Sociedad: Ayuda cristiana y asistencia social en Desești (Maramureș)
En la aldea de Desești, en el distrito de Maramureș, se encuentra una de las ocho iglesias de madera inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, un importante monumento cultural de la zona. Esta aldea de Maramureș es un verdadero imán para eventos culturales y proyectos sociales.
Eugen Cojocariu y Ion Puican, 24.12.2025, 11:27
En la comuna de Desești, en el distrito de Maramureș (norte de Rumanía), se encuentra una de las ocho iglesias declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999: la iglesia de madera dedicada a Santa Parascheva. Además de esta famosa iglesia, la comuna es un imán para los eventos culturales y sociales. En Desești se organiza un campamento de pintura y las «Noches de poesía Nichita Stănescu».
Con motivo de las fiestas de invierno, Eugen Cojocariu habló con el párroco Ioan Ardelean sobre los proyectos sociales y benéficos financiados con fondos europeos que ha puesto en marcha y sigue llevando a cabo en la comunidad parroquial. ¿Cómo empezó todo?
«No sabemos cuál es nuestro camino en la vida. Parece que el trabajo que hacemos acaba involucrándonos también a nosotros. En 1998 se llevó a cabo un primer proyecto financiado por PHARE, gracias al cual los niños del centro de acogida de Baia Mare vivían con familias de acogida. Eran familias de acogida para niños que no tenían vínculos permanentes con su familia biológica. Uno de los niños que vino al grupo de la parroquia se quedó en nuestra familia. Era una niña de una familia de catorce hermanos. Con el tiempo, nos convertimos en una familia de catorce hijos, porque otros hermanos suyos también vinieron a vivir con nosotros. A lo largo del tiempo, ha habido proyectos de todo tipo: de reintegración en la familia natural, de prevención del abandono, de cierre de centros de acogida, etc. Existen servicios integrados que se ofrecen a las familias, ya que, al acreditarte como proveedor de servicios sociales y tener servicios autorizados, puedes ofrecer el centro de día y el servicio de asistencia comunitaria para niños y personas mayores, entre otros».
¿Qué proyectos sociales lleva a cabo el párroco Ioan Ardelean en Deseşti a finales de este año 2025? El párroco nos habló especialmente del poder terapéutico del arte en el marco de los proyectos sociales de la comunidad.
«Ahora estamos en plena actividad. Los programas que cuentan con financiación multifondos, como el „Programa Operativo de Inclusión y Dignidad Social”, nos brindan la oportunidad de crear un complejo social y cultural al que hemos llamado „La Aldea de la Infancia”, donde se reunirán abuelos y nietos. Actualmente, se está implementando un centro de día para personas mayores con actividades de recuperación médica. Le seguirá un centro multifuncional con equipamientos culturales y deportivos. Hay proyectos que nos han llegado al corazón, como los „Campamentos de arte y solidaridad”, que engloban todos los demás, y el „Centro de día Sfinții Brâncoveni”, así como los proyectos que se están implementando en este complejo. Todos ellos se contagiarán de la belleza y la alegría del arte, porque es terapéutico. Con esta idea en mente, comenzamos la relación de mentoría en uno de los proyectos, „Campamentos de arte y solidaridad”, para que los niños de las instituciones pudieran liberar todo lo que habían acumulado en sus almas en los momentos en los que habían sido infelices y cargarse de la belleza del color vivo y de toda la descarga de amistad que, frente al lienzo, al aire libre, en la pradera que invita a vivir con intensidad, a través del verde de la hierba, se puede realizar plenamente. Y, como siempre digo, no creemos en las casualidades. Las cosas acaban influyendo en nosotros y, al final, damos más de lo que tenemos, de lo que realmente somos».
Al final de la conversación, el padre Ioan Ardelean nos dio más detalles sobre la importancia de los proyectos artísticos en Desești, la historia de los campamentos artísticos para niños y el patrimonio acumulado a lo largo del tiempo en Maramureș.
«Tenemos las puertas abiertas para todos los artistas. Es cierto que hemos tenido la gran alegría de contar con personas que han alcanzado cotas creativas excepcionales, como Horea Cucerzan, que ha venido en numerosas ocasiones, así como Dumitru Macovei y Aurel Dan, de Maramureș, y muchos otros artistas. Son artistas de todo el país. Se han ganado, cautivados por nuestra iniciativa, la generosidad de compartir su arte con los niños. Al principio eran los niños de los centros de acogida y de la estructura de hogares familiares, pero ahora tenemos un grupo objetivo propio de más de cien niños que asisten a las actividades de los centros de día y disfrutan del encuentro con los artistas. Llevamos 22 años organizando estos campamentos.
Cada año acuden y se reúnen con los niños más de 50 artistas plásticos de reconocido prestigio. Si hace doce años era un campamento anual en el que había un bullicio indescriptible en todo el pueblo porque los artistas y los niños estaban en casa de todos los aldeanos, ahora nos dirigimos hacia la idea de una escuela de verano. Hay entre cinco y siete grupos al año que vienen, trabajan con los niños y dejan obras. Obras que son su sacrificio, su regalo para apoyar estos proyectos que necesitan recursos. Por otro lado, estas obras constituyen un patrimonio que denominamos „Colección de arte y solidaridad” y que, desde su actual ubicación en el „Centro de día para familias y niños Sfinții Brâncoveni”, se trasladará al complejo „El Pueblo de la Infancia”».
Versión en español: Victoria Sepciu