Eugen Cristescu (1895-1950)
Uno de los pilares del régimen del mariscal Ion Antonescu fue Eugen Cristescu, sucesor del temido Mihail Moruzov en el cargo de director del Servicio Especial de Información.

Steliu Lambru, 26.05.2025, 13:19
Cristescu fue nombrado jefe después de que Moruzov, hombre de confianza del ex rey Carol II, fuera arrestado y encarcelado en la prisión de Jilava el 6 de septiembre de 1940.
Cristescu nació en 1895 en Oituz, en el distrito de Bacău, en el este de Rumanía, lugar de tres intensas batallas en 1917 entre los ejércitos rumanos y los germano-austro-húngaros. Eran nueve hijos en la familia de un maestro y una ama de casa. En 1916, el año en que Rumanía entró en la primera guerra mundial, Cristescu se inscribió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Iași. El joven estudiante participa en combates y es ascendido al rango de sargento.
Después de la guerra, empezó a trabajar para el Ministerio del Interior y luego lo trasladaron al servicio de inteligencia. Lo condecoraron con seis órdenes y dos medallas por los servicios prestados. En septiembre de 1940, con el cambio de régimen, Cristescu fue considerado el sucesor natural de Moruzov en el cargo de jefe de inteligencia debido a su lealtad hacia Antonescu. Durante su dirección, Cristescu ordenó misiones de vigilancia de todos los agentes extranjeros en Rumanía sin distinguir entre aliados y adversarios. El Servicio Especial de Inteligencia no se subordinó a Alemania, un ejemplo de ello fue la captura de tres paracaidistas británicos en Rumanía en 1943, interrogados por Cristescu, quien se negó a entregarlos a Berlín. Además, el jefe del Servicio Especial de Inteligencia conocía las negociaciones secretas llevadas a cabo por la oposición rumana con los estadounidenses y británicos para negociar la salida de Rumanía de la alianza con Alemania, y rechazó la solicitud de Berlín de arrestar a los negociadores.
La parte más detestable de su carrera fue participar en el Holocausto. El papel del servicio dirigido por él en el pogromo de Iași en junio de 1941 fue demostrado con documentos de archivo y testimonios de historia oral. El historiador Radu Ioanid afirma en el volumen El pogromo de Iasi, publicado en 2014, que el número de judíos asesinados en Iasi en 1941 se sitúa entre las 3000 y 12.000 personas.
Al retirarse Rumanía de la alianza con Alemania el 23 de agosto de 1944, el teniente coronel Traian Borcescu era el jefe de la sección de contrainteligencia del Servicio Especial de Inteligencia. En 1994, entrevistado por el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, Borcescu recordó el momento en que el gobierno de Antonescu había sido convocado por el rey Miguel I para firmar las condiciones del armisticio con la Unión Soviética. Sintiendo que algo no está bien, Cristescu toma otra decisión.
«En lugar de ir al Palacio, él se dirige a la legación alemana. A las 22 horas se difunde la Proclamación real. Después de leer la Proclamación, a las 23:30, desde el interior de la legación, Eugen Cristescu, donde se encontraba con dos subordinados, telefonea y dice: Somos refugiados en la legación. A mi lado está Killinger, quien desea saber cuál es la verdadera situación en la capital y en el país. Está interesado en si los dos Antonescu pueden ser liberados, si se pueden arrestar a los conspiradores del Palacio con la ayuda de las tropas alemanas que están en la capital y si se puede restablecer la situación. Me preguntó si hay tanques en el Palacio. La respuesta que di fue que se habían tomado todas las medidas y que cualquier reacción alemana sería aplastada. En menos de una hora no quedaría nadie vivo ni un solo ladrillo entero en la legación si se oponen. Se acabó definitivamente con el antiguo estado de cosas. ¡Salgan inmediatamente de la legación, de lo contrario serán declarados traidores! Tras lo cual colgué el teléfono».
En 1946, Eugen Cristescu fue condenado a muerte, pero su sentencia se conmutó a trabajos forzados de por vida y fue encarcelado en Văcărești. El estudiante Nicolae Dascălu fue miembro del Partido Nacional Campesino desde 1946 y formó parte de la organización anticomunista Columna VI. Arrestado en 1947 y encarcelado en Văcărești, allí se encuentra con el jefe de los espías rumanos, como confesó en el año 2000.
«Conocí a un caballero que me pareció presentable. Dije Me llamo Dascălu y él respondió Yo me llamo Eugen Cristescu. No sabía en ese momento quién era Eugen Cristescu. No tuvimos tiempo para conversar porque nos pusieron sobre el suelo dos cuencos en los que estaba la llamada comida, un agua absolutamente transparente en la que había una hoja de col de esas que se desechan. Y yo le pregunté a Eugen Cristescu ¿Qué es esto? y él me respondió que esa era la comida. Yo empujé mi cuenco con el pie hacia el inodoro existente en la celda y tiré la comida en el inodoro. ¿Qué siguió después de eso? Una golpiza hasta perder el conocimiento, hasta desmayarme. Sé que desperté mojado de nuevo en la celda, me vio Eugen Cristescu y dijo, más para sí mismo: Debiste comportarte, ¡no debiste tirar la comida!»
En 1950, Eugen Cristescu falleció en la prisión de Văcărești a la edad de 55 años. La autopsia oficial afirmaba que el recluso había muerto a causa de una enfermedad cardíaca coronaria. Sin embargo, las condiciones de vida en las prisiones comunistas favorecían el deterioro de la salud de cualquier recluso.
Versión en español: Mihaela Stoian