Pro Memoria: Representaciones de los concilios ecuménicos
Los concilios cristianos del primer milenio de nuestra era fueron los que establecieron los dogmas del cristianismo. Son acontecimientos emblemáticos para todos los cultos, comunidades e iglesias cristianas y estuvieron representados por artistas que pintaron en las paredes de los monasterios rumanos.
Steliu Lambru, 12.05.2025, 14:08
En 2025 se cumplirán 1700 años desde el primer concilio ecuménico de Nicea en 325, cuando los obispos cristianos se reunieron para debatir las tesis del arrianismo. Aquella asamblea, junto con otras seis hasta la separación de las iglesias romana y constantinopolitana en 1054, establecerán el dogma de la Iglesia cristiana. En la retórica idealista, los siete concilios anteriores a la ruptura de 1054 representarán los siglos de oro en los que el cristianismo estaba unido.
Las herejías o las contestaciones de la autoridad de la Iglesia en materia de dogma han sido una presencia constante en la historia del cristianismo. Han sido ocasiones para clarificar el dogma, pero también para proteger al pueblo de sus seducciones. Las contestaciones a la autoridad de la Iglesia desde los siglos XV hasta XVIII fueron formuladas por el protestantismo. Y los siete concilios fueron representados en las iglesias como modelos de unidad y vida cristiana que habían vencido al Mal. Y en el espacio rumano, especialmente en Moldavia, los líderes políticos y religiosos utilizaron el tema de la unidad de los siete concilios ecuménicos como modelos.
La historiadora del arte Tereza Sinigalia ha estudiado la iconografía de los siete concilios ecuménicos en las iglesias rumanas y ha mostrado el clima social en el que aparecieron.
«El contexto histórico está definido por un nuevo intento de regresar a la unidad de la Iglesia de Cristo, por las condiciones en las que toda la zona cristiana oriental quedó bajo el dominio otomano, pero sobre todo por la reaparición en el espacio occidental de la Iglesia Latina de herejías que amenazaban la unidad dogmática del mundo occidental. La amenaza había llegado casi a las fronteras occidentales y del norte de Moldavia en la primera década del siglo XV promovida por la Iglesia husita, una herejía que fue condenada en el Concilio de Constanza en el año 1417, al que asistieron dos representantes de la Iglesia de Moldavia. El catolicismo estaba protegido por el gobernante de la época, Alejandro El Bueno, que tenía como esposa a la princesa católica lituana Rimgaila. El mundo cristiano sigue dividido, y la aparición del luteranismo en 1517 hace más profunda la ruptura incluso dentro de la Iglesia Católica. Aunque estos movimientos religiosos no afectan en primer lugar a Moldavia, el luteranismo en la frontera con Transilvania, profundamente anclado en la nueva confesión, fue percibido como una amenaza. La aparición de la pintura exterior en un número significativo de iglesias fue interpretada como una reacción de la iglesia local en Moldavia a los posibles avances del protestantismo excesivo, en su forma antitrinitaria».
Las iglesias del norte de Moldavia son aquellas donde se representa con mayor frecuencia la figura de los siete concilios ecuménicos. Situados en la frontera con Polonia y bajo la influencia del catolicismo militante de allí, los príncipes y líderes religiosos moldavos han utilizado el arte como una forma de proteger a su pueblo. Las pinturas que representaban los concilios ecuménicos se encontraban generalmente en las iglesias de los monasterios, apareciendo muy raramente en las iglesias que estaban fuera de los asentamientos monásticos. ¿Qué personajes podemos ver? Obispos, emperadores y emperatrices, sus guardias personales, sirvientes y herejes.
La representación más antigua de los concilios se encuentra en una iglesia de la diócesis de Rădăuți. Aquí se representaron todos los concilios, pero solo se ha conservado el primero. En la iglesia de San Nicolás de Botoșani, fundada en 1497, una iglesia de la corte principesca, se representaron tres concilios. También en una iglesia en Botoșani, en un detalle de una composición más grande, se identificó el cuarto concilio de Calcedonia en 451. En las iglesias del pueblo de Arbore, fundado por el capataz Luca Arbore, la iglesia de la corte del boyardo construida alrededor de 1503, y en la de Bălinești construida por el gran canciller Ioan Tăutu a finales del siglo XV, son otras representaciones de los siete concilios.
La representación más bien conservada de los siete es en la iglesia de San Nicolás del monasterio de Probota, fundada por el príncipe Petru Rareș en 1530. En la iglesia del monasterio de Humor, fundación del boyardo Toader Bubuioc en la época del mismo príncipe Petru Rareș, se encuentran otras representaciones de los siete concilios. Los siete concilios los pueden ver en el monasterio de Sucevița, fundado por el noble Gheorghe Movilă durante el reinado de su hermano, Ieremia Movilă, alrededor del año 1600.
En el otro principado rumano, Valaquia, las representaciones son menos y están peor conservadas. En el siglo XIV, las asambleas aparecen en la iglesia real de Curtea de Argeș y en la iglesia del monasterio de Cozia. En el siglo XVI, las encontramos en el monasterio de Snagov, fundado por Neagoe Basarab. En iglesias de monasterios también aparecen durante el período de Constantin Brâncoveanu, a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Tereza Sinigalia dice que el arte no fue la única respuesta frente a las herejías.
«La rememoración de la unidad de la Iglesia en el primer milenio, reflejada en los documentos de los siete concilios ecuménicos, se apoya a nivel visual a través de su ilustración en las paredes interiores de algunas iglesias, incluidas aquellas pintadas también en el exterior. La presencia de la ilustración de los sínodos es una prueba de la respuesta que la Iglesia de Moldavia daba a los desafíos, amenazas y desvíos de la verdadera fe. Otra respuesta moldava, visible en otros ciclos iconográficos, está reflejada en el florecimiento del monacato de tipo contemplativo, centrado en la mística de la adquisición de la paz interior, de la meditación».
Las iglesias donde se celebran los primeros concilios ecuménicos están hoy en la lista del patrimonio de la UNESCO. Otras pinturas similares se pueden ver en otros espacios ortodoxos, pero en el territorio rumano están las mejor representadas.
Versión en español: Mihaela Stoian