Historia de la producción de energía eléctrica en Rumanía
Un tema extremadamente importante en la agenda de la comunidad internacional actual, la electricidad es indispensable hoy para la vida del hombre.
Steliu Lambru, 01.08.2022, 09:01
Un tema extremadamente importante en la agenda de la comunidad internacional actual, la electricidad es indispensable hoy para la vida del hombre. Desde su espectacular avance a principios del siglo XIX, se han descubierto cada vez más usos de la electricidad que han hecho que se la llegue a considerar una necesidad vital. Sin embargo, su producción ha suscitado numerosos interrogantes y controversias y en las últimas décadas se relaciona con la protección del medio ambiente y la promoción de nuevas tecnologías alternativas. Aun así, no deja de ser interesante señalar que las nuevas tecnologías para la producción de electricidad van de la mano con las antiguas. Por ahora, las tecnologías alternativas no son del todo satisfactorias para renunciar a las antiguas.
Y en Rumanía, la producción de energía ha conocido todas las fases de la tecnología moderna. Desde centrales de aceite combustible y gas hasta las de carbón, desde centrales hidroeléctricas hasta centrales nucleares, en los últimos 140 años Rumanía ha construido unidades tecnológicas para proporcionar la electricidad necesaria para la economía y para los consumidores domésticos. La extensión de la red eléctrica en todo el territorio nacional ha sido una prioridad para todos los regímenes politicos, porque un proyecto como este estaba por encima de las competencias de las entidades privadas. La aparición de las centrales térmicas y las centrales hidroeléctricas se remonta a finales del siglo XIX. La primera central eléctrica se construyó en Bucarest en 1882 y funcionaba con gas. Dos años más tarde, en 1884, se construyó la primera central hidroeléctrica en Peles, un año después de la inauguración del castillo real. Estaba destinada a suministrar electricidad a la residencia del monarca rumano. Desde entonces, la red de centrales térmicas y centrales hidroeléctricas se ha expandido de manera constante.
Después de 1945 y la instalación del régimen comunista, se lanzó el plan para extender la electrificación de Rumanía. En 1950 se empezó a construir la cuarta presa hidroeléctrica de Europa en Bicaz, en el norte de Rumanía, sobre el río Bistrita. Después de 10 años de grandes esfuerzos, en 1960 se puso en funcionamiento la planta. A finales de la década de 1960, la proporción de electricidad producida por las centrales hidroeléctricas en Rumanía era solo del 1 % y, siguiendo la política energética de mediados de la década de 1970, aumentó hasta el 12 %. Maxim Berghianu era el presidente del Comité Estatal de Planificación, una institución que se ocupaba de la planificación de la economía rumana según el modelo marxista-leninista. Berghianu tenía rango de ministro y participó, a mediados de la década de 1960, en los debates sobre las inversiones que debían realizarse en la construcción de centrales hidroeléctricas. En 2002, contaba al Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana que la energía hidroeléctrica era rentable a largo plazo.
“Hemos podido capitalizar el potencial hidroeléctrico, porque la inversión es más alta inicialmente, pero la energía es muy barata. No requiere esfuerzo de combustible. Se amortiza en un periodo más largo, pero a un costo mucho menor, porque ahí ¿qué más tienes? Vertidos de hormigón. Lo que cuesta más son los equipos, las turbinas, los accesorios, los transformadores.
Al mismo tiempo, el Estado rumano seguía dependiendo de la electricidad a base de carbón. Las explotaciones mineras rumanas, tanto de superficie como subterráneas, eran numerosas y la construcción de centrales térmicas cerca de ellas era un cálculo racional. Maxim Bergianu.
“Hubo mucha discusión sobre el poder calórico, sobre el transporte del carbón a las centrales eléctricas. Por eso, las centrales térmicas se construyeron cerca de Rovinari, en Oltenia, en Işalniţa, para no transportar tanto carbón. Había enormes reservas y utilizamos enormes capacidades que redujeron los costos. La excavación se hacía cada día, sin construir más minas, eran explotaciones en la superficie. Las excavadoras te cuestan dinero, pero ya no tienes que construir una mina.
Aparecieron los grandes sitios hidroeléctricos de las presas de las Puertas de Hierro y las de los ríos Argeș y Olt. Las más espectaculares fueron las del Danubio de las centrales hidroeléctricas Puertas de Hierro I y Puertas de Hierro II. La primera, las Puertas de Hierro I, fue construida por Rumanía junto con Yugoslavia desde 1964 y fue inaugurada en 1972. Es una de las construcciones hidrotécnicas más grandes de Europa y la más grande del Danubio. Sin embargo, tuvo como efectos colaterales la pérdida de la antigua ciudad rumana de Orşova por las inundaciones y el hundimiento de la isla Ada Kaleh en medio del Danubio. La planta hidroeléctrica Puertas de Hierro II también fue construida por Rumanía y Yugoslavia a mediados de la década de 1980.
También a principios de la década de 1970, Rumanía consideraba la tecnología nuclear de producción de energía eléctrica. Pero no fue hasta principios de la década de 1980 que se esbozaron los planos de la planta de energía nuclear de Cernavoda, una ciudad en el Danubio, en Dobrogea. Estaba prevista la construcción de 5 reactores nucleares con tecnología franco-canadiense. En la actualidad, en Cernavoda operan dos reactores nucleares que juntos producen el 20 % de la electricidad de Rumanía. El primero se construyó entre 1982 y 1996, y el segundo entre 1983 y 2007. Otros dos reactores comenzaron a construirse en 1984 y 1985, pero el proyecto todavía está en proceso. Las obras del quinto reactor, cuya construcción comenzó en 1987, están suspendidas por el momento.