Ecoturismo en las Colinas de Transilvania
Hoy descubrimos las colinas de Transilvania, un destino de ecoturismo situado en el centro de Rumanía. Esta región, que forma parte de la red europea Natura 2000, es famosa por su paisaje cultural único y su excepcional biodiversidad. Aquí se pueden explorar famosos pueblos sajones, como Viscri o Biertan, y cinco sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Para aquellos que buscan una experiencia auténtica, Cristina Iliescu, directora del destino ecoturístico, recomienda evitar los lugares más conocidos y hacer una parada en pueblos como Mălâncrav, Alma Vii o Apold.
Daniel Onea, 30.10.2025, 14:35
Hoy descubrimos las Colinas de Transilvania, un destino de ecoturismo situado en el corazón de Rumanía. Esta región, integrada en la red europea Natura 2000, destaca por su paisaje cultural singular y por una biodiversidad excepcional. Aquí es posible explorar célebres aldeas sajón-transilvanas como Viscri o Biertan, así como cinco lugares inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Lejos de ser solo un entorno pintoresco, la zona se ha consolidado como un modelo de desarrollo turístico sostenible. Funciona como un ecosistema en el que la conservación del patrimonio, la implicación de la comunidad local y la experiencia del visitante están estrechamente interconectadas. Su condición de destino ecoturístico no es declarativa, sino que se apoya en criterios rigurosos. Cristina Iliescu, directora del destino, explica los pilares de este modelo.
«En primer lugar, en el área del destino hay varias zonas naturales protegidas incluidas en la red Natura 2000, que reúne espacios de extraordinaria biodiversidad. El segundo elemento es que gran parte de las experiencias turísticas son ofrecidas por los propios habitantes, poniendo en valor un patrimonio vivo, no un museo. De este modo, los beneficios del turismo permanecen en la comunidad, ya que el modelo se sustenta en pequeñas y medianas empresas locales. Se crea así un pequeño ecosistema de economía circular, donde el dinero que llega a través de los turistas vuelve a la comunidad en distintas formas».
Viscri, en el condado de Brașov, es conocida por el excelente estado de conservación de su arquitectura rural sajona. Su fama internacional aumentó tras la vinculación con el rey Carlos III del Reino Unido, que posee una residencia en la aldea. El elemento central es la iglesia fortificada, patrimonio de la UNESCO. El paisaje urbano conserva calles sin asfaltar y casas de los siglos XVIII-XIX, en su mayoría restauradas.
Biertan, en el condado de Sibiu, destaca por su complejo arquitectónico medieval. Su iglesia fortificada, también Patrimonio de la Humanidad, sirvió como sede del Obispado Evangélico Sajón durante tres siglos (1572-1867).
Para el viajero que busca autenticidad más allá de los circuitos consolidados, el destino ofrece alternativas menos mediáticas, donde el patrimonio dialoga con experiencias culturales contemporáneas.
«Quien desee desconectar en lugares menos conocidos puede descubrir pueblos como Mălâncrav, Alma Vii o Apoldu. Los tres conservan iglesias fortificadas en excelente estado, que ofrecen algo más que una simple visita: proponen una experiencia interpretativa. En Alma Vii, por ejemplo, las torres albergan espacios expositivos sobre la vida multicultural de la aldea. En Mălâncrav, el antiguo palacete – hoy alojamiento turístico – cuenta con jardines y huertas abiertas al público. En Apoldu se organizan con frecuencia exposiciones de arte en el interior de la iglesia».
El impacto positivo del visitante depende directamente de las decisiones que toma, señala Cristina Iliescu. El modelo ecoturístico se basa en prácticas sencillas que integran al viajero en el ecosistema local, convirtiéndolo en un aliado del territorio.
«Lo más sencillo es alojarse en espacios certificados o que apliquen buenas prácticas ecoturísticas. Después, comer en puntos gastronómicos locales autorizados y recurrir a guías de la zona, que cuentan las historias que no aparecen en internet. Otra regla es no dejar residuos en la naturaleza y respetar el principio “lo que traigo, me lo llevo”. También recomendamos preguntar a los anfitriones locales qué hacer en los alrededores; ellos sabrán orientar a los visitantes hacia productores o artesanos del lugar, reforzando así la dimensión ecoturística de la experiencia».
Detrás de este modelo turístico se encuentra un paisaje humano en transformación. Aunque históricamente marcada por la presencia sajona, la región vive una revitalización a la que contribuyen nuevos residentes enamorados del territorio.
«Es importante saber que, aunque se conoce como zona sajona, la comunidad original se ha reducido considerablemente. Hoy muchas aldeas están renaciendo y transformándose. Hay numerosos habitantes que llegaron primero como turistas, se enamoraron del lugar, se mudaron y abrieron una pequeña empresa. Tratamos de integrar a toda la comunidad tal y como es hoy. La mayoría de los proveedores – ya sea alojamiento, gastronomía o actividades culturales – viven permanentemente en la zona».
A diferencia de destinos puramente estacionales, las Colinas de Transilvania ofrecen experiencias durante todo el año. Incluso en invierno, la región revela una autenticidad marcada por tradiciones vivas, ajenas al espectáculo comercial.
«La zona merece una visita por su tranquilidad y la experiencia genuina de la vida rural. Incluso en inviernos sin nieve, hay costumbres que forman parte de la vida real del pueblo, no son espectáculos para turistas. Me refiero, por ejemplo, a los grupos que cantan villancicos o a las tradiciones navideñas y de fin de año. Cualquier visitante puede participar en ellas con la ayuda de sus anfitriones; son experiencias auténticas que reúnen a la comunidad y no eventos creados artificialmente».
En conclusión, las Colinas de Transilvania se consolidan como un destino de referencia del turismo responsable en Rumanía. Su modelo, basado en el equilibrio entre conservación, participación comunitaria y experiencias culturales auténticas, interpela a un viajero consciente, comprometido con la protección y el apoyo a un patrimonio único.
Versión en español: Valeriu Radulian