En 2025, la Iglesia Ortodoxa Rumana ha concluido un proyecto grandioso concebido hace más de 140 años. Desde entonces, tanto la Iglesia Ortodoxa como la propia Rumanía han atravesado grandes momentos históricos que han influido en todo lo que ha significado la relación con este imponente edificio.
Diplomático y cronista serbio que vivió en la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII, George Brankovic dejó a la posteridad varios volúmenes de escritos. Algunos de ellos se refieren a los rumanos del principado de Valaquia, ya que vivió en Bucarest durante el reinado de Șerban Cantacuzino, entre 1680 y 1688
Después de que el partido comunista tomara el poder el 6 de marzo de 1945, con la ayuda directa de la Unión Soviética, el plan para cambiar radicalmente Rumanía también incluía la cultura. La nueva cultura socialista no era para nada libre, sino todo lo contrario, era violenta y represiva, y censuraba brutalmente el presente y, sobre todo, el pasado. Así, en las bibliotecas públicas rumanas se crearon fondos secretos en los que se reunieron libros, folletos y publicaciones prohibidas, la gran mayoría de los cuales habían aparecido antes de 1945-1948.
Las instituciones del Estado rumano se vieron deformadas a imagen y semejanza del régimen comunista instaurado en Rumanía en 1945 y que funcionó hasta 1989. La Academia Rumana fue disuelta en 1948 para ser refundada con el nombre de Academia de la República Popular Rumana y, a partir de 1965, Academia de la República Socialista Rumana. La biblioteca de la Academia también se vio sometida al mismo régimen, aunque logró funcionar en la medida en que lo permitían las rigurosas medidas de control del partido y del Estado
Los istro-rumanos o rumanos de Istria, en Croacia, son un grupo étnico vinculado lingüísticamente a la nación rumana, que vive en el extremo noroeste de la Península Balcánica, al igual que los arrumanos, megleno-rumanos y los rumanos del valle del Timoc viven en el centro y sur de la península. Con el paso del tiempo, su número ha disminuido constantemente, y hoy en día quedan alrededor de 1000 personas. Por ello, muy pocos de ellos han llegado a vivir en Rumanía.
Intelectual destacado del PCR, el jurista Lucrețiu Pătrășcanu fue el ejemplo clásico de intelectual cegado por el totalitarismo, sistema en el que había depositado sus esperanzas. Eliminado en 1954 por sus rivales y compañeros ideológicos, Pătrășcanu fue rehabilitado en 1968, pero solo para servir a las mismas ideas, ligeramente modificadas
Tras su fundación en 1921 como brazo de la Internacional Comunista, el Partido Comunista de Rumanía fue declarado ilegal por la ley de 1924. La principal acusación contra el PCdR era promover la desmembración del país. Entre 1924 y 1944, el partido operó en la ilegalidad y sus militantes pusieron en práctica todo lo que suponía sabotear al Estado rumano.
La industria pesada de la Rumanía comunista se distinguía por sus imponentes unidades de producción, entre las que sobresalían las Fábricas 23 de Agosto. En su apogeo, llegaron a emplear a unos 20.000 obreros. Estas instalaciones eran la continuación de las renombradas Fábricas Malaxa, activas antes de 1945, y que tras 1989 adoptaron el nombre de Faur. En ellas se produjeron algunas de las piezas más voluminosas y complejas de la siderurgia rumana
A partir de finales del siglo XVII, el espacio rumano se convierte en un centro de promoción de la religión y la cultura cristianas para los cristianos del Levante. En Valaquia se imprimen libros para árabes cristianos y georgianos, y en la corte del príncipe Constantin Brâncoveanu desarrollan su actividad intelectuales como Antim Ivireanul
En agosto de 1942, el ejército rumano, aliado con los ejércitos alemán, italiano, húngaro y croata, llegó a Stalingrado. Durante los seis meses siguientes se libraría allí la batalla más sangrienta de la Segunda Guerra Mundial, que cambiaría su curso
Después de 1945, Europa quedó profundamente dividida, y las esperanzas de los europeos de que al final de la Segunda Guerra Mundial se volvería a la normalidad, tras deshacerse del fascismo, se hicieron añicos.
En el Banato, provincia dividida hoy día entre Rumanía y Serbia, convivían diferentes etnias, incluidos los judíos. En el Banato rumano, la coexistencia entre la mayoría rumana y las minorías étnicas era la norma, como lo demuestran todas las fuentes históricas. Durante los años del fascismo, cuando las ideas antisemitas se manifestaron con furia, la coexistencia pacífica se vio afectada en menor medida que en otras provincias.
Los rumanos llegaron a Australia y Nueva Zelanda a partir del último cuarto del siglo XIX. Desde entonces, la comunidad rumana ha crecido y la diplomacia rumana ha ido ganando presencia en el otro extremo del mundo.
Jefe del Servicio Especial de Inteligencia entre 1940 y 1944, Eugen Cristescu es considerado por algunos historiadores como uno de los mejores agentes de inteligencia que ha tenido Rumanía. Fue una de las personas de confianza del mariscal Ion Antonescu, líder del Estado rumano durante la Segunda Guerra Mundial.
En el norte de Rumanía, entre los actuales distritos de Maramureș y Bistrița-Năsăud, en una zona montañosa y muy pintoresca, se escribió una página importante en la historia de los Ferrocarriles Rumanos y en la historia del comunismo. Se trata del ferrocarril entre las localidades de Salva, en Bistrița-Năsăud, y las localidades de Vișeul de Jos y Vișeul de Sus, en Maramureș.