mostrar que el arte no sólo es entretenimiento, sino que también forma parte de la realidad de la sociedad actual. Interpretamos creaciones firmadas por compositores que sufrieron diversas formas de persecución a lo largo de sus vidas y que dimos a conocer por todo el mundo, por ciudades que albergan sedes de las Naciones Unidas. Algo simbólico, en apoyo a la lucha mundial contra la persecución y la opresión».
Diana Jipa precisó:
«Esta vez visitamos las ciudades donde se encuentran sedes de la ONU. Estuvimos en Ginebra, Viena, Nairobi y Brisbane, donde hay una sede dedicada a los pueblos indígenas, y también en Nueva York. Lo hicimos para presentar nuestro proyecto “Musica Prohibita”, dedicado a los compositores oprimidos por regímenes totalitarios. Los conciertos fueron recibidos con entusiasmo y empatía».
A su vez, Ștefan Doniga añadió:
«Evidentemente, el público acude a los recitales con un objetivo recreativo; viene a escuchar música bonita, no tanto para recibir mensajes profundos que evocan cosas bastante graves. Sin embargo, lo bonito es que los compositores que incluimos en nuestro programa lograron convertir sus dramas personales en auténticos milagros artísticos. Así, el público tuvo la oportunidad de encontrarse con la belleza y la riqueza espiritual, lo que tuvo un impacto positivo y generó una alegría común tanto para nosotros, los intérpretes, como para los oyentes».
Los dos músicos se propusieron concienciar al público de cuatro continentes sobre cómo la cultura ha representado, a lo largo de los momentos más dramáticos de la historia, el último refugio y el depositario más completo de los valores humanos, convirtiéndose en la forma más poderosa y auténtica de resistencia frente a cualquier tipo de opresión.
Diana Jipa:
«Como suele decir mi compañero, la cultura es sinónimo de verdad, porque al fin y al cabo debe estar al servicio de la verdad. Si lo analizamos detenidamente, veremos que estos conceptos son sinónimos. Por eso nos propusimos darle un propósito a este repertorio tan bonito. En la actualidad, parece que ya no basta con actuar; el público necesita un propósito, una razón para acudir a la sala de conciertos. Para ganárnoslo, para exponer nuestras ideas y causas, siempre intentamos buscar pretextos para atraer al público y concienciarlo sobre temas muy serios».
En cuanto a la música y las historias que se transmitieron a través de ella durante la gira, Ștefan Doniga nos explicó:
«Hemos convertido nuestra profesión en una declaración de fe para llevar la música rumana por todo el mundo. Ha habido compositores rumanos, como Paul Constantinescu, Myriam Marbé y nuestro joven y talentoso amigo Roman Vlad, quien dedicó una obra a nuestra gira, que se estrenó en este concierto; también hay compositores de música universal que han quedado marcados por ciertos momentos dramáticos de la historia. Todo el mundo conoce el destino de Dmitri Shostakóvich, por ejemplo, y él también estuvo presente en nuestro repertorio, al igual que Ernest Bloch, un compositor judío de origen suizo nacido precisamente en Ginebra. Nos alegró mucho comenzar nuestra gira en Ginebra y evocar su personalidad, así como la de Sergei Bortkiewicz, un compositor menos conocido, pero con un destino especialmente tortuoso marcado por las dramáticas vicisitudes de la historia del siglo XX, que transmite muy bien a través de su música y su biografía, y que incorporamos a nuestro proyecto».
El siguiente proyecto de la violinista Diana Jipa y del pianista Ștefan Doniga es una gira de promoción de la música de Enescu en Tokio, con tres conciertos, seguidos de un viaje musical por el país que comenzará en Cluj y que revelará los valores de la música popular en las creaciones artísticas, titulado «De Anton Pann a George Enescu».
Versión en español: Victoria Sepciu