Protestas sindicales en Bucarest
Las grandes confederaciones sindicales protestaron frente a la sede del Gobierno en Bucarest, descontentas con las medidas de austeridad adoptadas hasta ahora.
Roxana Vasile, 30.10.2025, 11:16
Miles de empleados de la administración, la educación y la sanidad de Rumanía se manifestaron el miércoles en las calles para pedir un aumento de los salarios y las pensiones, una fiscalidad equitativa y el cese de las medidas de austeridad, que consideran injustificadas. Desde el verano hasta ahora, con el fin de reducir el déficit del país —el mayor de la Unión Europea—, el Gobierno de coalición de Bucarest ha tomado medidas drásticas que afectan principalmente a la gente común. No se trata de austeridad, sino de medidas responsables que había que poner en práctica, dijo el primer ministro Ilie Bolojan, con motivo de un balance sobre el aumento del impuesto sobre el valor añadido, el aumento de los impuestos, el incremento de los impuestos especiales, la reducción de puestos de trabajo en el sistema público o la congelación de los salarios y las pensiones, todo ello en un contexto de inflación galopante que ha provocado una mayor disminución del nivel de vida de los rumanos, que ya se encontraban a la cola de la Unión Europea. El déficit excesivo no es culpa de los ciudadanos, sino de los gobernantes. Estos últimos deben comprender que se necesitan medidas concretas, justas e inmediatas para proteger a los trabajadores, declaró el presidente de la confederación sindical nacional Cartel Alfa, Bogdan Hossu.
Los sindicalistas también están descontentos con la negativa del Gobierno a aumentar el salario mínimo bruto y con su intención de mantenerlo, también en 2026, en su valor actual: 4050 leus (equivalente a algo más de 800 euros). De hecho, el miércoles, mientras los manifestantes expresaban su descontento en las calles, los miembros del Consejo Nacional Tripartito para el Diálogo Social, que reúne a representantes del Ejecutivo, los trabajadores y los empresarios, debatían el salario mínimo. Tras más de dos horas, las conversaciones concluyeron sin ningún resultado. Solo se acordó la idea de aumentar, a partir del 1 de enero, el valor de los vales de comida, pero, en cambio, en lo que respecta al aumento del salario mínimo, el primer ministro Ilie Bolojan advirtió que un posible aumento provocaría una cascada de aumentos salariales en el sector público que el país no puede permitirse.
Además, dado que la productividad laboral solo ha aumentado un 5 % este año, mientras que los salarios lo han hecho más de un 9 %, un aumento salarial que no se base en el aumento de la productividad laboral provocará un incremento de la inflación que afectará especialmente a las personas con ingresos bajos. Los representantes de los empresarios también han abogado por mantener el nivel actual del salario mínimo el año que viene. El representante de las pequeñas y medianas empresas en el Consejo Tripartito ha señalado que la mayoría de las pymes no podrían soportar un aumento del mismo, ya que se ven afectadas por las medidas fiscales adoptadas recientemente por el Gobierno. Las consultas continuarán y el Ejecutivo tomará una decisión sobre el salario mínimo a finales de noviembre.