Alice On & Off, un debut notable
En su debut documental, Alice On & Off, Isabela Tenț sigue la historia de una joven atrapada en un patrón traumático. Ganador en 2024 de varios premios —el Premio de los Días del Cine Rumano para debut y el Premio FIPRESCI en el TIFF / Festival Internacional de Cine de Transilvania, así como el Premio al Mejor Documental Rumano en el Astra Film Festival—, este año Alice On & Off recibió también el Premio Gopo al Mejor Documental. La película tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Cracovia en Polonia y fue proyectada en otros festivales de cine de prestigio, como el Festival de Cine de Sarajevo, IndieCork de Irlanda y DokuBaku de Azerbaiyán, donde obtuvo una Mención Especial del jurado.
Corina Sabău, 06.12.2025, 13:00
En su debut documental, Alice On & Off, Isabela Tenț narra la historia de una joven atrapada en un patrón traumático. Privada del afecto de sus padres, a los 16 años Alice se enamora de Dorian, un hombre de más de 50 años, se casa con él y da a luz a un niño, Aristo. Para mantener a su familia, Alice se ve obligada a abandonar sus estudios de bellas artes y gana dinero haciendo videochat. Las dificultades económicas la llevan a buscar refugio en las drogas. Lucha contra la adicción tratando de seguir presente en la vida de su hijo, pero aparentemente fracasa. En resumen, así es la historia que cuenta el multipremiado documental Alice On & Off.
Ganadora en 2024 de varios premios, como el Premio de los Días del Cine Rumano al mejor debut y el FIPRESCI en el TIFF/Festival Internacional de Cine de Transilvania, y el Premio al mejor documental rumano en el Festival de Cine Astra, este año Alice On & Off ha recibido el premio Gopo al mejor documental. La película se estrenó mundialmente en el Festival de Cine de Cracovia, en Polonia, y se presentó en otros festivales de cine importantes, como el Festival de Cine de Sarajevo, Indie Cork en Irlanda y Doku Baku en Azerbaiyán, donde obtuvo una mención especial del jurado.
Invitada a RRI, Isabela Tenț nos ha contado que en su adolescencia, antes de descubrir el cine, quería ser neurocirujana. Sin embargo, su participación en el taller Let’s Go Digital!, uno de los proyectos más populares del Festival Internacional de Cine de Transilvania, cuyo objetivo es promover la educación cinematográfica entre los adolescentes y descubrir nuevos talentos, cambió su vida.
«Al final de ese taller, tuvimos una reunión con los participantes y los coordinadores y, en esa reunión, Sorin Botoșeneanu, que era decano de la Facultad de Cine de la UNATC/Universidad Nacional de Arte Teatral y Cinematográfico ¨Ion Luca Caragiale¨, me preguntó si me gustaría dedicarme a la dirección cinematográfica. Fue un momento decisivo para mí, aunque en ese momento respondí que no, que quería seguir estudiando medicina. Sin embargo, esa pregunta se me quedó grabada y, al comienzo del 12º curso, les comuniqué a mis padres que había cambiado de opinión y que iba a estudiar cine. Les llevó muchos años comprender que estaba bien, que era muy feliz con la decisión que había tomado. Me doy cuenta de que solo después de elegir mi camino empecé a inspirarme en ciertos cineastas. Una de ellas es Agnès Varda, una directora que hace la transición del documental a la ficción de una manera fabulosa».
Hemos hablado con Isabela Tenț sobre el proceso de producción de la película y los retos que ha superado en esos diez años de trabajo.
«Fue complicado, pero no me arrepiento en absoluto. Fue complicado y doloroso, porque a medida que trabajaba en la película, empecé a darme cuenta de cosas relacionadas con mi familia. A veces es difícil estar tres meses en un proyecto, y mucho más diez años. Cuando Alice empezó a hablar de su infancia, de cómo la trataban y de la falta de afecto por parte de su familia, empecé a sentirme identificada con ella. Tiendo a creer que mi generación es una generación que es consciente de los traumas que ha vivido. Al menos eso quiero creer, como decimos en la película, me parece que al menos nosotros intentamos enfrentarnos a este círculo vicioso de traumas. Tanto si logramos romperlo como si no, creo que es esencial enfrentarlo. Ahora, en el presente, esta necesidad de hablar sobre el trauma se ha vuelto muy presente. Y puedo decir que trabajar en la película fue como un carrusel de emociones y estados de ánimo, pero también de información que recibíamos».
«El ganador del premio a la mejor película es un retrato familiar que nos persigue mucho tiempo después de los créditos finales. Realizado con tenacidad en un proceso que duró más de 10 años, el documental nos presenta a una adolescente artista que se ha convertido en madre, en un universo liminal, tenebroso, lleno de riesgos y brutalidad. A través de una relación que oscila entre la compasión y la explotación, la atracción y el disgusto, conocemos un mundo en el que la supervivencia se pone constantemente en tela de juicio. Por los retos que ha superado el equipo de esta película, por la solidaridad y empatía mostradas hacia unos héroes vulnerables e imperfectos, el Premio a la Mejor Película de la Competición de Rumanía se otorga a la película Alice On and Off». Esta es la motivación del jurado del Festival de Cine Astra, que ha decidido que el premio a la mejor película documental rumana sea para Alice On and Off.
Versión en español: Monica Tarău